Capitulo 20 - Lucia

4998 Words
¿Este cretino quien se cree para manejarme la vida? Es que no cambia quiere que todo sea como él dice, no lo soporto. Siento como se parte el lápiz que tenía en la mano. - Vas a acabar con mis lápices - dice Daina. - Lo siento es que estaba divagando por mis pensamientos. - Ya me di cuenta. - Marcelo y tú tienen un consultorio muy lindo y bien distribuido. - Si, pero no es lo mismo cuando lo quieres propio. - Ya están trabajando en eso, tienen el espacio, así que ahora todo se trata de ponerlo a su gusto. - Así como tú, no puedo creer que hayas montado el centro pediatrico; pensé que montarías tu consultorio. - Es parte del plan, pero en este momento me sirve el centro, además tengo buenos compañeros de trabajo. - ¿Cómo Giuseppe? - Tú también vas a empezar con eso. - El hombre es guapísimo Lucia, así como te gustan a ti; no se como no le haces caso - ¿en serio? – tienes que olvidar a Gabriel. - ¿Cómo tu olvidaste a Marcelo? - Entiendo el punto. Pensé que te habías desaparecido como la ultima vez porque te llamé el fin de semana y decía fuera de cobertura. - Si, fui secuestrada. - ¡¿Cómo que fuiste secuestrada?! ¿estas bien? Explícame. - Gabriel…- me mira con sus ojos bien abiertos. - fui hablar con el sobre el divorcio y el muy cretino puso a navegar el barco así que duré dos días en alta mar. - Eso explica el bronceado que tienes, ¿Cómo fue ese reencuentro? - Horrible, quería ahogarlo en el mar. - ¿Tanto así? - Esta tan guapo Daina, esta divino ¿Cómo ese hombre puede estar tan perfecto? - Porque hace ejercicio todas las noches en el gimnasio de Petter. - ¿Qué? Si tiene un gimnasio en la casa. - Lo sé, porque yo he ido en las tardes y cuando yo estoy por salir el esta entrando, por eso los muchachos van en las mañanas para no tropezarse con él y Sebastián. - Pensé que Marcelo y él ya eran amigos, después de todo te salvo la vida. - Si lo eran, Marcelo aun lo aprecia, de hecho, hubo un tiempo que lo ayudo a buscarte hasta que se entero que tenia un hijo y pensó que te habías ido porque te fue infiel, tuvieron una gran discusión y desde ese momento solo se tratan cordialmente; y debo decir que yo también pienso que esa fue la razón de que te hayas ido. - Mis amigos piensan que el es el malo y los suyos que yo soy la bruja. - Lucia, sé que eres extremadamente reservada con tus cosas y no me has contado con exactitud porque te fuiste, pero ¿te parece bien que le estes ocultando a su hija? Yo vi a Gabriel como un desgraciado y desesperado buscándote, ahora esta guapo pero los primeros meses que te fuiste eso daba era pena. - No sé qué pensar. - Empieza con ¿cómo te sentiste cuando lo viste?, ¿qué te dijo? - Al principio se quedo como estatua en de la libertad ni se movía, luego se volvió él; imponente, desafiante, seductor y luego discutimos como de costumbre. - No es para menos, te vas casi por dos años y regresas de la nada debe estar molesto. - Él se lo busco. - Bien, entonces cuéntame; porque hasta yo te odié un tiempo por dejar ese hombre en la miseria; si no le dije donde estabas es porque me dijiste que era por el bien de mi sobrina y por que realmente no se en que parte del mundo te encuentras. - Daina es muy duro contar eso, aun me duele. - Tu sabes que cuentas conmigo. - En realidad, tengo dudas y quería un consejo de amiga. - Esa es mi especialidad. - Y la mía – llega Karla – ¿cómo están? - Bien - le respondo - me alegra que hayas podido venir. - Mujer me dijiste que era de suma importancia y que se trataba del