Momentos antes de marcharme con Rosario. En el amanecer y con un nudo enorme en el corazón, que no me dejaba ni caminar. No quería levantarme, quizás el corazón me estaba avisando algo que no podría asimilar ese día. Después de todo debía cumplir y llevar a Rosario a su cita de trabajo programada para ese día, por lo que simplemente no desayunamos, así como ella no tenía la costumbre de hacerlo por lo que ese día en específico y de muchos en adelante no lo haríamos más. Rosario salió de la habitación y con una sonrisa en su rostro me preguntó. —¿Qué vestimenta crees que podría llevar? Quiero un atuendo cómodo y ligero. Me acerqué a su habitación y sobre su cama se encontraban varios estilos que dejaba pensar que el trabajo no era para nada formal, por lo que le recomendé que usara un