Capitulo 29.

1595 Words
- Elena había llegado a la mansión de Alvaro, tenía que contarle que Maximiliano ya sabía sobre el romance que habían llegado a tener, pero para su sorpresa él no se encontraba ahí. Alvaro estaba frente a aquella lápida dónde descansaban los restos de quién un día había sido su esposa; su rostro tenía una expresión frívola y llena de odio. Frente a aquella lápida recordó lo que había pasado aquella noche en que Graciela perdió la vida, esa noche que intentaba borrar de su memoria mintiendose a sí mismo una y otra vez tratando de creerse una historia para olvidar lo que había hecho, pero sus esfuerzos eran en vano, él recordaba a detalle lo que había pasado ese día. Diez años atrás... - Graciela se encontraba en su nuevo departamento, por fin había decidido dejar la mansión y seguir con su vida, le contaría de sus planes a su hijo Maximiliano en cuanto él llegara de su viaje de negocios junto a su abuelo. Se sentía feliz; había sufrido mucho por la infidelidad de Alvaro y creyó que jamás lo superaría, en un inicio le había rogado que se quedará con ella y sentía que nunca superaría aquella decepción, pero el tiempo había puesto cada cosa en su lugar y ahora era momento de continuar. Aquella mañana Graciela le había echo llegar a Alvaro por tercera ocasión los papeles de divorcio, pero él seguía negándose a firmarlos. Alvaro se encontraba en la mansión, llevaba dos semanas ahí y les había dado vacaciones a todo el servicio, en esa enorme casa solo se encontraba él. Elena se había ido y Alvaro habría ido detrás de ella, pero se enteró que no lo amaba y de sus otras relaciones, cuando estuvo a punto de ir de nuevo a buscarla su abogado le hizo saber sobre la petición de divorcio, jamás creyó que Graciela lo dejaría pero ella ya no lo buscaba, Alvaro sintió como su mundo se derrumbara y desistió de seguir a Elena. Cuando llegó a la mansión Graciela seguí ahí, él sintió alivio al verla pero en cuanto intento abrazarla ella lo rechazó. _ No me toques Alvaro!. _ Sé que sigues molesta conmigo, pero estoy aquí para que iniciemos de nuevo. _ Yo no estoy aquí para iniciar algo contigo. Quiero el divorcio y ya le hice llegar los documentos a tu abogado. _ No puedes dejarme Graciela, eres mi mujer y mi esposa. _ Tú elegiste que yo no fuera nada de ti o se te olvida quién pidió primero el divorcio?. Recuerdas que fuiste tú quien destruyó este matrimonio?. _ Ella se ha ido y yo solo quiero recuperar mi vida. _ Yo también quiero recuperar mi vida y ella ya no estás tú. - Graciela salió de aquella mansión, aún seguía viviendo ahí pero era solo por un tiempo en lo que encontraba un lugar nuevo para mudarse. Habían pasado solo dos semanas y el segundo aviso de divorcio había sido rechazado de nuevo, Alvaro se negaba a separarse y Graciela no quería pedir ayuda a su hijo o suegro; Maximiliano estaba dando sus primeros inicios en la empresa de su abuelo y no quería arruinar sus logros, ya era suficiente que su hijo rechazará a su propio padre. Ya había pasado un mes y Maximiliano haría su primer acuerdo para favorecer a la empresa, tenía que salir de viaje y quería llevarse a su madre con él pero ella se negó. Graciela no quería contarle a Maximiliano sobre sus planes, ella deseaba que él pudiera disfrutar de aquel viaje así que decidió mentirle. _ Mamá por favor ven conmigo, me sentiría mejor si estuvieras a mi lado. _ Mi niño, los viajes de negocios nunca han sido lo mío. Ve y disfruta con tu abuelo que yo estaré bien. _ Me preocupa que mi estúpido padre llegué con esa mujer y te vuelva a lastimar con sus porquerías. _ Maximiliano, tu padre no me hará nada, además, ni siquiera está en el país. - Estaba mintiendo, en realidad ella sabía que Alvaro se estaba quedando en un hotel y se seguía negando a firmar el divorcio. _ Estás segura de eso?. Cómo sabes que no vendrá aquí mientras mi abuelo y yo no estemos?. _ Tu padre se fue tras esa mujer, él mismo me dijo que iría tras ella y no volvería en un tiempo.