bombón de tu marido así que aquí estoy; ustedes planean como matarlo y yo me encargo de enterrarlo. - nos reímos. - Déjenme terminar de recoger mis cosas y nos vamos a mi casa – dice Daina. - No, Marcelo puede llegar y nos puede escuchar. - No te preocupes por eso, cambio de turno en la clínica así que tenemos la casa para nosotras, llamen a Hannah. - Bien, yo la llamo. – le digo, una hora después estamos todas en casa de Daina o mejor dicho lo que era el antiguo apartamento de soltero de Marcelo. Esta más espacioso con el toque femenino que le faltaba, se siente super hogareño y cosas de bebe por todos lados. - Marcelo se está tomando muy bien esto de la paternidad – le digo. - A veces me asfixia con sus cuidados, pero sé que lo hace para que no nos pase nada– eso me recuerda alguien. - ¿Ahora tu si me vas a contar donde has estado, que es de tu vida y porque en vez de matar a la desgraciada que se metió a la cama de Gabriel te fuiste? – me dice Karla. - Yo también quiero saber eso, y sé que fue Alessio quien te ayudo a irte – dice Hannah – tuvimos una gran pelea por eso, porque no me quiso decir dónde estabas. - Lo siento, se que lo puse en una posición incómoda me lo decía todo el tiempo, pero no sabía a quién más a acudir. - ¡Hello! – dice Karlas – te presento Daina, Hannah y Karla; un placer. - Ustedes son lo máximo chicas, pero cada una en ese momento no estaba para ocuparse de mis asuntos, Daina estaba con lo de Marcelo y el idiota de su exnovio, Hannah con la subespecialidad y tu con Ricardo y la boda. Y todo fue muy rápido. - Y al final no me case, ¿cómo me caso sin mi dama de honor? - Oye no me hagas sentir mal – le dice Daina a Karla. - Tranquila conocemos a Marcelo, de que te casabas, te casabas. - ¿Te fuiste por la niña verdad? – dice Karla - ¿Qué niña de que me perdí? – dice Hannah, Daina y Karla se ven. - Voy a empezar desde un principio porque no saben nada y necesito su ayuda con algo. - Somos oídos. Me cuesta empezar hablar de esto, jamás le he contado mis asuntos a nadie, Santiago porque las adivina y mi madre es mi madre. - Primero que todo no quiero que juzguen, ni odien a Gabriel - Es tarde yo lo odio, hizo que mi mejor amiga se fuera – dice Karla.- y tiene un hijo con otra. - Y yo tengo mis reservas – dice Hannah - Tu sabes lo que opino. - dice Daina. - Bien, ustedes saben como me puse con mi enfermedad y que casi muero. - Moriste y fue horrible – dice Karla – la experiencia mas horrible de mi vida y no quiero pasar por eso otra vez. - Lo sé, la familia de Gabriel decía que él no estaba listo para vivir con alguien como yo. - ¿Alguien como tú? ¿Eso que significa? – dice Karla - Desahuciada – dice Hannah - Yo pensaba lo mismo así que insistí muchas veces en no casarme con Gabriel, pero el juro que me amaba y que podíamos con esto, así que acepté y fue el mejor año de mi vida, pero en algún momento todo empezó a cambiar. Gabriel empezó hacer demasiado controlador con sus cuidados y eso me desquiciaba. - Nos dimos cuenta de eso – dice Hannah. - Gabriel empezó a controlar lo que comía y lo que no, mis actividades, mis ejercicios y no me quejo, hizo que tuviera un mejor estilo de vida. - Y se te nota – dice Karla. - Sigo siendo la misma, solo que hago ejercicios además debo cuidarme, pero volviendo a Gabriel me asfixiaba con tantos cuidados, luego empeoro, me empezó alejar de sus asuntos, no me contaba nada según el por miedo a que una noticia me afectara, a todo me decía que si o me ignoraba para no discutir. - ¿A quién le gusta