Lentamente, pero a la vez apresurado Cristóbal se alejó de mí, desconcertado, furioso, sus ojos desolados, su cuerpo contraído, y poco a poco más, y más aprisionado dentro de sí mismo.
— ¿Qué quieres de mí? ¿Eh? —Dijo finalmente en tono brusco. —Heaven, no entiendo ¿Qué quieres?
Él negó con la cabeza, más y más lleno de ansiedad, cada vez nublado de su propio juicio. —Confianza, todo se trata de eso. Además numerosas personas me han recordado que...Estoy jugando con fuego al estar contigo, principalmente por el hecho de que soy bailarina. —Respondí asustada por su reacción.
— ¡Pero es diferente! Contigo es diferente, ¿No entiendes? No implicaba el que ella fuera bailarina, era.... —Cristóbal negó con la cabeza luego de haber apagado su voz.
— ¿Qué era? —Pregunté en voz baja. Cristóbal
