Antonio no se hace repetir la orden que coincide letra por letra con sus deseos. No necesita humedecer su polla, apenas aprieta el glande contra los labios mojados de su prima que emergen entre los cachetes, estos se abren sin dificultad y engullen la v***a. La folla a perrito con ella inclinada, la cabeza sobre las sabanas, su vientre apoyado también en el colchón y el culo en pompa, ofrecida y dispuesta a aguantar el asalto. Antonio se acelera, ya no tiene miedo de hacerle daño, toda precaución se desvanece y la folla con ansiedad, casi con violencia. Ella gime, pero no es un grito de dolor ni de molestia, se está excitando de nuevo. Le gusta lo que está pasando, le pone que Antonio haya perdido los papeles, que embista ciegamente, aunque ya ha tenido su segundo orgasmo y le cuesta llega