discutir con su esposo? – dice Hannah – ¿tienes un tornillo suelto en esa cabeza? - Hannah, a Gabriel y a mi nos caracterizaba las discusiones y luego las reconciliaciones muy bien merecidas. - Hubieras empezado por ahí. – se ríe Karla. - El punto es que hasta en eso cambio. - ¿Cómo así? ¿no me digas que ese hombre se volvió malo en el sexo porque sería un desperdicio? – dice Karla asombrada. - ¡No! Gabriel es buenísimo y lo que le sigue, en cualquier forma que lo haga, pero lo conozco paso hacer demasiado cuidadoso, monótono, dulce y Gabriel no es así todo el tiempo, se reprimía y lo sabía. - A nuestra amiga le gusta rudo – dice Daina – quien lo diría. - Con Gabriel me gusta como sea, pero conozco el hombre del que me enamore y se lo que le gusta en ese aspecto y no era el mismo, sé que era por mi enfermedad porque me preguntaba ¿cómo estaba?, ¿si me sentía bien?, ¿si me hacía daño? - Eso habla bien de él, te estaba cuidando. - menciona Daina. - Lo sé, pero antes no era así por eso trataba de entenderlo, pero los problemas vinieron realmente cuando se tocaba el tema del embarazo. - Lo cual eso no se lo discutimos – interrumpe Hannah – no puedes tener hijos, eso es un riesgo muy grande que te puede llevar a la muerte. - Y casi lo hace – menciona Daina y la vemos. - ¿Como que casi lo hace? – pregunta Hannah. - Déjenme terminar de hablar. – les digo – sé que tiene razón y aunque me molestaba la idea de no darle hijos el me hizo creer que estaríamos bien sin ellos, y lo había aceptado, no se volvió a discutir el tema, sin embargo… - Tuvo un hijo con otra – dice Karla – ¿es de esa con la que esta? - No, quisiera ella… - ¿Entonces quién es la desgraciada con quien te fue infiel y le dio un hijo? – pregunta Hannah - El no me hizo infiel con la mamá de su hijo, eso fue antes de que incluso saliéramos, el niño debe tener casi tres años si es que ya no los cumplió, esa no fue la razón de porque me fui, es decir, obviamente me dolió enterarme que Gabriel tuvo un hijo con otra y el no me lo haya dicho, pero… - A ver Lucia – interrumpe Karla – nos ha dicho como han sucedido algunas cosas, pero dices que ninguna de esas es la razón de haberte ido ¿entonces? - Gabriel y yo tuvimos una discusión muy horrible antes de yo irme, me dijo cosas muy dolorosas… - ¿Qué cosas? – dijo Daina, lo pienso y no creo que sea buena idea decirles lo que me dijo. - En pocas palabras que mi situación lo rebaso y no podía estar conmigo, pensando bien ahora que regrese me doy cuenta de que todos nuestros problemas empezaron cuando la desabrida mosquita muerta de Emilia llego. - Recuerdo que decías que esa mujer estaba detrás de Gabriel – menciono Hannah. - Aparecía en todos lados, si cenábamos en un restaurante ella aparecía, si cenábamos en casa de sus padres hay estaba, si teníamos una reunión familiar ahí estaba, si Gabriel necesitaba algo ahí estaba, si el asistía a un evento y yo no podía ir la señorita aparecía como arte de magia, era insoportable hasta un día se atrevió a decirme cuando podía o no verlo en su oficina. - Es una arribista – dice Karla - ¿Díganme si no tenía razones para pensar que estaba metiéndosele por los ojos a Gabriel? ¿que hubieran hecho ustedes? - Yo la hubiera dejado sin cabellera después de ponerla en su sitio – dice Hannah - Yo saque a la idiota de la loca de Melina desnuda del apartamento de Marcelo hasta la calle – dice Daina. - ¿En serio hiciste eso? – afirma – me hubiera gustado verlo. - Si fuera por mí, sería un milagro si aun viviera – menciona