Cristóbal no ha estado normal en estos días.
Puedo pensar que está llegando a sospechar sobre mi partida de la ciudad, pero sólo estoy especulando.
Apenas nos hemos visto, y sólo quiero pasar mis últimos días en la ciudad con él, disfrutar cada beso, cada instante y después no sé, decirle un día antes de irme... soy una cobarde.
—...Está bien, Heaven. Impecable como siempre pero... No estás aquí realmente. —La voz de Florencia, la directora de la obra de Cenicienta en la que somos estelares Porfirio y yo, sonó algo aburrida. —En dos días estaremos frente a toda la ciudad, Heaven, te necesito más que nunca. Todos esperan el gran espectáculo, y yo espero que des tu mejor.
—Lo siento Flor, te prometo que sólo estoy un poco cansada. —Sonreí. —Pero daré mi todo cuando sea la presentación.
