Alan Leilah estaba mal, era obvio que está bastante afectada por lo que sea que había pasado con ese tipo, los recuerdos se aglutinaron en mi mente, lo que hizo que mi determinación de conquistarla y estar para ella aunque al principio sea como amigos, se afianzara con más fuerza en mí. Flashback: Entorné la mirada con una especie de curiosidad, incómodo porque los ojos de Leilah habían comenzado a humedecerse ante mi confesión. Abrió la boca, pero volvió a cerrarla, titubeando de lo que quería decirme. Se sintió igual que te clavaran un cuchillo dentado. Tenía miedo de que todo saliera mal y que no fuera suficiente para que ella volviera a mí. —Lo siento —habló por fin—, debo parecerte una tonta —sollozó, secando sus lágrimas. —Siempre odié que lloraras, Leilah —hablé con una mue