Karla. - Gabriel decía que eran cosas mías, que mis celos me estaban desquiciando, pero ¿qué podía pensar? cuando el se estaba comportando tan distante conmigo y esa mujer estaba pegada a él las veinticuatro horas del día, controlando hasta su tiempo conmigo, sabia más de el que yo. - No te culpo, yo también lo hubiera pensado, es evidente que estaba detrás de él. - dice Karla. - Todo se salió de control, los últimos meses antes de irme apenas y cruzábamos palabra, y si lo hacíamos terminábamos discutiendo por ella o por el tema del embarazo; era frustrante, aunque mis hormonas y su actitud no ayudaban mucho. - ¡¿Tus hormonas?! – dice Hannah. - Lo que sucede es que… Gabriel me había dicho que si por algún error yo hubiera quedado embarazada me haría abortar, que ni de broma podría aceptar un hijo que sea causante de mi muerte o que naciera con mi mismo defecto y yo no podía permitir que eso sucediera. - ¿Defecto? ¿Eres un defecto? – reclama Kerla. - ¿Y no uieres que lo odiemos? – dice Daina molesta. - No entiendo – vuelve a decir Hannah. - Hannah yo… estaba embarazada cuando me fui. - ¡¿Qué?! – mira a las muchachas – ¿cómo así? ustedes lo sabían y no me dijeron nada. - Yo lo supe cuando nació la niña y fue por casualidad porque casi se mueren las dos. - dice Karla. - Yo si fui la primera en enterarme y fue una gran sorpresa. - Increíble, ¿y estas viva? ¿Y él bebe? - Es una niña, es hermosa e inteligente, sana hasta los momentos y es igualita a su padre. - le digo - Soy tía de una niña y soy la última en saberlo. - De hecho, nadie lo sabe, ni Santiago solo ustedes tres y Alessio - Ah… ¿es que el señor lo sabía y no me dijo?, esto es el colmo. - No lo culpes, se dio cuenta cuando fue a verme y me vio con la barriga, de hecho, me llevo al hospital porque casi muero, estoy viva por él. - Estoy muy enojada – dice Hannah - Lo sé, pero no quería que nadie lo supiera, y Gabriel no puede enterarse. - Pero soy tu amiga y ¿por qué rayos le diría algo a Gabriel? - Si lo hubieras sabido también me saldrías con el repertorio de que no podía tenerla. - ¡Casi mueres! Eso fue irresponsable Lucia sin contar las consecuencias de eso para tu trasplante. - Bueno, pero ya nació y ambas están aquí. - le dice Karla. - así que no la regañes. - ¿Cómo es que Gabriel no lo sabe? - Me fui antes de decírselo, no era un tema que le agradara y después de la discusión que tuvimos se que su problema no era tener hijos, sino que los tuviera conmigo. - Lucia ¿qué consejo necesitas? ¿cómo mataremos a Gabriel y a su novia la arribista? – dice Daina. - Bueno es que, cuando vi a Gabriel. - Espera ¿ya vites a Gabriel? – dice Karla y afirmo. - ¿Y cómo lo tomo? - Desconcertado, enojado y extraño. - Explícate – dice Hannah. - Es que Gabriel solicito el divorcio – las tres suspiran. - ¿Por eso volviste? – dice Daina - Si, mi abogada redacto un documento porque a mí no me agrada los términos que él puso. - Seguro te quiere dejar sin nada – dice Karla - Todo lo contrario, soy yo quien no quiere nada de él por lo tanto debería ser más fácil y el debería estar feliz. - Pues sí. - dice Hannah - Bueno Gabriel se rehúsa a firmarme el divorcio y no se comporta como un hombre que acaba de ver a la mujer que lo asfixia. - ¿Crees que aun sienta algo por ti? - Creo que hay algo que no estoy viendo, es decir, Gabriel solicita el divorcio luego introduce una anulación en el juzgado ahora que regreso le digo que nos divorciaremos, pero bajo mis términos y le reclamo y actúa como si no supiera nada de esto, además