Olena no fue capaz de decirle la verdad a Lenet por teléfono. Así que estaba dispuesta a viajar a Grecia para decirle que se mudaran y fueran a vivir a otro lado. Había determinado que no recibiría nada de Fiorell incluso si eso estaba dicho como última voluntad. Pero el trámite de sus documentos para poder salir del país demoraba. Ya llevaba dos días en tramites sin recibir la aprobación. Prefirió no llamarla ni tampoco contestarle. No quería preocuparla, no podría guardarse toda la desesperación que la carcomía. La noche anterior había tenido una escasa conversación con el hombre que no dejaba de buscar a Lenet. Tal había sido su desesperación que hasta le hizo gracia conversar con él aunque eso fuera para decirle que ya no siguiera insistiendo porque Lenet no quería hablar con nadie.
