Amapola se incorpora un poco y apoya los brazos en sus rodillas como si estuviera contando confidencias a un amigo. Como acto reflejo, él hace lo mismo y se inclina un poco hacia la diva. Parece que llega el momento de recibir su mensaje. De resolver el misterio. Sus ojos ahora son verdes esmeralda, las pupilas se dilatan y atrapan las de Mario entre aleteos de sus parpados. — Chlóe. — ¿Chlóe? — Ese es mi verdadero nombre. Mi madre me lo puso en honor a la reina infiel de Esparta, la que se fue a Troya con Paris. Mi madre era muy bella y dijo que yo sería tan guapa como la reina griega porque mi padre era también un modelo. Él tenía ascendencia española, rasgos y carácter latino que la encandilaron. Mario se agita en la silla imperceptiblemente. Es la primera vez que Amapola menciona a