que dice algo, pero hace otra. - Capaz es su orgullo herido, los hombres no toleran que una mujer los deje y mucho menos uno como él. - Es cierto, pero ¿Por qué mentirme? ¿Por qué insistir que no tuvo ni tiene nada con Emilia? Y no actúa conmigo como un hombre que se quiere divorciar. - Yo solo sé que Gabriel ha ido a eventos con Emilia porque yo misma los he visto cuando acompaño a Alessio, también lo dice la prensa además los han visto muy cariñosos en ocasiones, con respecto al divorcio, no se. - Yo creo que Gabriel no soporta que la gente sepa que lo abandonaste y tiene el orgullo herido, así que tal vez es el quien quiere darle fin y que la gente sepa que es el quien se separó. - dice Daina - No sé, Gabriel no es de los que actúa, siempre va directo al grano de lo que quiere y como lo quiere, me dijo que me quiere lejos de su vida, pero no me firma el divorcio ¿tiene sentido? - Lucia yo lo que creo es que estas enamoradas de Gabriel y estas buscando una escusa para creer que el siente aun algo por ti – menciona Hannah. - Escucha Gabriel siguió su vida, solicito el divorcio, esta con otra, tu lo sabes, yo lo sé, el mundo lo sabe así que no le des tantas vueltas, tú tienes derecho a seguir tu vida y es hora de que Gabriel sepa que no es el único hombre guapo sobre la tierra. - menciona Karla. - Es que mi instinto me dice que hay algo que no estoy viendo y esa mujer la odio. - ¿La novia o a la madre de su hijo? - Ambas, pero más a Emilia, no soporto su actitud de inocencia cuando realmente es una bruja. - ¿Qué quieres hacer entonces? - Realmente, quiero reventarle el hígado a esa mujer y hacerle pagar unas cuantas que me debe. - Puedes hacerlo después de todo aun eres la señora. - dice Daina- usa eso, nadie mejor que tu para saber cómo molestar a Gabriel y a su novia. - En eso tiene razón, ya basta de hablar de Gabriel y de mi ahora háblenme de ustedes. Dejamos el tema de Gabriel a un lado y nos dedicamos hablar de otras cosas, recordé lo que solíamos ser antes de que yo me fuera, cenamos, les mostré a mi princesa y estuvieron de acuerdo que es igual a su padre y luego llegue a casa donde me esperaba Santiago. - Me dejaste plantado el viernes, creí que te habías desaparecido como las otras dos veces. - Lo siento se me presento un problema llamado Gabriel. - ¿Ya viste al niño rico? - Ya lo vi, ya discutimos y nada ha cambiado. - ¿Me vas a decir que hizo para que te fueras? - No quiero hablar de él, más bien háblame de ti y mi sobrino. - ¿Qué te cuento? – veo como se le ilumina los ojos- es lo mejor que me ha pasado en la vida, es demasiado inteligente, se parece a mí. - No conozco a su madre, pero si sé que tiene un gran parecido a ti. - Ese niño es mi vida Dulce, meda tanta rabia perderme tanto de él, si lo veo es porque la niñera me lo deja ver si es por su madre ni sabría que existiría. - ¿Por qué no peleas por él? mi abogada es muy buena podríamos consultar el caso y hacer valer tus derechos como padre para que estes con él – después que lo dije me parecía irónico lo que decía. - No se Lu, meda miedo que su madre se entere y se lo lleve a otro país, te juro que meda mucha rabia saber que me perdí su nacimiento, sus primeras palabras, sus primeros pasos, todo; me da ganas de matarla; aunque lo nuestro no funciono no tenía derecho a ocultarme a mi hijo. - A veces las madres hacemos lo que creemos que es mejor para nuestros hijos – escucharlo me imagine que así reaccionaria Gabriel si se entera de nuestra hija. - Si fuera un mal hombre lo entendería, pero no lo soy, es su ego y su arrogancia lo que no me deja estar cerca de el y no es justo para ninguno de los dos; el crece sin un padre y yo sin mi hijo. - Lo entiendo, por eso te digo que hables con mi abogada capaz te oriente mejor que yo. - Lo voy a pensar – me mira y se queda callado por unos segundos - ¿Por qué tienes esa cara triste? - Por nada es que te escucho y se nota que estas dolido por los años que no has podido estar con él, ya lo quiero conocer en persona. - Eso no es problema déjame arreglar todo y te lo presento, lo vas a adorar y como ya sabes que eres su tía no le va a costar mucho acoplarse a ti. - Ya veremos – voy a la cocina y nos preparo algo de comer cuando vuelvo lo veo con mi celular en la mano. - ¿sonó? - Llego un mensaje – me muestra la pantalla del celular – linda foto ¿Quién es la beba que carga mi tía? - Ella es…- creo que es hora de decirle – una niña muy linda. - le quito el celular. - ¿Por qué estas nerviosa? ¿Lucia quién es? - si le digo se va a enojar mucho y ahora que es padre tal vez se ponga del lado de Gabriel. - se parece mucho a Gabriel. - Santiago… - Lucia… - No te vas a enojar, ni quiero sermones – respira profundo mirándome, sé que está enojado. - ¿Quién es? - Es tu sobrina, mi hija. Me mira y se ríe a carcajada - ¿Bromeas? - niego - ¡¿Estas locas?! ¡¿Lucia en que estabas pensando sabes lo que eso significa?! ¡¿Como pudiste ser tan irresponsable?! - Te dije que no me regañes. - Pudiste haber muerto y tu trasplante… ¡Dios! - Fue accidental, no lo busque simplemente se dio. - Gabriel es un inconsciente y tiene el tupe de hacerte infiel cuando casi hace que mueras, lo voy a matar. - ¡No! Gabriel no sabe de ella y así tiene que seguir – me mira analizando mis palabras. - ¿Cómo que no sabe de ella? – niego – ¿le has ocultado a su hija? - Es complicado. - ¡Lucia! ¿acabas de escuchar lo que te acabo de decir de mi hijo? - Si lo escuche, pero es distinto. - ¿Qué es distinto? Le estas quitando sus derechos como padre y a ella de hija, tus problemas con el no pueden caer sobre una niña. Además, tu salud, el embarazo debió reducir tus probabilidades de vida. - El médico dice que estoy bien, estoy cumpliendo con toda mi rutina. - Lucia eso no es escusa. - El no la quería, me iba hacer abortar. - ¡Y tenía razones! - ¡Piensa que sería un defecto como yo, el no quiere hijos conmigo dijo que consideraba “eso” una maldición! ¿Cómo se supone que le diga que tiene una hija que no quiere y que la vea como una cosa extraña? No Santiago, prefiero que mi hija crezca pensado que su padre la amaba a que el la haga sentir mal. - Eso no lo sabes, es su padre Lucia. - Promete que no le dirás nada, por favor. - Lucia estoy en sus zapatos, odio a la madre de mi hijo por apartarme de el y tu estas haciendo lo mismo. No es justo. - Odias a Gabriel ¿y ahora lo defiendes? - No es por el, es por esa niña, tiene derecho a tener un papá. - ¿Y de que le sirve tener un papá que no la quiere? - Dios… ¿por eso te fuiste? Te enteraste de que te fue infiel, tuvo un hijo con otra y además estabas embarazada. - En parte, sé que no esta bien que se lo oculte, pero es mi hija, la protejo con mi vida si es necesario, ¿tú no harías lo mismo por tu hijo? - Por supuesto, pero Gabriel también lo haría, solo hay que verla para saber que son padre e hija, se parecen mucho. - Santiago hay cosas que desconoces así que, por favor, no le digas nada. - Tienes que hablar conmigo de verdad, decirme que paso de pie a cabeza, ahora. Él tiene razón y eso hago le