Ya me estoy hartando de esta situación, todo el mundo queriendo invadir mi vida, ordenando, haciendo y deshaciendo en ella.
- No se agite - me dice Nicandro
- No me agitó solo estoy cansado de esto. Mi padre ayuda a sacar a mi mujer del país, pero ella se pone de su lado, Sebastián no quiere hablarme y no le contesta a Sabrina, alguien me quiere matar y aún no sé quién es, Emilia hace cosas a mis espaldas y para cerrar con broche una vez más tengo a soportar a mi mujer besándose con el doctorcito.
- Hola, hijo - miró a mi madre.
- La que faltaba.
- ¿Qué recibimiento es ese?
- Olvídalo, madre, ¿Que deseas?
- Estamos de mal humor por lo visto.
- Si madre estoy de malas.
- Tu hermana y tú no fueron anoche por la casa y los extraño, me siento sola.
- No creo que te tenga que decir porque Sabrina no ha ido a la casa mamá.
- Sebastián no es para ella, ya lo demostró, así como Lucia no es para ti. - otra vez no.
- ¿Que necesitas madre estoy ocupado?
- Quería verte y más después de las noticias.
- ¿Noticias? - miró a Nicandro y no sabe de lo que habla.
- Si, ¿no has visto la prensa, las redes y eso?
- Soy un hombre ocupado para ocuparme de esas frivolidades madre.
- Pues deberías, anda revisa. - busco el celular e ingreso a mis redes lo primero que veo.
"Ziegermman ¿Hombre engañado?"
- ¡¿Qué demonios?! - viene con una foto de Lucia besando a Benjamín. – paso a otra – "Infidelidad persigue a los Ziegermman" – esta vez sale Sebastián con Darla - “La razón de por qué la pareja soñada no están juntos” - otra de Lucia y Benjamín, así varias más.
- Viste, te lo dije. Esa no pierde tiempo ahora está con ese hombre, dicen que es un hombre rico, doctor y no es la primera vez que salen.
- Es mi socio mamá y se exactamente lo que sucede aquí y te recuerdo que Lucia y yo estamos separados en estos momentos.
- Igual aún lleva nuestro apellido debería comportarse.
- Madre, ya me trajiste la información ¿algo más?
- Gabriel...- entra Emilia.
- ¡¿Dios será que nadie toca la puerta?! ¡Como un demonio! - las dos me miran asombradas.
- ¡Estás pasado de mal genio! - dice Emilia.
- ¡Mi genio es mi problema! ¿Que necesitan?
- Gabriel no me hables así soy tu madre.
- ¿Estás así por qué vistes las noticias? No es para menos después de todo estás quedando como un tonto cornudo. - me dice Emilia.
- ¿Y cómo llegaron esas fotos a la prensa? - mira a mi madre y luego hace un gesto de "no se" - los únicos que estábamos éramos tú y yo, nadie más.
- Había muchas personas en ese cafetín Gabriel no solo nosotros así que no me culpes.
- ¿Y por qué no? Las únicas interesadas en verme separado de Lucia son ustedes dos y se van de mi oficina, no las quiero ver. ¡Vamos! Busquen algo que hacer.
- Si, me voy porque con ese genio estás buscando que te dé un par de golpes que no te di cuando eras niño. - toma del brazo a Emilia - vamos, bella no estás para aguantarle el ánimo a este maleducado.
Salen de mi oficina y veo a Nicandro.
- ¡Encárgate de desaparecer esto ahora! Y quiero saber quién lo hizo, va a ser lo último que publique en su vida.
- Si señor, pero no se altere recuerde su herida.
- Por Dios deja de cuidarme tanto, si como, si me muevo, si recibo una noticia, es estresante y molesto.
- Es mi trabajo cuidarlo.
- ¿Quieres que este bien? Averigua quien hizo esto y quiero la cabeza de todos en el piso, eso incluye las fotos de Sebastián y Darla.
- Bien, ya mando a que vengan a cuidarlo.
- Por unas horas que este solo no va a pasar nada.
