¿Qué rayos hace Lucia? En qué líos se está metiendo para desafiarme de esa manera.
- Señor - entra mi secretaria - el señor Víctor está aquí.
- Hazlo pasar y que nadie me interrumpa, sea quien sea.
- Como usted diga.
- Víctor entra a mi oficina, y por fin tendré respuestas.
- Hola Gabriel, que gusto verte.
- Y a mí meda más gusto, después del accidente que tuviste cuando rescatamos a Daina pensé que no ibas a salir de esas.
- Lo sé, pero es parte del oficio.
- Me alegra que te hayas recuperado.
- Aún estoy en esas, pero extrañaba volver al trabajo.
- Y yo te extrañaba en él, nadie es tan bueno como tú.
- No es cierto, Selar es tan bueno como yo, pero él es más selectivo.
- Lo conoceré algún día.
- Tal vez, gracias por darme trabajo me iba volver loco en casa.
- Quería dejarte tranquilo que te recuperarás, pero mi vida es un caos, y necesito respuestas.
- Y no sé si tengo todas las que necesites, pero te pueden ayudar.
- Me tienes algo eso es bueno, los demás nunca conseguían nada ¿Dónde ha estado mi mujer todo este tiempo?
- Primero salió del aeropuerto nacional en un avión privado, pero borraron los archivos de salida y despidieron a todos los que trabajaron ese día - eso es extraño.
- Alessio no sería capaz de hacer eso.
- ¿El empresario? - afirmó - según mi información el avión del señor salió del país desde Munich a Italia y de Italia un mes después viajo a Colombia y luego a Alaska dónde vive actualmente.
- ¿Alaska? - ¿no se pudo ir más lejos? - ¿Que ha estado haciendo por allá?
- Debo decir que no le ha ido mal económicamente - no me sorprende siempre fue muy ahorradora. - tiene un local es como un centro pequeño dónde atienden a niños y talleres de lactancia a las madres, el centro lo maneja ella, pero a veces queda a cargo un doctor Giuseppe Buzzon. - otra vez este tipo.
- ¿Hay algo entre ellos?
- No sabría decirle con exactitud, se ven juntos casi todo el tiempo, prácticamente desde que llegó al país se conocieron en el hospital del pueblo.
- ¿Ella trabaja en ese hospital?
- No, pero su centro tiene una sociedad que es muy reciente con el área de gineco-obstetricia y pediatría y se han expandido, es un pueblo pequeño todos se conocen y la aprecian mucho.
- Quién no, mi mujer se hace querer. ¿No averiguaste si ha salido con alguien?
- Hasta lo que he investigado el único contacto masculino ha sido con el doctor Giuseppe y su abogado Fabio Benedetti.
- Tiene el mismo apellido de Alessio.
- Son hermanos - irónico siempre ha sabido dónde ha estado. - también averigüe que estuvo hospitalizada en la clínica del pueblo durante casi dos meses, estuvo delicada de salud, pero no me pudieron dar razones del porqué.
- Ya me imagino las razones - ¿Hace cuánto fue esa hospitalización?
- Aproximadamente hace veinte meses.
- ¿Tres meses después que se fue? - seguro entre viajes y lo que sucedió hizo que se pusiera mal. - algo que estoy pensando, dijiste que salió en vuelo privado de Berlín a Munich pero no hay archivos ni te has podido comunicar con nadie que trabajará ese día antes de que los despidieran.
- Así es, pero ya estoy haciendo lo posible para localizarlos, por lo menos al que dio su autorización de salida.
- Si hubiera sido Alessio no viaja a Munich si no directamente a Italia o Colombia y si se tomó tantas molestias para cubrirse aquí ¿porque no hacerlo en Munich?, además él no es el tipo que despide la gente sin razón aparente y no tiene tanta influencia en el país para hacerlo.
- ¿Sugiere que alguien más la tuvo que ayudar?
