Las horas van pasado, en todo este tiempo ya conseguí organizar todo el mes del señor Rinaldi.
Todo hecho bajo todas sus largas normas y siempre quedado libre antes de las 8pm. Nunca debe salir más tarde de eso , a no ser que sea el mismo quién lo decida , pero sus horarios son esos , ningún plan que lo retenga a hasta una hora más avanzada que esa.
El señor Rinaldi , todavía continua reunido con el señor Fox , aún siguen negociando algo , ya que los gritos del señor Rinaldi son bastante elevados.
Yo camino hacia la máquina de café que está justo enfrente de mi , necesito un descanso después de terminar de organizar todo.
Creo que hice bastante cosas para solo ser primer día de trabajo.
Suspiro y camino hacia aquella máquina , para preparar un café bien cargado.
Miro mi reloj , todavía son las 7:30 pm.
Tan solo queda 30 minutos para que mi supuesta jornada termine.
En todo este rato no he logrado ver a nadie asomarse por esta planta.
Ya veo que todo el mundo sigue bien sus normas.
Los únicos que tiene ese permiso son Ana y Lorenzo , nadie más que ellos pueden subir hasta aquí sin permiso alguno de Angelo.
Aún siento una gran vergüenza por lo que me paso antes con él en su despacho...
Tropecé y caí en sus brazos ¡Por dios! Carina, casi besas a tu jefe.
Me sorprendí tanto que fuera un hombre tan apuesto, tiene una mirada tan oscura, intimidante, llena de dominio, sería, esos ojos azules celestes llaman demasido la atención.
Su traje ajustado marcando y dejando que la imaginación viaje por ella misma. Sus tatuajes , es rosa y el león en su mano.
Realmente es un hombre muy apuesto.
Su tono de voz frío y ronco, suena tan varonil.
Pero simplemente es mi jefe y no puedo pensar en nada más que ponga en riesgo mi nuevo trabajo, necesito este cambio de aires.
Después de que mi esposo muriera estaba depresiva sin ganas de vivir si quiera , pero eso tiene que cambiar, vida nueva , nueva ciudad , trabajo, supuestos nuevos amigos supongo. Aunque por ahora creo que a nadie le caí bien.
Desde que llegué solo me han mirado con malas caras , me han gritado , entoces no sé bien que pensar , pero bueno debo ser positiva , pensar las cosas mucho más allá, tengo que ponerle ganas a mi nueva vida.
Justo en ese preciso momento la puerta del despacho se abre , dejando a la vista al señor Fox saliendo por ella.
—Buenas noches señorita _ me guiña un ojo.
—Buenas noches señor Fox.
—Descuida_ Me sonrie_ nos vemos pronto adiós.
La puerta del ascensor se cierra.
Yo tomo mi café y vuelvo a mí puesto de trabajo , para ya si darle fin a su gran agenda de Angelo.
Mientras en mi cabeza solo piensa que se hubiera sentido besar sus labios...
Pero me siento culpable de pensar eso , es como engañar a mi esposo. Tan sólo han pasado 4 meses , no puedo estar con ningún hombre más...
—Señorita Martinelli _Una voz fuerte y ronca me saca de mis pensamientos.
—Si dígame _Elevo mi mirada perdida , para ver su rostro.
—Ya son las 8 , puede irse _Sus ojos azules me observan_ ¿Termino mi agenda de este mes?
—Si señor Rinaldi _ digo con una voz débil , no sé qué me está pasando.
—Esta bien , recoja sus cosas_ Camina hacia su despacho de nuevo , pero se detiene en la puerta_Antes de irse, me entrega lo que haya hecho , para revisarlo.
—No sé preocupe, ahora mismo se lo entrego señor Rinaldi.
Con esas últimas palabras veo como se adentra de nuevo a su despacho.
Comienzo a recoger mis pertenencias, mientras se imprime los papeles para entregárselo a Angelo.
Una vez tengo todo , tomo una pequeña carpeta en un tono rojo e introduzco allá los papales.
Camino nerviosa hacia el despacho de el señor Rinaldi, tocó la puerta con delicadeza. Su voz grave grita.
—Adelante.
Abro aquella enorme puerta y entro en el despacho, miro avergonzada a Angelo , mientras camino hacia su mesa , para entregar la carpeta.
Su mano tatuada con ese leo y anillos se alzan para alcanzar los papeles.
Puedo sentir el roce de su tacto con el mío, una pequeña electricidad recorre mi cuerpo , mis bellos se erizan, mi respiración se agita.
¿Es irónico verdad? ¿Por qué me tiene que pasar esto con él?
—¿Se siente bien señorita Martinelli? _Me mira confuso.
—Oh si , estoy bien , no se preocupe_Le respondo con mi voz nerviosa y temblorosa.
Angelo me mira confundido y asiente , para comenzar a observa su organización del mes.
Me intento despedir , para irme lo antes posible de este despacho. Me pongo demasiado nerviosa y no comprendo las razones.