- De nuevo le mentía pero tenía sus propias razones para hacerlo; sabía que Maximiliano desde niño había deseado ayudar a su abuelo en la empresa y que ese viaje representaba mucho para él. _ Te debes de sentir triste, con más razón no puedo dejarte sola. _ Me siento triste pero estar sola es lo que necesito, no te preocupes por mí y disfruta de tu viaje. - Maximiliano había cedido pero no se sentía del todo tranquilo. Alvaro miraba a lo lejos como su hijo salía de la mansión, había pasado las últimas semanas siguiendo los movimientos de Graciela, sabía que había comprado un nuevo departamento he incluso ya había llevado sus cosas ahí. En un inicio creyó que el divorcio era solo un plan para que él regresará a casa, pero ahora se daba cuenta que era enserio y Graciela ya no lo quería en su vida; entro en pánico he ideas locas pasaban por su cabeza, incluso creía que ella salía de manera romántica con su abogado y por eso estaba tan decidida a dejarlo. Había pasado una semana de que Maximiliano se había ido, Graciela había llegado a su nuevo departamento y le había dejado por tercera vez a Alvaro el acuerdo de divorcio, ella sabía que él se está poniendo terco pero estaba dispuesta a todo para lograr ese divorcio. Se sentía feliz y solo esperaba que su hijo llegará para darle la sorpresa, pero Alvaro no la dejaría ir tan fácilmente. _ Bueno?. - Graciela había recibido una llamada de un número desconocido, se trataba de Alvaro. _ Estoy listo para firmar el divorcio. _ Enserio?. Bien, entonces nos veremos en el juzgado. _ Espera, antes de firmar me gustaría que cenaremos por última vez. _ Cómo sé que no estás planeando algo?. _ Solo quiero que esto termine bien, eso es todo. Por favor, veámonos está noche. _ Bien, pero juras que firmaras?. _ Lo juro. _ Dónde te veo?. _ Ven a la mansión, aquí te espero. _ Ahí estaré. - Graciela salió rumbo a la mansión, creía que por fin todo terminaría y podría comenzar una nueva vida. Había llegado a la mansión pero se dió cuenta que la gente de seguridad no se encontraba en la entrada, abrió el portón con su propio código y llegó hasta la entrada de la mansión. Creyó que la recibiría el mayordomo pero resultó que no había nadie, la puerta se encontraba abierta y decido adentrarse. _ Alvaro?. _ Sube, estoy arriba!. - Alvaro grito desde el tercer piso. _ Qué es todo ésto?. - Graciela había subido pero al llegar pasillo encontró pétalos de rosa que marcaban un camino hacia una habitación. Ella llegó a la habitación y encontró la puerta abierta, Alvaro miraba en uno de los ventanales, en ese momento ella tuvo un mal presentimiento. _ Alvaro?. _ Por fin llegaste?. - Él voltio a verla y ella quedó petrificada, su mirada daba miedo, no parecía ser el mismo hombre con quién un día se casó. _ Qué es todo ésto?. - Graciela miro a su alrededor, la habitación está llena de pétalos de rosas y velas sin encender. _ Es nuestro momento, te gusta?. _ Alvaro, prometiste que firmaras el divorcio. _ Sé que debes sentirte un poco confundida, así que no te preocupes, no firmaré ese divorcio y mañana mismo mandaré por tus cosas. _ No me estás escuchando?. Yo no quiero regresar, quiero el divorcio. - Alvaro se acercó a ella, la tomo de la cintura he intentado besarla ella intento alejarlo pero no logro nada. Comenzaron a forcejear, Alvaro no paraba de decirle que ella está equivocada, que lo perdonará y que todo volvería a ser como antes; ella seguí intentando alejarlo pero el aplicaba más fuerza. _ Suéltame Alvaro!. _ Dime la verdad, sales con ese estúpido abogado? Es por él que me quieres dejar?. _ Acaso has enloquecido. Yo solo quiero el divorcio, eso es todo. - Alvaro se aferró más a ella, Graciela por fin pudo alejarlo he intentado correr pero le fue imposible, él la tomo del cabello he intento llevarla a la cama, ella intento alejarse y se acercó al ventanal. Alvaro voltio a verla y fue ahí donde ella sintió terror, abrió el ventana y salió a la pequeña terraza, él la volvió a tomar del cabello, ella se defendió y comenzaron a forcejear. En ese momento Alvaro intento cargarla y ella lo golpeaba para que no la llevará de nuevo a dentro de la habitación. _ Suéltame!. _ Solo tienes que decirme la verdad. Ya no me amas?. _ No Alvaro, ya no te amo así que déjame ir. _ Tienes razón, te dejare ir. - Alvaro giro a Graciela, la cargo y la puso en el barandal. _ Bájame!. Qué intentas hacer?. - Ella tenía miedo, Alvaro era más fuerte y no podía bajar de aquel barandal. _ Tú lo acabas de decir, es momento de separarnos. Hasta que la muerte nos separe, lo recuerdas. - Graciela volteo a verlo y en ese momento Alvaro la empujó. Ella cayó en el padimento y su luz se había pagado de manera instantánea.
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