- Alguien más con poder, dinero y contactos; la pregunta es ¿quién? Lucia no conocía gente tan influyente para pedirle ese favor
- Ya me pongo en eso, trataré de verificar que aviones privados salieron para esa fecha, seguro encontraremos un nombre.
- Perfecto, gracias, Víctor. ¿Cómo es que tú pudiste averiguar todo esto y los otros detectives no? Que ineptitud.
- Según se algunos detectives estuvieron preguntando y se les dio la misma información que a mí, no sería difícil averiguar si siguen las rutas de viaje.
- Bueno algo no hicieron, si tú no te hubieras puesto mal yo no estaría sufriendo todo este tiempo.
- Capaz era así como tenía que pasar, lo bueno es que regreso.
- Esos es verdad.
- Seguiré investigando y te aviso, porque hay algo que me llamo la atención, pero antes de decirte debo tener más pruebas concisas.
- Confío en ti.
- Buenas tardes - interrumpe Emilia sin tocar y mi secretaria detrás de ella.
- Señor lo siento, pero no quiso entender que dijo que no quería ser molestado – las mato con la mirada.
- Necesito hablar contigo no sabía que estabas reunido, un placer Emilia Gómez - se presenta ante Víctor.
- Un placer señorita, nos vemos después Gabriel, con permiso. - sale de mi oficina y veo a las mujeres que están paradas ante mí.
- Si doy una orden es para que se cumpla. - lo digo molesto.
Mi secretaria me ve asustada - yo se lo dije.
- Déjanos solos - le digo y sale mientras Emilia me ve.
- ¿Quién era ese hombre? – no le respondo, estoy molesto - Quería hablar contigo.
- Si quieres hablar le dices a mi secretaria que te anuncie, pero no entres a mi oficina de esa manera mucho menos si te está diciendo que no quiero ser molestado.
- No me hables así
- ¿Y cómo te debo hablar?
- Si fuera Lucia no le hablarías en ese tono por interrumpir.
- Eso es diferente Lucia es mi esposa y tiene todo el derecho de entrar cuando le plazca, así que no te compares ¿A ver qué es tan importante que no podía esperar?
- Los japoneses están en la sala de juntas y quieren hablar contigo, Sebastián está allá.
- ¿Para qué quieren hablar? ¿no se supone que te encargarías para que retiraran la demanda y no molestan más?
- Veo que estás de mal humor.
- Cuando no sé hacen las cosas como yo digo por supuesto que sí. Te dije que no quiero ver a esa gente, ¿qué parte no entendiste?
- Ellos quieren hablar contigo y Sebastián porque ninguna otra empresa acepta trabaje con ellos por este problema.
- ¿Y qué quieres que yo haga? Son unos estafadores que se las arreglen, pero a mí que no me molesten, estoy ocupado.
- ¿Ocupado? Gabriel ellos están aquí quieren solucionar esto.
- Yo soy ingeniero, arquitecto no abogado ese es tu trabajo, por eso te contraté, es la razón de porque te p**o un buen salario y estás aquí, así que si tú no lo puedes solucionar ¿qué quieres que yo haga? ¿Contrato a otra abogada?
- A veces hay que conciliar Gabriel, y no me hables asi.
- Aquí no hay nada que conciliar, ellos quisieron robarnos, nos dimos cuenta ahora que paguen las consecuencias, que vean como resuelven, yo solo deseo que nos paguen lo trabajado y se desaparezcan; si eso es todo sal de mi oficina que tengo trabajo y yo hablo como meda la gana.
Me mira desconcertada - ¿No entendiste? - sale molesta de mi oficina, nadie hace su trabajo como debe. A los minutos entra mi secretaria nuevamente.
- Señor, la señora Maritza está en la línea.
- Pásamela. - segundos después - Buenas tardes abogada ¿me tiene respuesta o insiste con el divorcio?
- Ambas cosas, y buenas tardes.
- Primero deme las noticias ¿Son buenas o malas?
- Depende de cómo lo vea. Resulta que la firma no es falsificada es suya.
- Imposible, sé que no firme esa anulación.
