Capítulo 7

1275 Words
*******, ¿qué te pasa? ********** Peter a lo bajo. En este momento agradecí que los demás estudiantes estuvieran en lo suyo, ésto haría que pensarán que estaba loca, pero ahora Peter lo pensará. Y eso me llenó de vergüenza. Intenté calmarme y lo miré, articulando una sonrisa. ********. Bien ********* Solo me pareció ver a alguien ahí. Asintió con lentitud en un intento de creerme, porque sé que no se lo tragó. ***********. ********* una hoja en mi escritorio y volvió su vista a los demás. *****, chicos, éste es una pequeña prueba con un valor de 10 pts. Espero hayan estudiado. De inmediato se escuchó a los demás quejarse, Peter los ignoró y recorrió las filas repartiendo los papeles. ¿Prueba? Ni siquera había estudiado, sin duda que voy a salir pésimo. Le di la vuelta a la hoja y alcé las cejas al ver el montón de ejercicios. Estoy frita. *** Todos los estudiantes habían salido, Anna y yo éramos las últimas faltantes, pero al ver a Anna dirigirse donde Peter con mochila en el hombro mis ilusiones cayeron. Ella me dio una mirada rápida y salió por la puerta. Miré mi prueba, solo había puesto el nombre en todo lo que va de hora. Qué pena. Pude ver por la ventana que la tarde estaba nublada, llovería en la noche... Y me imagino que habrá rayos y relámpagos. Creo que debería de entregar la prueba y salir rápidamente de aquí, aunque no me apetece llegar a la casa, no tengo mas opción. *¿Hannah? *** llamó Peter. Me sobresalté un poco y lo miré de inmediato* ¿Acabaste? Son más de las cinco de la tarde. Ya es hora de irnos. Respiré profundo y me preparé para decirle que no había estudiado y que perdería esos 10 pts. *** verdad, Pet... *** detuve en seco al darme cuenta que lo iba a llamar por su nombre* Profesor, es que no estudié. No pareció sorprendido sino que me dedicó una media sonrisa como dando a entender que ya lo sabía. *** di cuenta. No te he visto escribir desde que inició la prueba. *******, su mirada era suave y había un extraño brillo en sus ojos. Ahora no lo veo como un profesor sino como aquel chico que me encontré en el supermercado el segundo día de venir aquí. *** noté pensativa como... Nerviosa. Aparté la cara. *** es nada. *** puse de pié cogiendo la prueba. Caminé hacia su escritorio y dejé la hoja en él. ***** que está demás decir que perderé los puntos. Quizás en la próxima tenga más suerte. *** encogí de hombros. Sus ojos no se apartaban de mí. Noté que su cabello estaba algo alborotado y eso le daba un aire más... ¿encantador? Sus ojos grises me observaban curiosos. ***** es la última prueba que haré, Hannah, después de ésto solo viene el examen. ********. Mierda. **** suerte tus notas de tu antigua escuela son buenas y, si haces un buen examen, puedes aprobar. Abrí la boca para decir algo pero de ella no salió nada, solo me limité a asentir. ******** estudiar más. ******** con un hilo de voz. Asintió con una media sonrisa. Di media vuelta y metí mis lápices a la mochila, en eso, mi celular sonó anunciado un mensaje. Lo saqué de mi bolsillo izquierdo trasero y lo leí. De: Anna Fiesta en ksa d chace a las 8. Viens? Fruncí el ceño ante su escritura pero lo dejé pasar. Me senté en el pupitre mientras articulada una sonrisa y negaba con la cabeza. Y ¿fiesta en casa de Chace? Debe de ser una broma, pensar en que me pueden jugar alguna otra broma me llena de coraje. Obvio estarán todos los del colegio y algunos ex alumnos. De: Hannah ¿Dónde es? Lo envié. Ni siquiera conocía la tal casa de Chace. Elevé la vista solo para