Veo esos ojos que me matan, que me hacen suya y como quisiera olvidar todo y decirle que lo amo, que tenemos una hija, que él es mi vida.
- Mi sirena, sé que me amas te conozco y ese orgullo es lo que te tiene separada de mí; pero ya me cansé de este juego quiero que estés conmigo.
Me vuelve a besar y me pierdo en sus labios, en lo que me hace sentir, se siente tan mío; y mi mala cabeza empieza a recordar justo en este momento todo lo que nos separa, recuesto por qué vine. Dejo de besarlo, veo esos ojos tan deseosos de mí, me odio por dañar este momento...
- Mi sirena ...
- Santiago. - me mira sin entender y confuso.
- ¿Me acabas de llamar Santiago? ¿En serio Lucia? Te beso y me llamas como tu amigo y supuesto hermano - me suelta y vuelve a su silla.
- No, Gabriel. Eso es repulsivo, lo que quiero decir es que vine hablar de algo importante que involucrar a Santiago y a ti.
- Lucia estamos hablando de ti, de mí, de nosotros; de que olvidemos todo, estemos juntos y me sales con que quieres hablar de Santiago. - este hombre y su manía de no dejarme hablar.
- Lo que quiero decir es que el hijo de Santiago...
- ¿La niña hermosa con cara angelical, pero con pésimo carácter?
- Ella no tiene mal carácter, excepto cuando quiere decir las cosas y como apenas está aprendiendo hablar uno no le entiende y se frustra o cuando las cosas no le salen como ella quiere.
- Mira otra casualidad, además de tener tu sonrisa también tiene tu carácter.
- Yo diría que tiene el carácter del padre, pero eso lo hablamos después lo que quiero hablar es que...
- Lucia dejemos de hablar de mis papá y Santiago concentrémonos en nosotros- ese tema también, son tantas cosas
- Vamos a aclarar algo, empecemos con tu papá.
- ¿Qué te acabo de decir?
- Tienes que hablar con él, hacer las paces y disculparte.
- No lo haré - juro que si no es porque está herido lo golpeó - él te separó de mí y eso no se lo voy a pasar.
- ¿Puedes entender cuando te digo que él no fue quién me ayudó?, no seas bruto y piensa un poco.
- No le llames bruto y no me voltees los ojos, no quiero mencionar más el tema ¿Por qué debo repetirlo tantas veces? Víctor me lo dijo, te fuiste en su avión y luego te fue a ver Alaska casualidad no es.
- ¿Te dijo que fue el señor Ziegermman o solo lo asumiste porque era su avión?
- Cuál es la diferencia, fue él y punto.
- No es el único de la familia que usa el avión ¿o sí? - me mira con frustración.
- Yo estaba en Grecia - gracias por recordarme eso - Sabrina estaba con Sebastián en Londres así que solo quedaba mi papá y mi mamá, así que no me mientas.
- Te estoy diciendo que tu papá no fue quién me facilitó el avión para irme.
- Entonces si no fue mi padre quien ¿Mi madre? - no le digo nada y me mira cayendo en cuanta lo que le digo. - Fue mi madre.
Después de unos minutos de silencio me siento mientras él está caminando de un lado al otro.
- Mi madre te ayudo a irte, y te vio en Alaska.
- No me vio o eso creo, la verdad no lo sé, pero sé que estuvo allá por eso pensé que tú...
- ¿Que yo sabía dónde estabas? - afirmó.
- Yo pensé que nadie lo sabía hasta que me llegaron los papeles del divorcio y asumí que fuiste tu hasta que me enteré de que no fue así porque no tenías ni idea de lo que hacía Salvador.
- ¿Salvador? ¿Qué tiene que ver el en esto?
- Se supone que es tu abogado, pensé que él había mandado los papeles con tu aprobación luego me enteré de que tu amiga era quien metió la anulación en el juzgado cuando lo fue a ver y, pensé que fue con tu consentimiento que intentabas volverme loca.
- Espera Emilia fue a ver a Salvador- se acerca hasta dejarme acorralada en la silla - ¿sabías que Emilia es quien introdujo la anulación y no me habías dicho nada?