- En eso no sé cómo ayudarlo, pero Salvador estuvo en mi oficina está mañana.
- Ya le dije que el ya no se encarga de mis asuntos legales.
- Lo sé, me lo dijo el mismo, pero me dio una información que no era para usted sino para mí clienta.
- ¿Lucia? ¿Qué le puede dar que sea para ella y porque me lo dice en vez de llamarla a ella?
- Porque creo que le interesa más a usted que a ella.
- A ver ¿qué será?
- Resulta que en el juzgado sale el nombre o el bufete de quién introdujo la anulación en tu nombre, y no podemos saber quién fue porque se cubren bien la espalda. Así que debes conocer a alguien en los juzgados que te dé esa información.
- ¿Sale en el contrato de Anulación? Es decir, ¿además de mi firma también sale quien introdujo el papel?
- No. Eso sale es en el juzgado en la ficha de recibimiento.
- Ósea que solo los abogados tienen acceso o las personas involucradas en el caso.
- Si, lo solicitan al verificar cómo va el proceso.
- Salvador puede tener esa información y tú también.
- Si, pero la persona se cubrió, por eso te digo que tiene buenos contactos.
- Bien, yo a tratar de conseguir esa información - cuelgo y si no falsificaron mi firma entonces tuve que firmar sin darme cuenta, pero leo todo lo que firmó, así que tuvo que ser alguien cercano a mí.
- Necesito de ti ahora en la sala de juntas - entra Sebastián como un mal genio - y no me importa si estás ocupado o lo que deseas, yo también, pero estoy a punto de matar a alguien así que ven.
- Que tú quieras matar a alguien es sorprendente, a ver qué quieren estos japoneses y yo con tantas cosas que resolver.
Antes de entrar a la sala llamo al papá de Erick para que me ayude a encontrar esa información que me dijo Maritza.
- No será fácil, el día que lo retiré no vi ningún papel firmado de recibimiento y tampoco lo pedí porque no vi necesidad, pero déjame ver qué puedo hacer.
- Gracias.
Sebastián me mira de manera rara y curiosa.
- Versión corta Abogados, juzgados y anulación de matrimonio.
- Bueno, deja ese tema y concentremos en esté - entro y encuentro a los japoneses alterados.
- Decide llegar. - dice uno de ellos
- No me había ido a ningún lado es que no quería verlos, pero al parecer es imposible, a ver ¿cuál es el escándalo?
- Queremos pedir que se retracte de lo que dijo, que la prensa desmienta sobre la demanda ninguna empresa quiere trabajar con nosotros.
- ¿Redactarme? ¿Desmentir? A ver, ustedes quisieron robarme, me demandaron y usaron el mismo método con otras empresas, no quieren pagar lo invertido y ahora me salen con esta estupidez ¿Quieren terminar de colmar mi paciencia?
- Retiramos la demanda, pero usted nos ha dejado sin credibilidad ante los demás.
- Yo solo dije la verdad, me preguntaron sobre la demanda que ustedes me hicieron y yo respondí. Que no les guste las consecuencias no es mi asunto, así que vean como resuelven.
- No pagaremos si no se retracta. - estos hombres van a hacer que los mate.
- Si no quieren pagar no lo hagan, los demandaré por intento de fraude y muchas cosas más, eso no ayudarán a su problema ¿Verdad?
- Señor Ziegermman.
- ¡Basta de estupideces!, soy paciente porque ya los hubiera destrozado por intentar robarme y sin embargo pido es el dinero invertido en lo que llevamos en la obra, pero si no quieren, está bien, después no se quejen de lo que les espera porque no será comparado a esto. - miró a Sebastián y a Emilia - nada más que decir, ahora encárgate - le digo a Emilia - y si siguen en este plan llama a seguridad para que los saquen de aquí
Salgo de la sala y respiro profundo, que día. Vuelvo a mi oficina a resolver otros asuntos hasta que se me ocurre pensar si acabará el congreso y este doctor se irá de regreso y también se me ocurre ir a ver el trabajo del centro, quiero agilizar eso, esos argentinos deben estar lejos lo más pronto posible.