comprobar que Peter me observaba en silencio. Puse los labios en una sola línea y, inconscientemente, mordí mi labio inferior. Y él lo notó. Mi celular sonó anunciando otro mensaje. Lo leí de inmediato: De: Anna Olvidalo, yo paso por ti. T kiero lista a las 7. ¿A las 7? ¿porqué tan temprano si se supone que era a las ocho? Volví a levantar la vista al ver que el profesor empezaba a guardar sus cosas, hice lo mismo y me coloqué la mochila al hombro poniendome de pié. ***** que solo quedábamos nosotros ******** caminando hacia la salida. Lo seguí. Solo nosotros dos. Aquí. Solos. Sentí como un cosquilleo en el estómago al pensar en que tal vez él y yo... Sacudí la cebeza para alejar esos pensamientos deprabados. Peter cerró la puerta al estar los dos fuera y avanzamos juntos por el pasillo tan solitario. ****. Chateabas con ¿tu novio? ********* intentando sonar casual. Le di una mirada rápida y recordé que no le había respondido a Anna. Tecleé un ok y guardé el cel. *** tengo novio. *********. Bajamos las escaleras. *¿Ah no? Por la sonrisa pensé que sí. Fruncí el ceño. ¿Está... Celoso? No, no puede ser. *** eso, era Anna quien me estaba invitando a la fiesta en casa de Chace. ***** con naturalidad. ** pues creo que merezco divertirme un rato. Salimos al estacionamiento. *¿Chace Coleman? **********. La verdad no tenía idea de su apellido. Asentí dudosa, no creo que haya otro Chace por aquí. **** casualidad, él es mi vecino. Me detuve en seco y él hizo lo mismo, quedando frente a frente. *¿Encerio? Mucha casualidad *******. No creo que él vaya a esa fiesta. ********. ¿Irá a esa fiesta? *********. Me miró por unos instantes mientras pensaba su respuesta. *******. *********** Y no me hables de usted, me haces sentir viejo. Dime Peter, claro, cuando no estamos en horario de clases. Asentí. ***** digas, Peter. Entonces, nos vemos. *** despedí. El sonrió y se dirigió a su auto. Yo fui hacia el mío. Abrí la puerta y dejé mi mochila en el asiento co-piloto, encendí el auto y arranqué. *** Salí del auto y de inmediato el viento helado me golpeó la cara, la enorme casa que tenía frente a mí empezaba a darme miedo. Se miraba tan grande, tan... Macabra. Caminé a paso lento suebiendo las escaleras con mucho cuidado, inserté la llave y giré, abriendo la puerta. Me metí a casa. Todo en silencio. ¿Dónde estará Ryan? Me dirigí a la cocina y me serví un vaso de agua. Recordé al hombre con la capucha de hoy y un escalofrío me recorrió el cuerpo, aún no entiendo quién podría ser ni qué quería. Estaba tomando tranquilamente el vaso de agua pero lo dejé de hacer al escuchar y creer ver los pasos de alguien en la sala. Fue como si una niña haya pasado corriendo. Pude diferenciar los pasos. Terminé de tragar el agua que tenía en mi boca con dificultad y giré mi cabeza hacia la puerta que daba a la sala. Juraría que los escuché pasar y la pude ver con el rabillo del ojo. Era una niña. Dejé el vaso en la mesa y empecé a caminar despacio hacia la sala. El corazón me latía a mil por hora. Creo que voy a terminar paranoíca. Llegué a la sala sólo para comprobar que no hay nadie, sin embargo, al estar cerca de las escaleras, volví a escuchar los pasos subir hacia el segundo piso pero ésta vez la niña rió y su risa desapareció en ecos. Volví mi vista hacia arriba totalmente asustada. Allí estaba la niña, mirándome por la orilla de la baranda, tenía una sonrisa en su cara, una sonrisa que ya había visto. Claro que sí. Era la hermanita de Ryan.
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