17

909 Words

Lo primero que sentí al verla fué las inmensas ganas de llorar, mis ojos picaban y mi pecho galopaba tan rápido que tenía la sensación de que rompería mi cuerpo; allí frente a mí se encontraba mi hija, aferrada a los brazos de su padre, me miraba fijamente y me escudriñaba con la mirada viéndose hermosa y segura de sí misma a pesar de ser un bebé de apenas días de nacida.  La cargué con cuidado, cuando la tuve lo suficientemente cerca de mí me abrazó regalandome la sonrisa más bonita que jamás ví antes, me sorprendió mucho el peso que tenía ya que en mis brazos parecía un bebé de tal vez unos seis o siete meses, uno bastante grande y fuerte; acaricié su mejilla suave y regordeta con mi pulgar y me fuí directo a la cama con ella, necesitaba que mi cuerpo se relajara y que mejor que con Ari

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD