capitulo 57

2443 Words
Hace mucho que no me a despertaba tan bien, aunque no dormí mucho sentí que descansé, es bueno tenerla de regreso, pero es hora de poner algunas cosas en su lugar. - Señor - escucho a Nicandro y antes de que entre llegó hasta la puerta. - Buenos días, baja la voz. La próxima avisas antes de entrar. - por mucha confianza que tenga no voy a dejar que vea a mi mujer desnuda. - No pensaba entrar señor ni siquiera me dejo llegar a la puerta. – es cierto. - ¿Qué sucede? - Lo que solicitó ya está listo. - ¿Tan pronto? - afirma. - Gabriel ... marinero... - escucho a Lucia. - Muy bien prepara el coche que salimos dentro de un rato a la oficina. - le digo a Nicandro y vuelvo a la cama con mi sirena. - Estas muy guapo - dice somnolienta, besó su espalda mientras acarició sus piernas, esta mujer es una tentación. - ¿por qué estás vestido? - Yo siempre he sido muy guapo, y hay que ir a trabajar no puedo ir desnudo. - Sería un gran espectáculo, pero hay muchas mujeres que te desearía, mucho más de lo que ya lo hacen y eso no está permitido - cierra sus ojos. - Dile a tu mamá que puede venir a la casa - se da vuelta mirándome sorprendida - este es tu lugar. - Gabriel habíamos hablado de esto. - Lucía quiero que vuelvas a casa, que estés conmigo y eso no está en discusión. - Marinero es muy temprano para discutir. - Y no vamos a hacerlo por eso vas a hacer lo que te pido - le doy un beso - sigue durmiendo. - ¿Sigo durmiendo cuando me estás dando una orden? Odio que me ordenen. - No lo mires como una orden sino una petición. - la observó - ¿Que tengo? - Nada solo pensaba, ¿Cómo te hiciste esa herida? - ¿Qué herida? - La que tienes un poco más abajo del pubis, es muy pequeña pero ahí está. La veo nerviosa y vuelve a la almohada - No sé de qué herida hablas. - Es muy pequeña, casi no se nota, pero ahí está, no es fácil hacerse una herida en esa zona. - Mm no me he dado cuenta. - ¿Por qué estás nerviosa? - No lo estoy, es que hay muchas cosas que procesar en las últimas veinticuatro horas. - No vayas hacer estupideces el día de hoy. - no le creo nada. - Lo mismo te digo yo a ti no vayas hacer algo estúpido – hace pucheros - ¿por qué te tienes que ir a trabajar? - Porque ayer tenía asuntos pendientes y no me dejaste terminarlos. - Estuviste todo el día perdido como dices que fui yo quien no te dejo hacer tu trabajo. - me encanta verla así, despeinada, tranquila y en mi cama. - ¿Por qué pusiste a José a cuidar a mi suegra? - ¿Te molesta? - Era el único fiel a mí y ya lo atrapaste. - En mi defensa está vez no fui yo, ¿Quieres que te lo devuelva? - Si no fuiste tu ¿quién? ¿mi suegra? No lo creo odia los guardaespaldas como tú. - Quédate un rato conmigo - me atrapa en sus brazos - si sales de aquí algo puede arruinar nuestra felicidad. - Me encantaría y lo sabes, pero debo resolver algunos asuntos - incluyéndote - pero está noche te doy otra dosis de mí. Aparta su cara y me suelta - no voy a regresar todavía Gabo. - Lucia no me desesperes, estoy teniendo una buena mañana. - Entiende que... - la beso, saboreando la con ganas y cuando está deseosa por mi sufro, pero lo hago, me aparto. - aaaahhhsss. Siento que te odio. - Está noche termino - le guiño un ojo - si quieres. Al bajar veo a Anna con mi ropa y la de Lucia viniendo de la sala de deporte. - Buen día Anna – me sonríe - Muy buen día señor ¿va a desayunar o esperar a la señora? - No preguntaré como sabe que la señora está aquí y esto es mío - agarro el chaleco de anoche y saco la memoria del bolsillo. - La casa está un poco desordenada, cosa que nunca había pasado en dos años. - sonrió. - La señora esta dormida desayunare afuera y por favor limpia la habitación de mi suegra para que se alisté. - ¿Solo la de su suegra? - la miro sin entender su pregunta – limpiare la habitación de la señora Esther. No tengo ganas de que nadie me arruine el día. - ¿Vamos a la oficina señor? - No, vamos a ver a mi hermana luego hacemos la vuelta que está lista. - Si señor. -*- - Tío, tío me viniste a ver - sale mi princesa abrazarme. - Por supuesto, si tú eres la dueña de mi corazón, pero no sé lo digas a tu tía. - No, es un secreto. - Ahí estás robándome a mi hija cuando tienes el tuyo. - No es momento de mencionar eso Sabrina, hay muchas cosas que hablar. ¿Tu cómo estás? - Está triste porque papá está bravo con ella. - menciona mi princesa. - ¡Sara! - me abraza tratando de que la proteja. - ¿Y tú hermano? - Está en su cuarto haciendo tareas y castigado. - ¿Que hizo ahora? - Se escapó de casa para buscar a mi papá, pero mamá lo encontró y lo castigo. - Estás muy habladora, señorita. Ve adentro - la regaña mi hermana y se ve molesta. - Ya no los puedes engañar como antes. - No. Ya han crecido, son inteligentes y adoran a su papá. Te esperaba ayer. - Se me cruzo alguien en el camino que no pude rechazar. - Lucia ...- sonrió - es la única que te hace cambiar tus planes y más si es dejar plantada a tu hermana favorita. ¿Se arreglaron? - Si y no, hay muchas cosas que todavía no están claras. - Lo conseguirás, se aman. - ¿Ahora la apoyas? - Se que cree que le fuiste infiel y ahora sé lo que sintió no la puedo culpar por eso además Sebastián me dijo que tú algo tenías de culpa, cuando te hirieron estaba muy mal y preocupada. - ¿Mucho? - Te ama, lo sé. Emilia le dijo que eran amantes desde antes que se fuera, yo misma la escuché - Emilia otra vez - la consideraba una amiga, siempre mantuvo su límite, pero ahora está metida en todo. - Según Lucia y Sebastián siempre lo ha estado. - Debes ponerle un alto. - Ya hablaré con ella. Vengo hablar contigo sobre Sebastián. - No es un tema que deseo hablar, me engaño, tengo el alma hecha pedazos, es algo que no me esperaba de él. - No te ha engañado tarada. - Yo los vi Gabriel - nos sentamos en su jardín mientras contempló el paisaje y me cuenta lo sucedido. - quise hacerte caso, fui a verlo para arreglar las cosas, mi sorpresa: encontrarme con su amante en toalla en la habitación, y antes que digas algo vi su ropa y él estaba en la ducha. - ¿Lo viste en la ducha? - No, pero sé que está ahí. Sentí que iba a morir, tenía que salir antes que me destrozara, un gusto que no les iba a dar, aunque lo esté, aunque creo debí matarlos a los dos en ese momento. - En vez de destrozada pareces furiosa. - Lo estoy, lo peor es que cuando lo enfrente no dijo nada se quedó callado viéndome tranquilo como si no estuviera pasando nada, me pasó por un lado y se fue con Lucia. - ¿Con Lucia? Otra vez, estos dos parecen siameses ahora, dónde está uno está el otro. - digo molesto. - Salían de cada de mi mamá, según ella fueron a reclamarle una estupidez. Culpa a Lucía porque papá la dejo ¿Lo sabías? - Me enteré ayer de que se había ido de casa y la culpa no es de Lucia si no de ella misma. - No me quiso contar. - No puede, se descubriría; ella ayudo a que Lucia se fuera del país y sabia dónde estaba todo este tiempo – me mira sorprendida - pero estamos hablando de Sebastián. Sabrina se con propiedad que Sebas no te fue infiel... - Gabriel… - Primero porque la habitación de hotel la comparte con mi papá y no creo que sea tarado para llevar a su "supuesta amante" a la misma habitación para que papá lo descubra y segundo porque esa noche estaba con papá, mi padrino y Erick en su casa. - Mientes... - ¿Por qué lo haría? El mismo Erick me lo dijo cuando vi su cara de trasnochado. - Si fue así ¿por qué Sebastián no me aclaro nada y dejo que pensará que me engaño? - Porque somos unos tarados, yo dejé que Lu pensara que le era infiel con Emilia, aunque en ese momento yo no sabía que nos había visto en la cama. - ¿Que? - me golpea - ¿si la engañaste? Y yo defendiéndote, eres un mujeriego, idiota, tarado, no te las mereces. - ¡Ya! Deja de pelearme. No le fui infiel, ella cree que sí, porque algo hizo mi madre y Emilia para hacerle creer eso. - ¿Mi madre? No puede haberse metido otra vez entre ustedes, aprendió la lección con Lucrecia. - Al parecer no lo hizo, cenaré está noche con ella. - No tengo ganas de ver a mi madre para serte sincera, cada