- No me arriesgo, se tiene que cuidar y si usted no se cuida yo debo hacerlo antes de que la señora me desmiembre, señor.
- No me imagino a Lucia haciendo eso.
- Eso lo que me dijo y yo voy a obedecer.
- Dame paciencia.
Tantos problemas me van a terminar matando, pero del coraje.
- Señor. - entra mi secretaria
- ¡¿Que?! - se asusta.
- Los de Londres vienen en la tarde para el proyecto, ya todo está arreglado y el señor Benjamín y Mateo están afuera quieren hablar con usted.
- Lo que me faltaba, ese doctorcito.
- Hazlos pasar.
Entran y me ven.
- Hola Gabriel sé que no teníamos cita así que Gracias por recibirnos.
- No hay problema Mateo, ¿cómo están?
- Bien, gracias.
- Díganme que necesitan y trataremos de ver qué podemos hacer. - a todas estas Benjamín no ha mencionado ni una palabra.
- Queremos ver si al centro podemos hacerle un área recreacional, como un parque para los niños.
- Es para que jueguen mientras esperan su turno - dice Benjamín.
- No creo que haya problemas, tendríamos que ver los planos, podríamos imaginarlo y luego podemos mostrárselo, y si no se puede algo nos inventamos, pero los niños tendrán su espacio recreativo; pero podrían haber llamado para eso no hacía falta venir.
- Gracias Gabriel pensábamos que ibas a decir que no, que no se podía o alguna excusa.
- ¿Por qué haría eso? Siempre hay solución para todo. - mira a Benjamín.
- Bueno por las noticias recientemente - dice Benjamín.
- ¿Por el beso que le robaste a mi mujer y ahora está en todos lados? - sonrió - yo no mezclo el trabajo con lo personal y a mí no me hace daño es a ella después de todo es quien está quedando como la infiel. La ofendida es mi esposa no yo.
- Yo hablaré con ella - dice.
- Conociéndola dudo mucho que quiera verte otra vez, pero inténtalo, por lo menos una disculpa no estaría mal.
- No pareces afectado ¿no te importa lo que digan de ella? – autocontrol Gabriel, no lo mates.
- Yo estoy en mi país, mi territorio y yo se manejar a las personas que tienen la osadía de ofenderme o a los míos, y Lucia es mía. Mateo no te preocupes y tú tampoco Benjamín, se cumplir mi trabajo el centro quedara hermoso.
- Entonces nos vamos y disculpa las molestias.
- En lo absoluto. - se despiden y antes de salir de mi oficina escucho a Benjamín.
- Ella me gusta, es una gran mujer y tienes suerte de tenerla.
- Lo sé.
- ¿Entonces porque no haces nada para tenerla contigo?
- Porque conozco a mi mujer y yo sé cómo atraerla a mí, así como ella sabe llevarme a ella; es algo que nadie entiende.
- Alguien te la puede robar.
- ¿Cómo tu?
- Por ejemplo.
- No eres el primero que lo intenta, suerte con eso. – sale de mi oficina y mi educación se va al caño. Quiero matar a alguien, ir al gimnasio, pero con esta herida no puedo.
Minutos después tengo mi celular a reventar con llamadas de mi papá, Lucia y Sabrina a la única a la que le respondo.
- ¿Viste las noticias? ¿Cómo pudo salir eso a la luz? Nadie estaba ahí excepto Lucia y Hannah, soy la esposa engañada.
- Tranquilízate ya estoy trabajando en eso, al parecer es mutuo porque yo también estoy en tendencia.
- Lo vi ¿Cómo estás?
- Furioso porque se quien mando esa foto y aun no puedo despellejarla.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque estaba ahí, justo cuando ese hombre le robo el beso.
- Que rabia ¿hablaste con Sebastián?
- No lo he visto, no ha venido hoy por la oficina y ayer me ignoro por completo.
- Cuando se enoja es insoportable, pero nunca me ha dejado de hablar y se fue de casa.
- Deja que se calme y ahora con la noticia debe estar peor – veo el reloj y se me está haciendo tarde para una reunión. – debo dejarte, prométeme que estarás bien.
- Quiero hablar con Sebastián, pero a la casa tampoco ha venido.
- Ya volverá, él te ama eso no lo debes dudar. Esta dolido y ahora con las fotos mucho más.
- Se supone que la ofendida soy yo no él.
- Respira y se paciente.
- Claro porque no es Lucia la que piensa eso.
- Cuando Lucia pensó que la engañaba con Lucrecia termine literalmente invadiendo su casa y su cama.
- Mucha información, pero él es quien debe meterse a mi cama no yo a la de él. Gabriel… ¿y si la busca a ella? Esa zorra perdida.
- No lo hará, ya te dije que no te engaña con ella. Te dejo, mamá quiere que vayas a cenar.
- No gracias ahora menos con la noticia en los medios, te quiero.
Le doy unas órdenes a mi secretaria, paso en reuniones y luego regreso a la oficina y veo a Sebastián, me pasa por un lado y saluda a mi secretaria.
- Yo también estoy presente. ¿viste las noticias? – se detiene y se voltea.
- Si las vi, tú y yo sabemos que ella no te ha engañado.
- Lo sé, mi mujer es incapaz de incumplir su palabra, pero hablo de ti y de Darla.
- También la vi, pero yo resuelvo eso, que tengas buen día.
- Vas estar enojado toda la vida conmigo, Sabrina está preocupada porque no has ido a la casa.
- Ni lo voy a hacer hasta que los dos se den cuenta de quien es su madre.
- Sebastián…
- ¿Algo más?
- Quiere saber dónde te estas quedando.
- No estoy con ella si eso es lo que le preocupa. – se da media vuelta y entra a la sala de junta
- ¿Quiere que le averigüe donde se queda? – me pregunta mi secretaria.
- Hazme ese favor y le avisas a mi hermana.
- Si señor – respiro profundo y nos movemos a la sala de juntas donde ya están todos.
En reunión recibo tres llamadas de Lucia y no le respondo, lo siento sirena, pero no quiero hablar contigo estoy muy molesto ahora. Luego recibo un mensaje de Nicandro.
"Tengo los reporteros, las fotos fueron anónimas"
"El relato fue específicos así que te dé a su informante y quiero el nombre de sus jefes".
"Estoy en eso jefe".
Seguimos en esta reunión tan productiva y fuera de lugar, que me estresa si no es porque es un gran proyecto, me largo de aquí.
" Necesito hablar contigo es importante Gabriel" - leo un mensaje de Lucia.
"Estoy lidiando con tu gracia por besar a otros no me molestes".
"Necio, eso es lo de menos"
"¿Cómo dices?" - está mujer me quiere hacer perder el control.
"¡Necesito hablar contigo!"
"¡Yo no quiero hablar contigo! Ahora déjame trabajar ve a pasear o a besar a tus doctorcitos".
"Celoso insoportable"
"¿Quién te dijo que estoy celoso? Estoy es molesto porque no dejas de molestarme".
- ¡Sebastián! ¡Gabriel! - escucho nos grita Emilia - ¿Escucharon algo?
- Si escuché - dice Sebastián - y no estoy de acuerdo.
- ¿Por qué? - dice Emilia molesta. - es un buen proyecto.
- No se trata solo de que sea un gran proyecto, son otras cosas que tomar en consideración, por eso nosotros somos los ingenieros y tú la abogada - Auch eso me ofendió hasta a mí y los de Londres se quedan callados.
- Gabriel di algo - menciona Emilia, pero no tengo idea de lo que hablan por culpa de Lucia
- No puede decir lo que quieres escuchar porque yo tengo razón - termina de decir - el proyecto está muy bien, es ambicioso y puede llevarse a cabo, pero no en ese terreno y mucho menos en esas condiciones.
Leo el proyecto por encima para medio entender de que hablan, aunque no despegó mi mirada del teléfono, ni un mensaje más de mi loca, terca e indomable mujer.
- Podemos buscar otro terreno que cumpla con las condiciones, pero hacer algo ahí es un proyecto destruido en menos de nada. - confío en el criterio del sonso de mi cuñado.
- Estoy de acuerdo con Sebastián.
- Pero Gabriel.
- Emilia. - la miró duramente para que haga silencio. - señores ¿No tienen otro terreno que podamos ver para considerar hacer ese proyecto?
- Eso sería grandioso - dice Sebastián.
- Bueno podemos ver algunos que tenemos, pero queríamos hacer algo ahí y su colega dijo que ustedes podrán. – Sebastián respira y yo trato de que la poca cordura que me queda no la pierda.
- Podemos estudiar bien el terreno y ver qué se nos puede ocurrir, pero definitivamente una edificación no es una opción. - digo.
Ellos llamaron a su agente, le mandaron algunas imágenes del proyecto mientras íbamos estudiando terrenos y algunas ideas. En eso se nos fue casi dos horas, en discusión en discusión, parecía que en cualquier momento Sebastián y Emilia iban a matarse.
- Este terreno me gusta, está en una buena zona, turístico y un proyecto como el que desean se puede hacer, solo habría que estudiar el terreno - dice Sebastián.
- A mí no me parece - se mete Emilia -es una zona muy común, debe hacerse en donde sea el espectáculo.
- De nada sirve que sea el espectáculo cuando no es un lugar transitado y mucho menos llamativo, una vez que pase la novedad quedará en el olvido, la idea es que siempre a traiga multitud. - le responde Sebastián, aquí vamos a durar todo el día.
- Yo digo que no es un buen lugar.
- Y por eso eres abogada no ingeniera. - le dice con sarcasmo.
- Este lugar es perfecto para lo que desean si no les molesta quisiéramos que nos manden y den autorización de verificar el terreno - les digo a los de Londres.
- A mí me gusta, no sabíamos que hacer en ese terreno. - dice uno de ellos.
- Ahora lo sabemos. ¿Quedamos así?
- Por supuesto - Emilia respira sin estar de acuerdo.
Los de Londres se van y cuando este par va a salir los detengo.
- Ustedes dos- se detienen viéndome - sentados.
- Recibiré regaño - dice Sebastián con ironía .
- Si se llevan mal, si se odian eso es muy su asunto, pero en el trabajo deben ser profesionales.
- Díselo a él - responde Emilia.
- Si vamos a hacer profesionales empecemos por a aclarar contratos ¿por qué la abogada de la empresa está en una reunión de ingenieros? ¿Por qué se mete dónde no es solicitada? ¿Por qué tiene que opinar sobre asuntos que no conoce y no tiene conocimiento alguno? Si quieres hablar ve a la universidad y pasa cinco años estudiando ingeniería civil o arquitectura, pero no vengas a opinar dónde no conoces. – le termina diciendo.
- Si estás de mal humor por lo de la prensa y tu exnovia...- menciona Emilia.
- Eso no es tu asunto, si me dejara llevar por los chisme mal intencionados de la gente no estaría donde estoy.
- Ya basta los dos. - digo
- Recuérdale a tu amiguita cuáles son sus deberes en esta empresa, por qué creo que se cree ingeniera en vez de abogada, está buscando que la bote de esta empresa. - va a salir cuando Emilia le habla.
- No puedes hablarme así y mucho menos botarme.
- Yo creo que sí, si lo olvidaste yo soy dueño de la mitad de esta empresa lo que me hace tu jefe y tener a dos jefes que te quieran fuera de ella no creo que puedas hacer nada. - cierto, aunque eso a la final lo decido yo.
- No voy a tolerar esto.
- Las puertas están abiertas, nos harías un gran favor de irte.
- Sebastián basta, Emilia tú también. Este comportamiento enfrente de los clientes es inaceptable.
- Gabriel esto no puede seguir así, él no me puede tratar de esa manera.
- Claro que puedo y ya lo hice, en vez de estar pendiente de mis asuntos o los de Gabriel ocúpate de hacer tu trabajo.
- Yo no dejo de hacer mi trabajo, por si no te das cuenta.
- No me doy cuenta porque estás metida tanto dónde no te llaman que no se ve lo que haces.
- ¡Parecen niños Dios! - digo molesto.
- Empieza abrir los ojos Gabriel y tú, mejor piensa lo que haces ve como termino Melina y Lucrecia por estar detrás de un hombre que le dio su amor a otra. Quiérete un poco.
Sebastián tiene la lengua afilada en los últimos días.
- Adiós - lanza la puerta.
- Está insoportable, no puede tratar a la gente de esa manera ni humillarme ante los clientes.
- Tienes razón, pero todo lo que dijo es verdad, aunque no uso el tono correcto. - me mira ofendida.
- Gabriel, antes opinaba y no me trataban así.
- Te estás pasando de la raya involucrándote en cosas que realmente no son de tu campo. Mira el error que cometiste con los japoneses,ni siquiera viste lo que podías hacer legalmente que es tu área y ahora esto.
- Tal vez no tenga conocimiento de ingeniería, pero se ver un buen proyecto.
- Es cierto, pero ese proyecto hubiera sido un desastre, simplemente limítate a tus cosas y no te metas en asuntos que no te competen, así te evitas problemas.
- Porque tú me lo pides.
- No es porque te lo pida, es lo que debes hacer.
Se acerca - ¿se te quito el mal genio?
- No - me abraza - me gusta verte así, sonriendo, tranquilo y serio.
- No he sonreído ni estoy tranquilo.
- Eres un jefe muy guapo – pasa su mano por el cabello.
- ¿Tu tienes buenos contactos en el juzgado?
- Si claro, ¿Qué necesitas?
- Averiguar quien introdujo la anulación de mi matrimonio – observo su actitud y responde tranquila.
- Pensé que Salvador te llevaba el caso, ¿quieres agilizarlo?
- No, lo detuve –se sorprendió.
- ¿Por qué? Pensé que querías divorciarte. – me vuelve abrazar.
- No está bien estas escenas de cariño.
- Los amigos se abrazan y tu yo siempre hemos sido cariñosos.
- Antes de que me casara, eso termino en Italia hace mucho.
- Tu esposita se fue por dos años, al regresar se besa y sale con otros. No te respeta, ya no te quiere ¿Por qué no lo aceptas? – porque ella es mía – sufres por ella mientras que yo deseo hacerte feliz.
- Y te vas a quedar con las ganas como todas - escucho al abrirse la puerta. – interrumpo una escena tan romántica, pero necesito hablar contigo – dice.
- Se toca la puerta antes de entrar –dice Emilia.
- Yo no necesito tocar la puerta donde está mi esposo, quita tus sucias manos de ese traje y sal de aquí ahora mismo.
- No tienes moral para decirle nada a Gabriel después de que todo el país sabe que lo engañas.
- Emilia, estoy de mal humor, lo último que quiero es perder la educación y limpiar este edificio usándote de trapero así que ¡Sal de aquí ahora mismo!
Yo no digo nada, mi sirena se ve hermosa y me encanta verla en este plan de celosa.
- ¿Lucia a que juegas? Te vas por dos años y ahora regresas, sales con otros, pero cuando Gabriel está conmigo te sale lo esposa abnegada cuando estas de mujerzuela con otros.
- ¿Qué dijiste? – le digo molesto y Lucia le responde con un golpe. –¡Lucia!
- No te metas Zigelmman, que no es contigo. – me aparto porque esta roja y tiene esos ojos que te matan.
- No es la manera de arreglar las cosas, estamos en la oficina.- le digo molesto.
- ¡Me importa muy poco donde estamos y dije que no te metas! A ver italiana barata entiende algo que tu andes de ofrecida con hombre ajeno, que te le metas por los ojos,lo persigas y estés de fácil no significa que todas las mujeres seamos iguales, entiende eras la ramera de turno de Gabriel cuando era soltero, eso fue en el pasado ahora eres historia, una más en la lista de los desechos; entiéndelo, analízalo y acéptalo.
- Yo no me veo en su pasado.
