Eden.
- Salimos de la mansión y Maximiliano me lleva tomada de la mano, me siento un poco extraña, esto es raro para mí yo nunca he tenido este tipo de acercamiento.
Crecí dentro del internado dónde ahora doy clases, soy maestra de idiomas, aunque mi vida en el internado fue algo solitaria, prefería eso a estar en casa. Nunca fui buena para relacionarme con los pocos chicos que llegue a conocer y no ayudo mucho el que mi madre siempre se encargará de ponerme en ridículo frente a quien pudiera, sus constantes humillaciones provocó que evitará relacionarme. Jamás le conté a mi padre lo que mi madre hacia, él se la pasaba trabajando, lo llegaba a ver el fin de semana pero siempre lo notaba tan cansado que lo último que quería era traerle más problemas.
Recuerdo la manera en que adoraba a mi madre, él hacia todo para complacer sus caprichos pero eso lo termino metiendo en grandes deudas, tantas que era imposible solventar.
Maximiliano.
- Llegamos a mi lugar favorito, la única mujer con la que venía aquí era mi madre, de ahí en fuera nunca he traído a nadie más, hasta ahora, me agrada tanto este lugar que no quisiera dejar de visitarlo solo por no querer encontrarme a alguna ex conquista. Llevo a Eden tomada de la mano, me siento tan cómodo con ella y no comprendo está necesidad de hacerla sentir feliz, quiero presumirla por todo el mundo, quiero que vean a la hermosa mujer que está a mi lado.
_ Señor, desea la misma mesa de siempre?.
_ Porsupuesto y por favor lleva la mejor botella de vino, no quiero ver el menú pedile al chef que nos sorprenda y que nadie nos moleste.- No es que quiera pedir por ella, pero quiero estar lo más que pueda a su lado sin que nadie nos interrumpa.
_ Te gusta Eden?
_ Es realmente hermoso, mucho más bonito de lo que me comentaste en el camino.
- Llegamos a un hermoso restaurante, en el corto camino que hicimos para llegar a acá Maximiliano se la paso contándome lo mucho que le gusta este lugar y ahora entiendo porque le gusta tanto.
Él alá la silla para que tome asiento y se pone a un lado de mí, vuelve a tomar mi mano y solo sonrió, es muy caballeroso pero su comportamiento cariñoso está empezando a confundirme.
- Decido sentarme a un lado de Eden, quiero estar cerca de ella y seguir oliendo su increíble aroma, es una mezcla de cítricos que me encanta. El mesero no tarda en traernos una increíble variedad de alimentos, quiero que ella pruebe cada cosa y se de cuenta el porqué no dudo en que el chef decida que darnos, no importa cuál sea el menú, todo aquí es exquisito.
- Maximiliano no comprendía lo que le pasaba con Eden, tenía un remolino de emociones tan intensas que lo hacía cuestionarse si estaba enloqueciendo. La acababa de conocer, pero en su interior sentía una enorme necesidad de estar cerca de ella y sobre todo, de hacerla feliz. Eran tantas emociones juntas que simplemente creyó se había enamorado a primera vista.
Lo que maximiliano no sabía, es que entre Eden y él sí había un pasado que los unía, una vida donde Eden lucho por su amor y sufrió por su rechazo. Su historia fue tan grande que él se juro cuidar de ella en esa y en las siguientes vidas, le prometió seguirla hasta que la reencarnación llegará y sería él quien lucharia por su amor.
Vida tras vida, reencarnación tras reencarnación; no importaba el tiempo ni la época, él siempre estaría para amar y proteger a su hermosa Eden.
"Y esta es una historia de la que conocerán su nombre cuando lleguen al fin de esta novela".
- Alvaro ya no podía esperar más, se encontraba ansioso, ya era tarde y Max no llegaba con Eden. Se pregunto Qué estarían haciendo? De que estarían hablando? no comprendía que le pasaba, o mejor dicho, si lo comprendía pero no quería admitirlo. Se sentía celoso, tenía celos de ver a Eden con Max pero reconocer esos sentimientos sería enfrentar que de nuevo estaba tomando malas decisiones, mismas que siempre lastimaban a los que más amaba.
Sentirse atraído por ella era un grave error, ni siquiera estaba a su alcance y sobre todo, ella sería la mujer de su hijo pero le recordaba tanto a su hermosa Graciela, sentía que la veía a ella cada vez que miraba a Eden.
- Maximiliano y Eden la estaban pasando bien, hablaban de trivialidades.
Maximiliano le contó de sus planes para involucrarse en el hábito hotelero, ese era un secreto del que nadie tenía conocimiento, pero quería compartir con ella todo lo que le hacía sentir orgulloso.
Después de un rato hablaron de los acuerdos, ella seguiría trabajando pues no quería depender de nadie y su madre tenía que quedar fuera de cualquier acuerdo que hicieran, Maximiliano estuvo de acuerdo con todo y a diferencia de lo que pensaba antes de conocerla, él no pondría ninguna regla a su matrimonio solo le pidió que lo dejara conocerla. A Eden eso le pareció raro pero accedió puesto que eso sería más cómodo que estar en peleas con él.
- Acaricio la mejilla de Eden y tengo que confesar que muero de ganas por besarla, pero no quiero que piense mal de mí.
_ Realmente eres muy hermosa.
_ Muchas gracias Maximiliano. - Siento mis mejillas arder después del halago de Max, por lo que me contó el señor Marnili, llegué a creer que Maximiliano era un hombre frío pero me doy cuenta que es todo lo contrario.
_ Me da gusto que te agradará este lugar.
_ Me encantó y todo sabe riquísimo, cómo conociste este lugar?.
_ Fue por mi madre, ella solía venir aquí, en ese entonces yo me la pasaba entre mis estudios y la empresa, así que ella solía pasar a la oficina y antes de llegar a casa pasabamos a este lugar. Era nuestro lugar secreto, aquí nadie nos molestaba.
_ Lamento lo de tu madre, debió ser una increíble mujer.
_ Lo era Eden, ella era increíble pero su brillo se fue apagando poco a poco.
_ Fue por tu padre verdad?
_ Él te contó?
_ Sí, y lamento mucho que tu madre sufriera tanto.- Ahora soy yo quien toma sus manos y trato de darle apoyo, creí que su padre cargaba con mucho dolor pero no se compara con la mirada de Maximiliano, él no solo perdió a su madre, también perdió a un padre.
- El tacto y palabras de Eden se vuelven como un bálsamo a mi dolor, no suelo platicar de esto pero con ella es tan sencillo ser yo mismo, es como si todo a mi alrededor desapareciera para solo contemplarla a ella.