—¿Dónde cree que va ? _Su voz me detiene.
—No lo quiero molestar señor Rinaldi.
—No me moles..._ Se queda callado un segundo_ Tienes que estar aquí , hasta que yo decida Carina.
—Si señor.
Angelo procede a comenzar a leer todo con su detenido tiempo , su rostro no hay espresion algún, tan solo seriedad.
Eso hace que me ponga todavía más nerviosa y me hace pensar si tan mal lo hice , soy estupida.
Solo espero que no me grites como lo hizo con los demás , su tono así me da terror.
Justo cuando menos lo espero eleva su mirada encontrando mis ojos asustados , al darse cuenta él sonríe de lado.
—No está nada mal , ya veo que has conseguido cumplir la mayoría de mis normas_Se levanta de su sillon_ Pocas lo suele lograr y mucho menos el primer día.
—Gracia señor _ mi voz sale en apenas un susurro.
—Pero esto no quiere decir que seas buena y debas bajar tu ritmo _ su grande y esculpido cuerpo se apoyan en la gran mesa,con sus brazos cruzados_ Me gusta que mis trabajadores siempre den los mejor de ellos mismo.
—Descuide señor , no bajaré mi ritmo , cada día me voy a exigir más y más.
—Eso espero_ Angelo camina hacia la puerta_Ahora si , puedes retirarte_Abre la enorme puerta de madera_ Mañana aquí con puntualidad ¿Queda claro?
—Si señor Rinaldi , todo está más que claro _ camino hacia la puerta , pero antes de irme me detengo enfrente de él_ Gracia por confiar en mí para este trabajo.
Con eso salgo de aquel despacho, mientras mi cuerpo roza con el suyo.
Tomo mi bolso que está en mi escritorio y corro hacia el ascensor.
Una vez estoy abajo , intento llamar a varios taxis, pero ninguno de esto se detiene.
Me pongo de los nervioso , ya se han ido 6 taxis y aún sigo aquí enfrente de las oficinas.
Justo en ese momento un carro llamativo y lujoso se detiene y baja su ventanilla.
—Oye preciosa _ habla aquel hombre del auto.
—Dejame en paz _ digo gritando.
—Oh vamos , esas lindas curvas no deben caminar por la ciudad sola.
—Estoy esperando a un amigo , así que lárgate.
—Que pasa si no me detengo ¿eh?
Esa palabra me paralizan por un instante.
Los nerviosa se acomulan dentro de mí.
Eso hombre baja del carro y agarra mi brazo con demasiada fuerza, incluso haciendome daño.
Mi mente solo piensa , no logro reaccionar ,
¿Así termino en sicilia? secuestrada por un hombre desconocido...
Abro mis ojos e intento reaccionar a su agarre.
—¡Sueltame ! _Grito mientras lucho contra él.
—Oh parece que la zorrita tiene coraje_ Me dice mientras golpea mi rostro.
—Si , capull* inútil , las tengo así que ¡suéltame ya!
—¿Eres sordo o algo hijo de puta? _ Esa voz conocida grita como un león.
—¿Tu, quién mierda eres? _ Dice aquel hombre mientras me sujeta más fuerte.
—Me estás haciendo daño gilipollas _ Grito desesperada.
—Soy quién tengo que ser , eso ni si quiera te conviene _Veo como en el rostro de Angelo se forma una sonrisa irónica_ Aviso que voy a ser tu peor pesadilla.
—No le tengo miedo a un estúpido rico mimado como tú _ le responde aquel hombre mientras me empuja hacia su auto.
—Tu mismo _ Dice Angelo.
Sus ojos azules se oscurece por la ira, odio, la furia sobre sale de estos.
Veo como Angelo empuja con gran fuerza a este hombre desconocido.
Lo toma de la nuca y lo cola justo en la puerta del auto de este hombre.
—¿Que dices que soy mamón? _ Grita Angelo mientras tiene a este hombre inmóvil.
Aquel inútil tan solo guarda silencio. Eso al parecer no le agrado a Angelo , así que lo comenzo a golpear a patadas.
Este cobarde solo se queja, pero continua sin hablar. Rinaldi de la misma furia , cierra la puerta del auto , golpeando la cabeza de aquel hombre.
Una vez así lo observa con asco.
Me toma con firmeza de mi cintura , incluso casi me carga hasta llegar donde sea que vayamos.
Llevamos hasta un auto negr* lujosos , un Lamborghini murciélago creo que es.
Angelo me abre la puerta y me ayuda a montar dentro de este, para después en montar en el piloto.
Me observa , como si me estuviera escaneando.
—Si solo me duele el brazo y el labio, no se preocupe.
—Carina _ golpea el volante, pata después sacar un pañuelo de su bolsillo_ Tu labio está sangrando.
—¡Qué!_ digo neevisa.
—Tranquila no está partido para puntos.
Angelo pasa su pañuelo por mis labios.
Lo hace con mucho cuidado, incluso está siendo amable y delicado.