cuento lo sucedido sin omitir nada, excepto que Lucrecia es la madre de su hijo, no le haría bien saber y al final no sabe si matar a Gabriel o dejarlo pasar. - ¿Ahora me entiendes? - Dulce, sé que lo que te dijo Gabriel está muy mal y lo quiero matar por eso, pero es su hija, y si me dices que su prioridad era su hijo con esa otra mujer ¿por qué no sería su prioridad la hija que tuvo con su esposa? - ¿Crees que no lo he pensado? Desde que me fui solo me preguntó ¿si le digo a Gabriel que tenemos una hija? que es igualita a él ¿cómo reaccionaría?, ¿si la amaría como ama a sus sobrinos?, ¿si cometí un error al no decirle que es papá? pero después recuerdo sus palabras y me aterra que le haga daño a mi hija pensando que es un defecto por qué su corazón puede fallarle, que la desprecie como lo hizo conmigo ese día, que la considere una maldición por ser mía. - Dios que problema, ¿Dices que te fue infiel con la novia que tiene ahorita? - afirmó - Se lo que vi y el me lo confirmó el día que se fue. - No tiene sentido que pida el divorcio y ahora no te lo quiera dar. - Es lo que yo digo, no se ha qué juega. - Yo lo único que te puedo decir es que me consta que se veía como un desgraciado desesperado buscándote, me amenazó muchas veces para decirle dónde estabas, y aunque nunca te traicionaría podría haberle dado el beneficio de la duda, aunque ahora lo molería a golpes. - Se que lo que dijo estuvo muy mal y me duele mucho, pero lo conozco, se que explota cuando se frustra y no estábamos pasando por buen momento. - Lo defiendas después de lo que hizo. - No lo defiendo, tampoco lo perdono, pero Gabriel no es de mentir, si el mundo sabe que esta con esa mujer y fue capaz de pagar una anulación ¿por qué mentirme con que no hay nada entre ellos? - No se que le pasa por la cabeza a ese hombre Lucia, no puedo negar que el idiota te amaba, se le notaba, pero no puedo coincidir que te haya dicho que eras un defecto que lo asfixiaba y que tenga un hijo con otra. - Santiago mi cabeza esta que explota, se supone que esto iba ser rápido, llegar firmar el divorcio y regresar, ya no sabría más de él, pero como de costumbre él lo daña todo. - ¿Te das cuenta de que nuestros problemas siempre son por culpa de ese par de ricos engreídos que se nos cruzaron en el camino? - Si. ¿Te quedas a dormir esta noche? - Obviamente debes ponerme al día de todo en tu vida, increíble soy tío y no lo sé, ¿Dónde quedo nuestra amistad? - Tu no quieres decirme quien es la madre de tu hijo. - Eso es irrelevante, estamos hablando de que eres mamá, increíble. - Lo sé, cuando me enteré de que estaba embarazada no podía creerlo tuve que hacerme más de una prueba porque no lo creía. - ¿Por qué no me lo dijiste? - Me dirías que estaba loca, que ese niño no podía nacer y conociéndote me hubieras convencido. - ¿Y por que no me lo dijiste cuando ya había nacido? - No fue un embarazo fácil Ricardo vivía con miedo que el cuerpo empezara a rechazar el trasplante o que no aguantara las demandas del embarazo. - ¿Y pasaste todo eso sola? - Con mi mamá y mi familia. Gabriel no lo hubiera soportado, si no soportaba una crisis de sangrado imagínate eso. - Pudiste haber muerto Lucia y la niña también. - Casi lo hicimos,cuando desperté pensé que no lo había logrado, pero aquí esta y es mi adoración. Pasamos toda la noche recordamos viejos tiempos y cuando trate de tocarle el tema de la mamá del pequeño Santi como le digo yo, me evadía. ¿Quién será esa mujer?
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