CAPÍTULO 2

1421 Words
Anne Moore Llego a Nueva York después de horas de viaje, estoy muy cansada pero no puedo descansar, la entrevista está cerca del Central Park y quiero llegar temprano, incluso si tengo que madrugar en la puerta. No puedo perder esta oportunidad de trabajo, creo que aquí lejos de mis padres podré rehacerme, ya que he completado la educación secundaria y comencé la universidad, creo que encontraré un trabajo rápido, al menos eso espero. Salgo del aeropuerto y siento frío, estamos en invierno y mi ropa no es adecuada para la temporada, pero tendré que conformarme hasta conseguir un trabajo y comprar ropa nueva. No puedo creer que esté en esta situación, lo tenía todo y ahora no tengo nada, todo porque rompí una regla familiar, ¡maldición! Cuando recuerdo esa noche me enfurezco, estoy muy herida y molesta por todo lo que sucedió, no esperaba ser tratada de esa manera por Joseph y mucho menos ser humillada en la universidad. Siento ganas de llorar solo de recordar cómo mis padres me trataron, pero no tengo tiempo para lamentarme, necesito salir adelante y aprender a valerme por mí misma, desafortunadamente no sé hacer nada, todo lo hacían los empleados de mis padres, lo único que tenía que preocuparme era estudiar, ahora necesito trabajar, espero que alguien me dé una oportunidad a pesar de mi falta de experiencia. Reviso la dirección del restaurante en mi celular y veo que no está tan lejos, tomo un autobús recomendado por Google y pronto llego frente a él. Me doy cuenta de que todavía está cerrado, así que me quedo parada en la puerta, observando la ciudad de Nueva York, es realmente hermosa, en esta época del año muchas personas hacen muñecos de nieve e incluso patinan sobre hielo, los árboles están decorados con bolas y luces navideñas, es hermoso de ver. Aquí en Estados Unidos, la Navidad va de diciembre a marzo, y estamos a pocos días de ella, creo que habrá una gran fiesta, como ocurre en muchas ciudades. Las familias estadounidenses son muy unidas, eso es parte de su cultura, la mía también lo era siempre y cuando todos siguieran las reglas transmitidas de generación en generación. Ya estuve aquí en Nueva York con mis padres hace muchos años y recuerdo haberme divertido mucho como niña, un recuerdo que nunca volverá. Siento que mi estómago ruge de hambre, pero pienso que el dinero que tengo es mínimo, ¿cómo voy a comprar comida? ¿Son muy caros los hoteles aquí? ¿Y si me quedo sin dinero? Siento que estoy cada vez peor y el desespero quiere apoderarse de mí en varios momentos, pero me mantengo fuerte. Sé fuerte, Anne Moore, tú puedes hacerlo. Siempre he sido positiva y creo que cosas buenas y malas les suceden a todos, solo tenemos que saber cómo manejarlas. Espero en frente y ya son más de las 08:00 horas de la mañana, pienso que ya debería estar abierto, pero sigo aquí con mi bolsa que contiene toda mi ropa, en realidad son cuatro piezas, pero si consigo el trabajo compraré más tan pronto como reciba mi primer pago. Una mujer de unos 50 años sale de un automóvil importado y entra al restaurante sin notarme. Después de unos minutos, otras personas llegan y entran al lugar, y finalmente el restaurante abre. Cuando entro, los empleados y la mujer me miran. Me siento incómoda, pero necesito el trabajo, así que me acerco al mostrador. Un hombre me mira de arriba abajo. — Buenos días, vine para la entrevista de trabajo — digo. Él mira a la mujer que se acerca a nosotros. Ella se detiene a un metro de distancia y parece que estoy enferma. — Lo siento, pero no eres el perfil que estamos buscando — dice con voz de superioridad. — Tengo educación secundaria completa e incluso fui aceptada en la Universidad de Harvard... — digo. Escucho risas en el lugar. — Lo que no hacen por un trabajo — dice ella riendo. — Sal del restaurante, no eres lo que buscamos. ¿No me estás escuchando? ¿Necesito llamar a la policía para sacar a gente como tú? —  habla en voz