- ¿Por qué te iba decir? Es tu amante era lógico que ella lleve tu divorcio.
- Lucia Meller - se acerca aún más a mi - Después de todo lo que te he dicho ¿aún crees que tengo algo con ella?
- Estaba a punto de comerte encima de esta mesa antes de que yo llegará, lo que me recuerda que interrumpí una escena romántica, y también se creyó con todo el derecho de ir a la casa a reclamar su lugar.
- ¿Qué más me ocultas? – muchas cosas más que harías que explotes. Se separa de mí.
- ¿Te molesta que sepa que tu amante lleva nuestra anulación? que por cierto no has firmado.
- No vamos a volver a ese tema, aquí nadie se divorcia y no es mi amante. – eso espero – debiste decírmelo anoche, papá debe estar molesto conmigo.
- No nos diste tiempo de hablar, llegaste insultaste como siempre lo haces y luego te fuiste.
- Ya sé, tu no le pedirías ayuda a mi mamá para salir del país, ¿Cómo te convenció para irte?
- No creo que debamos hablar de eso.
- Por supuesto que lo tenemos que hacer, mi madre te alejo de mí.
- Lo que siempre quiso, para ella nunca fui la mujer que merecías tu debías casarte con Lucrecia o ahora Emilia.
Pasa su mano frustrado por su cabeza respirando profundo.
- Yo no sabía que Emilia había hecho la anulación, pensé que había sido Salvador por que mi mamá se lo pidió, hasta hace unos días que me enteré.
- No creo que tu mamá este muy libre de pecado después de todo sabia todo lo que Salvador hacia o mejor dicho ella le ordenaba a Salvador que hacer.
- Yo no firme el divorcio ni esa anulación, estoy tratando de averiguar como llego mi firma a esos papeles.
- ¿En serio? Gabriel si usaras la inteligencia de los negocios en tu vida personal te iría mejor. – me mira molesto - ¿Quién esta cerca de ti todo el tiempo y le has firmado documentos?
- Lo se Lucia pero no se como demostrarlo, leo todo lo que firmo.
- Obviamente no todo porque hubieras leído los papeles pidiendo nuestra separación.
- Cuando te pones en plan de sarcástica me enfureces.
- Que triste. ¿Llamaras a tu padre?
- Lo hare – tomo su celular y se lo entrego - ¿quieres que lo haga ahora? – afirmo – debe odiarme.
- Eres su hijo, claro que no te odia más bien está preocupado por ti.
- Ahora que lo pienso ¿Qué hacia mi padre en tu casa? – piensa rápido.
- Quería hablar conmigo justo de lo que le reclamaste, se enteró que su avión fue el que me saco a mí de la ciudad.
- Y yo le dije que no lo quería ver más. – le vuelvo a mostrar su celular.
Me hace caso y lo llama, no se lo que le dice, pero mientras habla yo trato de analizar como le digo lo de Lewin, eso sí será un gran golpe.
- Lo voy a ver en un rato en el club.
- Me alegra, ¿ahora por que estas peleando con Sebastián? – sonríe.
- Yo no estoy peleado con él, es él quien no me quiere hablar y me intriga saber cómo lo sabes.
- Para que veas, te tengo vigilado Zigermman.
- Lo que me recuerda, ¿conseguiste lo que querías de Melina? Se que la fuiste a ver una vez más – algo, pero no lo suficiente.
- No todo, suelta las cosas con cucharilla, obviamente quiere mejorar sus condiciones a cambio de información.
- No vas a darle más nada, con tres comidas diaria y una salida al pateo es suficiente. – sabe eso, no debería extrañarme. - no te quiero en ese lugar Lucia, no es para ti.
- Gabriel estado en lugares más horribles y peligrosos que esos durante mi carrera – me mira sin creerme – esta bien, es horrible pero ahí está la información que necesito.
- ¿Qué información es la que necesitas de esa loca?
- Te dije que te lo diré en su momento; ¿Cómo esta Sabrina con lo de la prensa y Sebastián?
- Dímelo tú, ella cree al igual que tu que su esposo que esta perdidamente enamorado de ella le fue infiel.
- Debe estar muy mal, ¿hablo con ella?
- Mi nana y Anna estuvieron contigo cuando me viste con Emilia – no esperaba esa pregunta – ¿Mi madre también estaba ahí? – esa tampoco me la esperaba. - ¿Te he dicho que cuando te quedas callada es como si me respondieras?
- Estoy pensando que tal vez no me fuiste infiel y que me engañaron.
- Nos engañaron, aunque eso no cambia las cosas que te dije en la casa. – lo admite eso es un gran avance. – Mi comportamiento hizo que reafirmaras tus dudas y pensaras lo que creías a ver visto.
- Se lo que vi Gabriel, no habría duda. Debí enfrentarte en ese momento o hablar con más claridad. No hablábamos mucho para ese entonces. ¿Por qué no me contaste de los problemas de la empresa? – respira profundo.
- No quería agobiarte además mi ego también estaba herido, tú me habías dicho que no me confiara de los árabes, que no te daban buena vibra y que venían con malas intenciones y yo no te escuche.
- Casi pierdes la empresa, debiste apoyarte en mi soy tu esposa.
- Lo sé, pero estabas extraña en esos días y estabas con los malestares, tu trasplante y yo no quería ser el causante de que estuvieras peor.
- Gabriel cuando nos casamos, sabias los cuidados que debía tener, íbamos a mis chequeos diarios, estábamos bien; teníamos un matrimonio normal ¿Por qué de un momento al otro te volviste tan obsesivo con mis cuidados?
- Lucia moriste durante unos minutos, ese corazón apareció de milagro y respondiste, cuando Ricardo nos contó mi corazón se detuvo, no podía respirar y todo fue… imaginando que te perdía y fue como…
- Si te arrancaran la vida – termino de decir recordando lo que sentí cuando lo vi herido, afirma. – ahora lo entiendo más que antes, pero eso fue antes de casarnos y te pusiste así mucho después. Y mis malestares vinieron después de tus cuidados en extremo.
- El tratamiento no estaba funcionando Lucia, estabas rechazando el trasplante y una mala noticia, un esfuerzo excesivo, un mal paso algo fuera de tu rutina podía hacer que empeoraras.
- ¿De donde sacaste esa idea? Fuiste al ultimo control conmigo y todo marchaba bien.
- Lo sé, pero después te empecé a ver más cansada y deprimida como preocupada y le pregunte a Ricardo si algo sucedía me dijo que todo estaba normal, así que le pregunte cuales eran los síntomas si rechazabas el trasplante y analizaba todo lo que hacías.
- ¿Analizar? Gabriel me atosigabas, si comía, si iba al baño, si tenía un simple refriado, si agarraba mucho aire, si me excedía en ejercicios en el trabajo, en todo y yo puedo entenderte, pero llega un momento que tantos cuidados.
- Asfixian y empiezan hacer molestos – completa mi frase. – no diré que lamento los cuidados que tuve contigo, pero debí escucharte más y no ignorarte.
- Me alegra escuchar eso, y si he de ser sincera yo también lamento ser arriesgada y no medir el peligro cuando solo quieres cuidarme. – sonreímos.
- Debimos haber hecho esto antes.
- Tu no amante te perturba el cerebro así que no es toda tu culpa.
- Lo es, yo te alejé de mi sin darme cuenta solo por protegerte y no estuvo bien; debí decirte lo del niño y eso empeoro la situación. - el tema delicado que contar. – buscaba la manera correcta de decírtelo sin que te afectara, pero te veía tan delicada y distante que tenía miedo a que me dejaras.
- Lo que me dolió fue que me lo hayas ocultado, que me dijeras que los considerabas tu familia y no a mí, que te sentiste completos con ello y no conmigo. Me sentía mal por no darte hijos y cuando tu madre me dijo que existía yo solo…
- ¡Mi madre! – ay no, se lo dije - ¡mi madre fue quien te lo conto?
- Fue accidental, ella pensó que lo sabía – eso pensé en el momento ahora se que lo hizo adrede.
- ¡Imposible, ella sabia que tu no estabas enterada, todos sabían que debían guardar el secreto hasta que yo te lo dijera! – le pega a la mesa y hubiera jurado que se lastimo la mano - ¡como un demonio! Mi madre otra vez. ¿Qué ha hecho esta mujer que yo no sepa?
