Lenet quería desaparecer en ese momento. No tenía idea de donde estaba Valentino, pero estar semidesnuda con una camisa de él, aseveraba lo evidente; una noche apasionada. Al sentirse muy culpable, ella fue la primera en hablar.
—No es lo que piensas, yo…
Bianca muy seriamente y sin apartarle la mirada se aproximó hasta quedar muy cerca, frente a frente.
—Sé lo que ha sucedido. Valentino te ha dejado estar en esta casa.
Lenet no pudo decir nada más al escucharla. Muy impactada al observarla fijamente.
—También sé que por mí… —Lenet miró que ella desvió la mirada por un instante derramando lágrimas. —Jamás sentirá lo que por ti siente.
—¡Santo cielo! En verdad, yo… Bianca, no es lo que piensas. Te juro que yo y él…
—No me jures nada. Sé que él te ama en verdad. —Lenet la miraba
