Justicia Del Corazón

CAP 29: Un Inocente Juego

Llevamos tres días aquí y no sé qué ha pasado afuera de esta finca; solo espero que todo salga como lo planeamos.

—Amor, acércate —dice Alex mientras se coloca la máscara de paintball—. Es el juego de hoy y ya no soporto estar más aquí, es una tortura compartir con esta familia a diario.

—Sí, ya, estaba terminando de agarrarme el cabello —digo mientras me coloco mi máscara.

Empezamos el juego y éramos Alex, Selene y yo en un equipo contra mis suegros, Víctor y Leticia, y mi cuñado, Diego.

El campo de paintball era un laberinto de obstáculos, trincheras y barreras inflables. Mientras nos adentrábamos, sentí una mezcla de emoción y rabia. Sabía que esta familia había matado a mis padres, y cada disparo que hacía me transportaba al dolor de esa noche.

El pitido de inicio resonó, y Alex rápidamente tomó la delantera. Selene, aunque inexperta, seguía sus instrucciones. Yo me moví sigilosamente, enfocada en Víctor y Leticia.

Vi mi oportunidad cuando Leticia se separó brevemente de Víctor. Con un rápido movimiento, me deslicé hacia un ángulo favorable y disparé. Las bolas de pintura impactaron en su chaleco. En mi mente, cada disparo era una pequeña venganza.

Víctor, al notar la situación, se giró para cubrirla, pero ya era demasiado tarde. Cambié de posición y lo alcancé también. Víctor, sorprendido y molesto, se sacudió la pintura.

—Buen tiro —murmuró Alex, sin captar completamente mi furia.

Llegó la última ronda y mi rabia acumulada estaba en su punto máximo. Me moví rápidamente por el campo, localizando a Víctor, Leticia y Diego. Sin pensarlo dos veces, descargué mi arma en ellos, disparo tras disparo. Las bolas de pintura los golpearon sin descanso, hasta que levantaron las manos en señal de rendición.

—Lo siento, me dejé llevar. Aún no sé bien todas las reglas del juego —me disculpé con una sonrisa forzada, intentando ocultar la satisfacción que sentía.

Víctor y Leticia se miraron con incomodidad, pero no dijeron nada. Para mí, ese momento en el campo de paintball fue una pequeña venganza, una forma de canalizar mi dolor y mi rabia hacia aquellos que me habían arrebatado a mis padres, Faltó Alex pero era de mi equipo, sería muy obvio.

Llegó la noche después de cenar y recuerdo cada partida, cada disparo desearía que fuera real, que atravesará su piel hasta morir así como ellos hicieron con mis padres, sonreí cada vez que pensaba como sería verlos morir y vuelven preguntas a mi mente.

¿me estoy volviendo loca de venganza?

¿podré vivir con ese peso de las muertes de ellos?

¿Tan fácil es vivir después de matar personas?

Solo espero que si, no me importa llegar a las últimas consecuencias hasta no vengar 100% la muerte de mis padres con su sangre, aveces me desconozco pero que puedo hacer si los tengo casi en bandeja de plata, no puedo traicionarme a mi misma, a esa niña quien escucho todos los gritos de sus padres mientras los torturaban con una muerte lenta, quien los vio sufrir mientras ellos solo se reían y disfrutaban, esa gente no tiene perdón, y me encargaré de que paguen, cueste lo que cueste.