- Cálmate, Gabriel – ahora si lo veo realmente enojado.
- ¡No me puedo calmar, no te lo dijo accidentalmente lo hizo adrede, sabia los riesgos que eso podía causarte! Te pudo haber matado con la noticia. – patea la silla – pero me va a escuchar. Se lo dije que no se metiera en mis asuntos.
Va camino a la puerta sin mirar a ningún lado- ¡Espera!
Sale hecho un demonio de la oficina, y se los resultados de cuando esta en esa actitud y no nos buenos.
- ¡Gabriel! – se tropieza con Emilia - ¿estas bien?
- No, quítate de mi camino – y sigue hacia el ascensor.
- ¡Gabriel espera! – se cierra la puerta este hombre me va escuchar.
- ¿Qué le dijiste que va con ese humor? – me reclama Emilia.
- Ocúpate de tus asuntos y no te metas donde no se te ha llamado, entrometida. – llamo a Nicandro y no me contestas conociendo a Gabriel seguro le prohibió que me respondiera.
Bajo corriendo las escaleras hasta llegar al estacionamiento casi sin aire, trato de respirar y me cuesta, debo volver a mi actividad física esto no se siente bien. De repente lo tengo a mi lado.
- ¿Estas loca porque bajas las escaleras así? ¡Nicandro tráele agua rápido!
- Tu … no …
- Ya no hables, trata de respirar – tampoco me estoy muriendo – mejor te llevo al médico.
Nicandro me trae agua y tomo un poco, ya me siento mejor es lo que necesitaba.
- Vamos al hospital – me carga Gabriel.
- Me encanta que me cargues, pero no necesito un hospital, estoy bien.
- Yo no lo creo.
- Yo si, y bájame tus heridas se van a abrir.
- Mis heridas van a estar bien – me sube al coche – Nicandro a donde Ricardo.
- No es necesario, no vamos para allá.
- ¡Que sí!
- ¡Que no y fin del tema!, mejor llévanos al club, mi suegro te esta esperando y no lo vas a dejar plantado.
- Lucia.
- Marinero…- ya me mira y respira profundo con calma
- Al club será – lo tengo – pero seguro te sientes bien, yo estaría más tranquilo.
Le tomo la mano y lo veo directamente a los ojos. – estoy bien, pero debes prometerme que vas a calmar ese carácter, así no vas a hablar con tu madre puedes hacer y decir cosas que te vas a arrepentir después.
- Después de todo aun te preocupas por ella.
- Es tu madre y me preocupo por ti no por ella. Prométemelo
- Lo hare, me calmare, pero esto no se va a quedar así.
Una hora después que esta calmado y estamos llegando al club me pongo a pensar, si así reacciono nada más al saber que su madre fue quien me dijo del niño no se como reaccionara si le digo que sabía lo de Gabriela y que Lucrecia le ha mentido sobre su paternidad.
- Hemos llegado, vamos.
- No – me mira extrañado – debes hablar con tu padre a solas, con Sebastián y también con Erick me he dado cuenta de que están algo distanciado. – hace un mal gesto.
- ¿Erick? No pasa nada con él, bueno a tenido mucho trabajo por eso no hemos hablado como antes y con Sebastián… lo intentare.
- Erick me dijo que casi mueres por mi y esta molesto conmigo, es un buen amigo que trata de evitar que te lastime otra vez.
- ¿Me lastimaras otra vez? – sonríe con picardía.
- Eso ya lo veremos Zigermman, ve que tu padre te espera yo me voy a casa en un taxi.
- Ni lo pienses Nicandro te va a llevar.
- ¿Y quedarte sin guardaespaldas? Ni lo sueñes.
- Sirena.
- No lo voy a discutir contigo Gabriel así que ve a dentro ahora que yo tomo un taxi.
- Que te lleve José, entonces.
- Disculpe señor – nos interrumpe Nicandro – José no está disponible, está en otro asunto
- ¿Qué asunto? – cuidando a la pequeña Zigermman.
- No importa, déjalo en paz. Me lleva Sebastián – lo vemos salir del club – ¡Hola Sebastián!
