Emma
Entró al gimnasio como todos los días, solo que esta vez tengo una clase nueva, está semana arrancamos con una nueva sección, algo en lo que hemos estado trabajando con mi padre y Thomas.
Estaba decidida a darle a las personas armas para protegerse, estas eran las primeras clases, de esas donde ves cuantos se han inscripto y como manejas cada sesión que sigue. Me gustaban los grupos chicos, por temas de contacto. Pero esto supera mis expectativas.
Mis ojos se abren cuando vuelvo de cambiarme, tengo al menos veinte estudiantes esperándome. Mis ojos van a Thomas que me guiña su ojo mientras papá sale con una carpeta en su mano.
— ¿Quiénes vienen a la clase de defensa personal? —todos levantan la mano —, vaya.
Papá me mira y sonrió antes de acercarme al escenario que hemos improvi