alta. Miro hacia un lado y veo a todos los empleados con los ojos puestos en mí, encogí mis hombros y miré a la mujer directamente a los ojos, aunque me sentía avergonzado. — Disculpe la molestia, espero que encuentre a alguien adecuado para el puesto. — dije. Salgo del lugar destrozada, sin dinero para nada. Solo tengo algunos dólares que no sé si serán suficientes para comer. Consigo un hotel barato para dormir los próximos dos días, pero no sé qué hacer después. Todas las puertas parecen estar cerradas y mi corazón duele al recordar cómo era mi vida antes. Finalmente, llega el día en que tengo que dejar el hotel y termino viviendo en la calle. Siento el frío de Nueva York en esta época del año y los refugios están llenos y a menudo no hay espacio disponible. Después de esperar en fila durante horas, normalmente dan prioridad a mujeres con hijos y lo entiendo, ya que es justo. No tenía más dinero para comprar alimentos, así que empecé a caminar en busca de comida en la calle, el baño era raro, realmente parecía una indigente, estaba destrozada y perdía las esperanzas en la vida. La Navidad era al día siguiente, y estaba caminando por las calles de Nueva York con mi bolsa en medio de la noche, hacía mucho frío y vi algunas chicas de programa en las aceras, me miraron extraño, pero seguí caminando. Incluso en las calles vi algunas cosas que me dejaron impactada, como parejas peleando y drogas al aire libre, cosas que nunca había visto antes ya que fui criada en casa. Realmente mis padres intentaron sacarme de la maldad del mundo, pero no funcionó, porque cometí el mayor error declarado por ellos y hoy estoy aquí, caminando sin rumbo por Nueva York. A unos metros adelante vi a una mujer vistiendo leggings y una camiseta corta, seguida de una chaqueta de mezclilla, noté que discutían y no entendía por qué. Parecía ser un poco mayor que yo, pero con un acento diferente, no parecía ser ciudadana americana. Vi el momento en que el hombre que estaba con ella la empujó en la acera y se subió al auto y se fue, quedé impactada y la observé levantarse y soltar varios insultos. Estaba muy cerca de ella y pensé que podría necesitar ayuda, así que me acerqué. —Buenas noches, ¿necesitas ayuda? La mujer estaba de espaldas y se volteó hacia mí, era hermosa, con ojos negros y cabello rojo, un cuerpo perfecto, quedé impresionada por tanta belleza. —¿Tengo cara de necesitar ayuda? —preguntó ignorante. —Lo siento —dije de inmediato y encogí mis hombros. Ella me miró y suspiró. —¿Qué haces en la calle? —preguntó. No respondí, me quedé sin palabras y hasta con miedo debido a que ella había sido ignorante hace unos segundos. Ella suspiró y abrió una sonrisa de lado. —No pareces una chica hecha para la calle —dijo y me extendió la mano —Me llamo Valentina, soy trabajadora s****l y aquel desgraciado —señaló hacia donde el coche que circulaba —era un cliente y no me pagó, así que hoy perdí dinero, pero creo que en el club donde trabajo podré recuperarlo. Me sorprendió la información y abrí los ojos. —¡No me mires así! Llevo mucho tiempo en esta vida y no necesito que me juzgues —dijo ella. —Lo siento, pero eres muy bonita para esta vida —dije. Ella sonrió. —Estoy segura de que entre estas ropas sucias también debes ser hermosa, pero estás en la calle, así que creo que estamos casi en la misma situación —dijo y tuve que estar de acuerdo. Toqué su mano y sonreí. —Soy Anne —dije. —Encantada, Anne. ¿Tienes hambre? Vivo en una casita cercana, no es grande, tiene una cama individual, pero puedo darte refugio por hoy, las calles están frías y creo que no conseguiré más clientes hoy. Noté que estaba desanimada. —Si no te molesta —dije. Ella sonríe. —No molesta, vamos y mañana es Navidad, será genial tener a alguien con quien compartir el pan y sonreír en Navidad —dijo ella. En ese momento sentí que había encontrado una verdadera amistad. Continua...
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