Cuando llegó al terreno veo todo en calma deben estar por salir los trabajadores, están trabajando bien, eso es bueno. De repente veo a Santiago hablando por teléfono ¿Que hace aquí? Me trató de acercar y escucho una risa que reconozco a metros, busco de dónde proviene y ahí está mi sirena con Benjamín; y mi rabia aumenta. Está sonrojada, nerviosa y apenada, yo soy el único hombre que la pone así, además se está mordiendo el labio, como un demonio. Le gusta, a Lucia le gusta este tipo, yo lo mató.
- Buenas tardes - Lucia me ve sorprendida y ve a Benjamín.
- Gabriel que extraño verte a esta hora por aquí - dice Benjamín
- Es mi obra debo supervisar como va, lo raro es verlos a ustedes, no deberían estar aquí mucho menos sin supervisión un mal paso y se complica todo.
- Gabriel ¿Cómo estás?
- Hola Santiago, no ha sido un día fácil pero ahí vamos y tú beba ¿cómo está? - se queda callado y luego responde.
- Bien, hermosa y tremenda.
- Me alegra quiere decir que crece sana ¿y eso que estás aquí?
- Estábamos hablando de trabajo y Benjamín decidió mostrarnos el lugar.
- Mm - veo a Lucia y es la primera vez que está tan callada. - si vamos avanzando.
- Creo que debemos irnos, tenemos una cena pendiente así que vamos a llegar tarde - dice Lucia.
- Es cierto - dice Benjamín poniendo sus manos en la espalda de mi mujer - podemos irnos, Gabriel te dejamos continuar supervisando.
- Quita tu mano de dónde está si quieres llegar a esa cena - Benjamín se ríe.
- Ya, no vamos a empezar - me mira Lucia con esa cara de reproche. Avanza y me pasa, por un lado, la detengo.
- ¿Por qué estás tan nerviosa? - mientras que Benjamín y Santiago nos mira.
- Gabriel no creo que Lucia quiera hablar - dice Benjamín.
- Yo decido cuando hablar con mi mujer - le respondo
- Benjamín esperemos en el auto – nos interrumpe Santiago, eso es porque ya me conoce, sabe que no terminaría bien está conversación.
El acepta de mala gana - ¿Estarás bien? - le pregunta a Lucía.
- ¿Qué crees que le haré? - este imbécil me está colmando la paciencia.
- Esperen en el coche ya voy. - les responde. Ya un poco distanciados la vuelvo a ver.
- Te hice una pregunta ¿Por qué estás nerviosa?
- No lo estoy, si pusiste a José para que me vigilará y te aparezca cada vez que estoy con uno de mis amigos te informo que no lo tolerare.
- No he hablado con José, vine a inspeccionar mi trabajo y te encuentro a ti con él, con risitas, sonrojada y nerviosa ¿Por qué?
- Ya basta con esa actitud machista, estás quedando como un celoso y patán, eso no está bien.
- Me importa como estoy quedando ese tipo quiere meterse con lo mío y eso no lo tolero, y no me evadas la pregunta ¿Te gusta ese tipo?
- ¡Si Gabriel me gusta, ya! ¿Feliz? Ahora deja de seguirme.
Se va dejándome plantado en medio del terreno con un río de sentimientos a punto de explotar para hacer un gran desastre, cálmate, Gabriel, porque si explotas cometerás otro error y terminarás peor.
-*-
Al llegar a casa dónde no quiero salir en mucho tiempo me encuentro con mi padre en la puerta, esto no me lo esperaba.
- ¿Papá? ¿Qué haces ahí? ¿Por qué no entraste?
- Hola, hijo, me gusta la vista del lugar así que preferí admirarlo mientras llegabas ¿Cómo te ha ido?
- Ay voy, con la vida en un caos, pero tratando de solventar ¿Tú? ¿Cómo van las cosas en casa?
