3er mes de embarazo.
Me levanto de la cama muy cansada, siento que todo mi cuerpo pide a gritos algo que me relaje pero no encuentro qué. Bajo a la cocina en busca de alimento ya que tengo demasiada hambre, apenas me siento en la isla de la cocina un asqueroso aroma me produce náuseas y no puedo evitar salir corriendo hacia el baño y vaciar mi estómago de lo poco que tiene.
Lavo mi boca y cepillo mis dientes, me observo en el espejo y no noto ningún cambio por el embarazo salvo la pancita abultada, sonrío y mantengo mi vista en el reflejo. Una fuerte punzada me atraviesa el vientre de lado a lado, me obliga a acuclillarme en el suelo y pasar la mano por la zona adolorida; apenas lo hago las potentes pataditas de mi bebé me golpean de lleno en la mano, parece... Asustado. Inmediatamente