vez que la veo termino peor. - Algo me dice que nuestros amores no regresarán con nosotros por culpa de nuestra madre querida. - Nunca se ha llevado bien con Sebastián, pero ha mantenido la prudencia y lo acepta a su modo. - Después de ver lo que ha hecho conmigo y Lucia, lo dudo, creo que solo espera el momento para dar sus pasos, Emilia fue el mío y Darla el tuyo. - Ella no conoce a Darla, ¿por qué haría algo así? - Mamá conoce a Emilia, se llevan bien y Darla es su mejor amiga no sería muy difícil que las presentará. - Si mamá tuvo que ver en esto es que no se lo paso Gabriel, me ha hecho sufrir y que me pelee con Sebastián. No llegaría a tanto. - Saco a Lucía del país, sabía dónde estaba todo este tiempo, me vio como un desgraciado desesperado buscándola y muchas cosas más ¿por qué no haría lo mismo contigo? - ¿Estás seguro de lo que dices? - Esa es la razón de porque se peleó con mi papá, él se enteró y le reclamo no sé qué más pudo haber pasado, pero ahí esta las consecuencias. - No te ofendas Gabo, pero puedo entender que te separé de Lucia nada te ligaba a ella - la miró molesto - bien, no lo puedo entender, pero tiene algo de lógica, no eras tú en esos momentos así que aprovecho e hizo que Lucia se fuera, pero Sebastián y yo tenemos años juntos con unos hermosos hijos, ella ha compartido con nosotros no puede hacerme algo así. - Yo solo digo que mamá es una caja de sorpresa, piensa algo. ¿Cómo supo Darla dónde estaba Sebastián si nadie lo sabía excepto mi papá? - Mamá no lo sabía. - Mamá sabe dónde está mi papá, pudo ir y verlo o papá se lo contó. Hermana no te ciegues, si Sebastián te hubiera engañado en este momento sería hombre muerto porque lo hubiera hecho sufrir con ganas. - Voy a investigar este asunto ¿Tú estás bien? No has explotado con todo esto, no pareces tu. - Si ves mi yate no dirías eso, debo irme tengo otros asuntos que resolver. - Voy a ver al pequeño monstruo.- hablo de mi sobrino que no lo he visto. - A ver si a ti te escucha, es más grande que Sofía y entiende más. - Resolveremos nuestros problemas, pero no te dejes engañar como me ha pasado a mí. Al parecer soy el hazme reír de unas desgraciadas. - No digas eso, nadie te puede engañar. - ¿No? Melina en el colegio, Lucrecia con hijo que resulto no ser mío, Emilia con su cara de buena amiga destruyendo me el matrimonio y no quiero pensar en mi madre porque la ira se me enciende. - ¡¿Como que un niño que no es tuyo?! ¿De qué hablas? - Así es, resultó que Lewin no es mi hijo, esa desgraciada, pero no quiero hablar de eso voy a ver al niño. -*- - ¡Santiago! Se que estás molesto, pero déjame entrar. - este niño a veces se le sale lo Ziegermman. - No te va a abrir tío, a mí no me quiere abrir desde hace horas. - Santiago vamos ábreme, no quieres ver a tu tío enojado. - ¿No te abre? Se parece un poco a ti cuando se enoja, por lo menos no es como Sebastián que cuando está enojado te ignora. - aparece Sabrina. - Me está ignorando en este momento, creo que se parece al padre. Abre esa puerta - tocó duro, no estoy de humor para juegos. Abrí la puerta y no está, miró a Sabrina y lo busca por toda la habitación. - Sara ¿sabes a dónde está tu hermano? - No mami, no se. - Sarita, princesa, seguro no te dijo nada, ustedes son cómplices en todo. - Tío el solo dijo que iba a buscar a alguien que arregle los problemas para que papá regrese, solo eso. - ¡Dios! ¿Dónde se metió este niño Gabriel? - Cálmate, llama a Sebastián tal vez está con él o va camino a buscarlo. Llamo a Nicandro y Luis que son los jefes de nuestra seguridad para que empiecen a buscar a Santiago, este día empezó bien no quiero que nada lo arruine. - Sebastián no me responde. - Piensa dónde iría. - Ayer fue a buscar a Sebastián, pero no sabe dónde se está quedando. No puedo perder a mi bebé, no otro. - ¿Otro? - Gabriel encuentra a mi hijo. - Lo haré, tu llama a Sebastián en cualquier momento te va a responder. Y dónde demonios empiezo a buscar este niño.
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