- Extrañando a mis hijos y nietos porque no han ido a casa.
- Lo siento papá, sabes que no es por ti, pero Sabrina está lidiando con un problema y yo estoy con los míos, y ninguno de los dos está en condiciones de tratar con mi mamá ahora.
- Lo sé, tu madre está separando está familia por su terquedad y sus acciones.
- No digas eso, ella tiene su carácter pesado, pero así la queremos, simplemente que ahora preferimos no tolerar sus comentarios. - sonríe afligido. - me contó que tuvieron un problema y que estás molesto con ella.
- Lo estoy, hizo algo que no puedo tolerar y estoy muy decepcionado, en este momento no se con qué mujer me casé y eso es peor que estar molesto.
- Papá; mamá y tú siempre han superado todo y se entienden, cuál sea el problema sabrán manejarlo.
- Hay cosas que no son fáciles de aceptar, de tolerar y mucho menos de apoyar. Pero cuéntame ¿cómo van tus cosas? ¿Lucia?
- La empresa va de maravilla, lidiando con uno que otro altercado, pero nada grave y Lucia...- respiro profundo - hoy por primera vez sentí que alguien me la puede quitar y se sintió horrible.
- ¿Está con alguien?
- No sé, ella dice que si yo no le creo del todo porque no se comporta como si estuviera con alguien, pero hoy la vi con otro hombre y ...
- Estás celoso, ¿qué hombre no cela a una mujer hermosa?
- No era eso papá, habido hombres que la miran, le coquetean, pero ella ni pendiente y está vez no fue así
- Quizás te quiera dar celos, te lo mereces.
- No, ella ni siquiera sabía que estaba ahí, era su actitud, su mirada, sus gestos y esa sonrisa... Solo yo hacía eso, le gusta este hombre y él lo sabe, eso me tiene con ganas de matar a alguien.
- Respira y no mates a nadie porque vas a estar peor- nos quedamos en silencio unos minutos y después me pregunta - ¿quiere estar con ella después de todo lo vivido? ¿De saber que tienes limitadas algunas actividades, que su corazón tiene fecha de vencimiento?
- Papá cuando vi a Lucia la primera vez fue como si algo en mi se encendiera, brillará, jamás me había impresionado alguien así, luego creí que era un espejismo que debía dejarla ir, y ese mismo día la vi en el hospital, con su sarcasmo, su indiferencia y esa altivez que la caracteriza, me dije que no la iba dejar ir que iba ser mía como fuera y me costó, después me fui enamorando de ella, su habilidad para amar a los niños, su ternura para ver las cosas buena dónde todo está mal, emocionarse por cosas tan simples y esa valentía de enfrentar la vida sin miedo a nada y todo eso estando enferma.
- Es una mujer como pocas, doña Esther la supo criar muy bien.
- La amo papá, ella es parte de mí de mi ser, me siento incompleto sin ella, me falta algo para vivir si no la tengo a mi lado, pierdo el camino si no estoy con ella. Mi sirena es todo lo que necesito en mi vida lo demás solo son cosas vacías.
- Si sientes eso entonces que paso ese día, ¿cómo terminaste diciéndole que era un error, que tener hijos sería una maldición, que ver a Lucrecia te dio felicidad y muchas cosas más? - lo observó porque yo no le conté nada de eso.
- ¿Hablaste con Lucia? Solo ella pudo darte esos detalles.
- Teníamos una conversación pendiente y me lo dijo no con tantos detalles, pero si lo principal. ¿No querías hijos con ella? - otra vez ese tema. - ¿en qué momento se les vino abajo el matrimonio perfecto que se veían?
- No lo sé, yo era feliz papá, tenerla era el paraíso constante se podía estar cayendo el mundo, pero ahí estaba ella y eso era perfecto; pero de pronto no sé qué paso; las conversaciones pasaron hacer discusiones, no había otro tema en casa que no fuera Emilia y su obsesión de que teníamos algo, después empezó a estar callada y cuando hablábamos mencionaba el bebé...