- Emilia…
- ¡Zigermman, no me hagas sacarte los ojos en este instante! – esta rabiosa – Emilia usa lente, te daría uno de los míos, pero sería dinero desperdiciado y no me gusta botar el dinero. Ahora tienes cinco segundos para salir de aquí si no quieres que te mande a sacar.
- Pensé que lo harías tu.
- ¿Yo? No, mi madre me enseño como a tratar a las zorras y a no caer a tan bajo nivel.
- ¿Yo soy de bajo nivel? Acaso no te has visto – la voy a matar antes que Lucia lo haga. – no somos iguales.
- Por supuesto que no somos iguales, Dios me libre; esa es la razón de porque Gabriel está conmigo y no con alguien como tú, porque todas son iguales y yo soy única y en peligro de extinción. Y ultimadamente si soy o no infiel eso es algo entre nosotros, no entre Gabriel, la zorra de turno y yo así que vamos mueve esas patas y sal de aquí.
- Son piernas
- ¿Cuándo se ha visto a una zorra con piernas?
Emilia me ve muy tranquilo sentado viendo el espectáculo.
- Gabriel…- miro a Emilia y Lucia llama a Nicandro.
- Sácala de aquí ahora, bótala en un recogedor de basura, la habitación de los desechos, yo que se, pero quítala de mi vista.
Nicandro se acerca mirándome pidiendo permiso, si no tuviera tanta rabia en estos momentos me reiría.
- ¡¿Nicandro que esperas?! – obedece y Emilia sale muy enojada.
- Esto no se queda así, ya me estas debiendo unas cuantas – ¿eso que significa? termina saliendo de la oficina y Lucia cierra la puerta enojada.
- ¿Y yo soy el que no sabe controlarse?
- ¿Se puede saber porque no contestas mis llamadas y mis mensajes?
- Te contestes los mensajes,te dije que no quería que me molestaras ni hablar contigo.
- Me importa poco lo que quieras, a mí me contestas cuando te llamo así estés molestos, feliz, peleando con medio mundo, ocupado, en el gimnasio o durmiendo, mucho más si hay alguien por ahí que quiere desaparecerte del mapa.
- ¿Y si no te contesto que vas a hacer?
- Mira Zigelmman en estos momentos tengo el apellido revuelto así que no me busques, además coqueteando con tu zorra después me dices que no tienes nada con ella; mentiroso.
- Te dije que si tu anda por ahí aceptando besos de otros yo puedo hacer lo mismo.
- Ni te atrevas porque si a esas vamos te recuerdo que me llevas ventaja, tú a esa ya la metiste a nuestra casa, a nuestra cama y sabrá dios donde más; así que se me puede cruzar un cable y me voy a la cama de uno de los doctorcitos como le llamas y así estamos a mano.
Contrólate Ziegermman no explotes, ignora lo que dice, respira y respira.
- ¿Qué quieres Lucia?
- ¿No entendiste? Me voy a empezar a preocupar por tu estado mental. Necesitamos hablar.
- ¿Del escándalo que hay porque soy un hombre engañado, el hazme reír del país?
- No, tú sabes que no me importa lo que digan los demás y que eso es mentira.
- ¿Mentira? Yo mismo te he visto besándote con Benjamín y con Giuseppe así que mentira no es.
- No hablo de que salga o me bese con ellos, sino de que te he engañado, tú y yo estamos separados. - ¿dijo ellos?
- ¿Te has besado con Giuseppe?
- Tal vez,yo no vine hablar de eso. Tu comportamiento de anoche fue ofensivo no tienes por qué tratar a tu padre de esa manera.
No, eso sí que no – Lucia, tolero tu carácter y actitud con las mujeres, pero no te metas en mis asuntos con mi padre mucho menos después de lo que hizo.
- Gabriel tu padre lo único que ha hecho es cuidarte, preocuparse por ti, por nosotros y tú lo trataste muy mal.
- ¡¿Cómo lo puedes defenderlo?
- ¡No fue él! – respira y se calma - le pedí ayuda a Alessio.
- Si, para salir de Múnich a Italia no de Berlín, te saco de la ciudad y supo que estabas en Alaska sin decir nada.