- Hola Lucia.
- Le decía a Gabriel que tu me llevas a casa mientras el habla con su papá ¿Puedes?
- Por supuesto, mi suegro está en la habitación.
- ¿Habitación? – pregunta Gabriel.
- ¿Qué el te explique? – me da un beso en la mejilla
- Me la cuidas – le dice a Sebastián mientras entra al club.
- Me alegra que lo hayas convencido de que hablar con mi suegro, estaba mal por estar peleado con él.
- Si, me toco decirle algunas verdades.
- ¿Sobre nuestra querida y amable suegra? – afirmo – me alegra, ya era hora.
- ¿Tu como estas con Sabrina? – caminamos hasta su coche.
- Es una Zigermman que adora a su mamá y a diferencia de ti yo no tengo como demostrarle que es una bruja que esta interfiriendo en nuestro matrimonio.
- ¿Piensas que es ella la que está detrás de todo esto? Por que yo pienso que puede ser alguien más o ambas.
- Puede ser, pero que gana Emilia dañando mi matrimonio.
- ¿Quién te hace pensar que es Emilia en que pienso?
- Porque Darla esta haciendo justo lo que Emilia hace.
- ¿Te has dado cuenta?
- No soy tonto mi doc, me hago el tonto, pero sería estúpido no ver las casualidades tan oportunas de Darla para causarme problemas con Sabrina y si tenía mis dudas después de lo que salió en la prensa las confirmo. ¿Cómo llevas tú lo de Benjamín y el beso?
- Normal, se que no le he faltado a Gabo y él estaba ahí cuando me beso, sabe como sucedió todo lo que digan los demás nunca me ha importado.
- ¿Y tú otro pretendiente? – Giuseppe no había pensado en el que de lo último soy.
- Es un amigo, pero si debe haberle caído por sorpresa, debo hablar con él.
- Seria bueno, y como está la versión de mini Gabo – me rio.
- Muy bien, frustrada porque habla en su idioma y no se le entiende mucho excepto papá, mamá, tíos y tonto; así que se molesta cuando no le entendemos.
- Gabriel va a amarla, se lo debes decir.
- Lo sé, intente hacerlo hoy, pero pasábamos de un tema al otro y llego un momento que ni sabía que decirle primero.
- Lo entiendo, ustedes tienen tanto de que hablar, pero entre más pasa el tiempo peor será cuando se entere y es mejor que lo sepa por ti que por otro, mira cómo te sentiste tu cuando supiste lo de Lewin por otra persona.
- No me toques ese tema que solo recordarlo quiero matar a Lucrecia, esa mentirosa, manipuladora desgraciada.
- Lo es, pero nos guste o no es la madre de mi sobrino,
- Ese es el problema que el niño no es de Gabriel, es más ni siquiera es de ella y por su culpa Santiago, Gabriel e incluso el niño son los más lastimado – Sebastián frena de una manera que casi hace que me salga del coche -¡cuidado!
- ¿Cómo que no es su hijo?
- Rayos, esta noche estoy hablando demás.
- Lucia.
- Lo que escuchaste, versión corta conocí al niño porque me lo presento Santiago mi amigo ¿te acuerdas? – afirma – supuestamente el era el padre saque mis cuentas y la única madre posible era esa descerebrada, lo confirme le hice una prueba de ADN, para confirmar que era de Santiago y no de Gabriel y mi sorpresa es que no es de ninguno de los dos.
- Maldita bruja, se gano el premio a la mas cruel y manipuladora mujer, ¿cómo pudo inventar algo así? Pero Gabriel tiene una prueba que confirma que es su hijo.
- Manipulada ¿y a que no adivinas por quién?
- No me digas que es mi suegra porque ahí si la corono como la descendiente del diablo.
- No, aunque no lo he pensado. No, hasta allá no creo que llegue- me mira con dudad.
- Entonces quien la ayudo.
- Emilia.
- Ahora si no entiendo nada.
- Es un cuento muy largo, pero no le digas a Gabriel quiero tener todas las pruebas para desenmascararla ante el y que no me refuta nada.
- Gabriel va a matarlas ¿lo sabes?
Lo se.