- ¿Te molestaba mucho la idea de tener un bebé con su condición?
- Me molestaba era su terquedad, su insensatez, la perdí y Dios me la regreso por un milagro; ella quería perder eso, el médico fue muy claro tener hijos sería un riesgo donde ella o ambos perderían la vida, ¿por qué quisiera perder algo que tengo por algo que no tengo?
- Se lo dijiste.
- Se lo dije, pensé que lo había entendido que estábamos bien, que ella había comprendido que no nos hacía falta hijos para ser felices, pero de pronto insistía e insistía, que mamá inconscientemente tal vez la presionaba con el tema y yo no supe que hacer y le dije que si se embarazara la haría abortar...
- ¿Qué tú hiciste qué?
- Papá, no la iba a perder por su insensatez, tenía que quitarle esa idea de la cabeza mucho más cuando estaba mal, con sus malestares era como si no lo viera.
- Tal vez trataba de decirte algo y no la dejabas.
- Llevaba días enojado, habíamos discutido por qué se enteró de Lewin, luego no quería hablarme y de repente ese día mi rabia explotó y la de ella también; los dos enojados éramos un desastre, yo hablaba por hablar y ella escuchaba lo que quería, estamos viviendo las consecuencias de nuestro carácter.
- ¿Entonces si quieres hijos con ella? - solo imaginármelo me alegra.
- No me gusta pensar en cosas que no van a ocurrir.
- Entiendo que no la quieres perder, pero si pudiera tener hijos, aunque esté enferma sin riesgo a morir...
- Tuviera un equipo de baile - reímos - nada me haría más feliz que unas sirenitas igualitas a ella invadiendo mi vida.
- Deberías decírselo.
- Hablar con Lucia en este momento es terminar en peleas, prefiero es resolver los enredos en los que estoy y darle respuesta.
- Eso es algo sensato, ustedes se quieren mucho se les nota simplemente tienen muchos terceros inmiscuidos en sus asuntos es hora de que pienses a ponerle un alto a esas personas, aunque sea tu propia familia.
- ¿Por qué lo dices papá? ¿Hay algo que yo deba saber?
Me mira y sonríe, después mira al paisaje – de ahora en adelante piensa bien lo que haces y las consecuencias que eso puede ocasionar a futuro; Lucia no es una mujer fácil y puede amarte, pero no pondrá en riesgo a sus… intereses.
- Eso trato de hacer papá, trato de arreglar esto y darle espacio para no matar a esos desgraciados, pero a veces creo que no voy a poder.
- ¿Crees que aun siente algo por ti?
- Por supuesto, pero es muy orgullosa y mientras que no le demuestre que no le fui infiel y que todo lo que le dije fueron solo palabras no va a cambiar de opinión.
- La conquistaste una vez y eras un mujeriego con una mala reputación y terminaste casado con ella, ¿por qué no la puedes conquistar otra vez cuando ya la conoces y sabes sus gustos y como traerla a ti?.
Me quedo pensando en eso y es cierto, conozco sus gustos solo que esta vez no puede ser cosas simples si no recordarle porque fue que se casó conmigo, porque éramos uno solo.
- Me encanta hablar contigo papá, eres un gran padre.
- Tú también serás un gran padre, ¿qué pasa con tu hermana?
- Esta celosa por una exnovia de Sebastián y no lo lleva bien.
- Eso es un peligro, mírate a ti.
- ¿Papá crees que mi amistad con Emilia iba más allá de lo que era, parecía que fuéramos más que eso?
- Pasabas mucho tiempo con ella en comparación con Lucia, de por si las mujeres ya son celosas con cualquier mujer imagínate con una exnovia guapa.
- No vi eso, capaz no le puse limites a Emilia y le dio pie a que Lucia malinterpretara muchas cosas.
- Tal vez, pero lo que a ustedes le falta es comunicación.
- Algo que últimamente no hacemos bien. Te invito a cenar.
- Me encantaría, podemos ver el futbol
- Claro.