- Gabriel…
- ¡No!, ¡no te permito que te metas en esto, él es mi padre debió estar de mi lado y adoro que te quiera apoyar, pero soy su hijo y sufrí por ti él lo vio, no lo importo!
Me levanto del asiento mirando por la ventana, tratando de entender que el único hombre que amo me lastimo.
- No entiendo cómo puedes ponerte de su lado después que nos separó. Ya sé que dirás que fui yo, por mi comportamiento, mis palabras ¡ya lo se! Y he pagado muy caro dos años por ese maldito día; pero el…
- ¡No fue el! – grita mirandome – no fue quien me ayudo a salir de Berlín.
- No lo defiendas, no quiero hablar del tema. – me siento.
- Gabriel…
- No quiero hablar de eso, quiero ver como soluciono lo de las noticias; me irrita ver eso.
- Hay algo más que te debo contar.
- Si es sobre mi padre no me interesa.
- No es sobre él, es sobre Lucrecia.
- Si ya sé que fuiste a verla y amenazaste al niño.
- ¿Qué? No me digas que le creíste porque te juro que…
- Yo sé que eres incapaz de lastimar a un niño, pero quiero saber qué hacías ahí.
Se queda callada y la veo nerviosa, vuelve a mirar por la ventana.
- Lucia, te puedo pasar muchas cosas, pero quiero que entiendas que es mi hijo, nos guste o no, yo no lo busque, pero ahí esta y lo voy a protegeré. Se que no le harías daño, pero Lucrecia no maneja muy bien tu presencia, me preocupa que la pague con el niño.
- Lo quieres mucho – suena triste – ¿si hubiéramos tenido hijos lo querrías igual o lo odiarías?
- Sabes que no me gusta que toquemos ese tema, siempre terminamos peleando.
- Es solo una pregunta Gabriel.
Respiro profundo, me levanto de mi asiento acercándome a ella; me atrevo abrazarla por la espalda y no me rechaza.
- Si hubiéramos tenido hijos, no hay nada en este mundo que no les daría, si por un milagro hubiéramos creado a alguien con nuestro amor te juro que no habría poder humano que se atreviera acercarse que no fuera para admirarlo.
- Pero dijiste que…
- Se lo que te dije, pero trata de entenderme – la pego a mi – estaba aterrado de perderte, un bebé seria tu muerte y yo no podría vivir sin ti.
- Lo has hecho por dos años.
- Que han sido un infierno.
- Si naciera con mi defecto.
- Seguiría siendo mi hijo, nuestro; lo amaría con mi vida, nada le faltaría y no eres un defecto.
- ¿Querías un hijo conmigo?
- Quería miles de hijos contigo, pero no podíamos. Eres médico sabes las consecuencias de eso y yo no entendía - enterré mi nariz en su cuello – por qué querías renunciar a nosotros por algo que no teníamos, querías morir por un bebe que no existía y si lo perdía a los dos. Yo no lo soportaría, así que dije cosas para que no lo volvieras a pensar, para que entendieras que un hijo no era una opción.
- Yo no quería renunciar a ti, mucho menos a nosotros; sé que no podíamos que era un riesgo y las probabilidades de que estuviéramos bien serian pocas; pero…
- No hay peros en ese tema Meller.
- Si lo hay, Gabriel…- le doy un beso en su cuello – lo milagros existen y puede…
- No, tu vida se reduciría y eso no lo puedo permitir – entre lazo mis manos con las de ella y al verlas veo su anillo donde siempre ha debido estar. - Te lo pusiste, significa que eres mi esposa.
- Significa que es un lindo anillo y sería una pena no usarlo.
Su mirada hace que pierda la razón, la beso apretada a mi, su brazo rodearme el cuello, siento como mi cuerpo empieza a reaccionar, deseándola, sé que su cuerpo siente lo mismo. Separo nuestros labios respirando su aliento, su frente junto a la mía le digo lo que he querido desde que llego.
- Te amo y te necesito, regresa a conmigo, déjame demostrarte que nada de lo que dije ese día es verdad.