Hablar II

3873 Words

Adrik prosiguió con la conversación, dejando por breve sus cavilaciones. —¿Humana totalmente? ¿No lo era? Magno al casi terminar de fumarse el cigarrillo, tomó la colilla dejándola sobre el cenicero. —Empecé con tu padre siendo un guardaespaldas. En las noches cuando me tocaba vigilar el área del jardín, escuchaba que mujeres reían y cantaban en ese maldito bosque. Pero tu padre no tenía mujeres en la casa. Tu madre dormía en la habitación más alta y un día la vi asomarse a la ventana. Era de noche, quizá las doce o más. Había luna llena, la vi lanzarse desde la orilla de esa condenada ventana, pero ella no cayó, sino que otras damas fueron a su encuentro volando para sostenerla. Como comprenderás al ver lo que sucedía, corrí desesperado. Para tu padre ella era lo más valioso en todo

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