Lenet, aunque hubiera querido apartarlo no lo habría conseguido estando Adrik en semejante estado de seducción y atracción. Ella sentía sus manos grandes bajar con ferocidad por su espalda. Sentía cada parte de su cuerpo erizarse al contacto tibio de sus manos sobre la ropa sin poderlo evitar. Al haberse dado una ducha con agua fría su piel estaba helada y las manos de él seguían tibias bajando, pronto las sintió apretar sus glúteos como nunca antes lo había sentido. Podía notar su mirada fija en la suya, apasionada, directa y osada. En el momento que menos lo hubiera imaginado atrajo sus caderas a él. Ella sintió completamente su entrepierna abultada sobre su vientre al pegarla contra su cuerpo.
Lenet lo veía embelesada sintiendo temor como profundo encanto al sentirlo así, tan intrépid
