Capítulo 1

2405 Words
Mi nombre es Cassidy Silverstone, tengo treinta años, bueno, gracias a mi “eterna juventud” finjo tener veinticinco para pasar desapercibida, ¡Benditas identificaciones falsas!; ¿Por qué falseo mi edad? Sencillo, soy una maldita súcubo. Nací en Nueva Inglaterra, para ser más específicos en Rhode Island, mi vida no ha sido del todo sencilla, cuando tenía un año quedé huérfana, un accidente de tráfico, mi madre murió, era soltera, y “milagrosamente” yo salí con vida; terminé en un orfanato católico cerca de Connecticut, una desafortunada jugada del maldito destino. A mis cuatro años me enviaron a mi primera casa de acogida y ¡Oh sorpresa! Mis poderes se desencadenaron, casi mato a mi “Madre sustituta” mientras dormía, recuerdo lo aterrorizada que estaba la tipa al verme en mi verdadera forma, me llevó enseguida al orfanato, las monjas y el clérigo quisieron hacerme un dichoso exorcismo, ¡Estúpidos! Casi me mataban de hambre, pero mi fortuna cambió cuando aparecieron los Higgins, de vez en cuando, ese matrimonio hacia eventos de caridad para los huérfanos, cuando Tom Higgins vio lo que me hacían, decidió llevarme con su familia, pese a las advertencias me llevó a su hogar y cuando saqué de nuevo mi verdadera forma, entendí por qué lo hizo, el muy astuto es un ángel caído, su esposa una nephilim y con ellos tenían a otros niños “Especiales” como yo. Tom y Sarah me enseñaron todo lo que sé, pero jamás los vi como unos padres de verdad, de hecho, me dejaron mi nombre y apellidos de nacimiento; Estuve investigando y realmente no tenía familia, es como si se los hubiera tragado la tierra, quizás se escondieron de mí para que no les jodiera su vida, en fin, estaba mejor sin ellos. Por cosas del destino, terminé mudándome a Nueva Orleans junto a mi amiga Bethany Williams, al igual que yo es una súcubo, se crio desde bebé con los Higgins, le llevo cinco años, siempre la vi como a una hermana menor, una con la que he tenido grandes aventuras, como el hecho de tomar prestado dinero de la billetera de Tom para mudarnos acá; no pasó mucho tiempo para que el muy cabrón nos descubriera y nos reprendiera, pero pudimos pagarle su dinero hasta con intereses. Tamborileo mis dedos sobre mi escritorio, la clase de historia de la literatura moderna está por iniciar, supe del accidente del profesor Harrison, ¿Quién será el nuevo sustituto? Quizás un viejo gordo, feo y calvo, solo espero la clase vaya rápido, ¿En qué carajos estaba pensando cuando decidí estudiar la universidad? ¡Cierto! Querías una vida normal, Cass, me digo a mí misma, gracias a mi obstinación por una vida más sencilla, quise vivir cada experiencia humana y ¡heme aquí! metida en este hoyo. —Entonces Cindy corrió y su par de pelotas saltaban como en guardianes de la bahía Suelta Deniss Crawford haciendo ademanes con sus manos sobre su pecho, ruedo los ojos, odio que se la pase hablando de tetas; Cindy es una tipa del otro curso, está operadísima, al grado de que ya no se quien lo está más, si ella o Catherine de servicios académicos —¡Piensa rápido Silverstone! Solo siento como una bola de papel choca contra mi cabeza, Deniss y los gorilas que lo rodean rompen a carcajadas, ¡Odio a este cabrón! Esta noche iré a patearle el culo dándole las peores pesadillas, que sea jodidamente atractivo no le da derecho de comportarse como un cavernícola conmigo; Deniss es el “popular” de la clase, viene de una familia acomodada, un metro noventa, cuerpo de musculatura bien definida, piel blanca, cabello castaño y ojos verdes, todo un bombón, pero solo con abrir la boca se le quita lo lindo, es un imbécil; lo fulmino con la mirada y él me da una sonrisa burlona, de verdad no entiendo que hace este tipo en el curso —Silverstone quisiera tener unas hermosas tetas como las de Cindy Suelta burlón y los tipos a su lado ríen a carcajadas —¡Cállate imbécil! Vocifero tensándome, debo controlarme, no puedo sacar mi lado paranormal aquí o me quemarán viva —Tu quisieras tetas y culo y no estar plana como una jodida tabla, Silverstone Cuando estoy por levantarme a darle su merecido, mi boca cae abierta al ver como un borrador le da justo en su hombro, ¿Qué mierda? —¡Auch! Imbécil Dice Deniss frotando su brazo adolorido, mi mirada va de él hacia la dirección de donde ha salido disparado el borrador, justo ahí veo a un tipo pelirrojo de ojos azules, ¡Chispas! Es sexy, junto a él, Catherine de servicios académicos, ¡Wow! entonces ¿Este tipo será el profesor? Veo como frunce el ceño mientras todos en la clase se quedan serios tomando sus lugares de inmediato, el tipo se pone el puño cerca de la boca y se aclara la garganta —Fuera de mi clase Su voz profunda inunda el aula, siento un escalofrío recorriéndome todo el cuerpo, dirijo mi mirada a Deniss, pareciera un cachorro asustado —Pero… —Dije fuera de mi clase, odio a los que hacen escándalos en mi clase, aquí no solo verán literatura moderna, también habrá disciplina y mucho análisis, sí no cumplen con las expectativas quedarán fuera del curso Explica con tono firme, el tipo salió rudo, pero no creo que sea tan difícil de sobrellevar, si él es cabrón, yo también puedo hacerle la vida de cuadritos, deberé valorar la situación y someterlo a una pequeña “prueba”; Catherine se aclara su garganta, nerviosa, y se aleja un par de pasos del tipo —Bueno, profesor, lo dejo a cargo de su grupo Dice en voz fingida mientras abanica de forma dramática sus pestañas y se encamina hasta Deniss para sacarlo a jalones de la clase, mi atención va de nueva cuenta al tipo que camina hacia el frente —Soy el profesor, George Sanders, especialista en literatura inglesa e historia del arte, usualmente imparto clases en Princeton, pero estoy aquí hoy para hacer que muevan el culo y aprendan de una buena vez lo que es el arte plasmado en letras, puedo ser buena onda, pero la disciplina es esencial en mi clase, no tolero a los payasos, se supone que debemos de tener un ambiente cordial y con el debido respeto, pero aquí en mi clase el respeto se gana, les impartiré la materia de historia de la literatura moderna, poniendo el estándar en alto, quiero calidad en sus trabajos, así que, saben a lo que se atienen conmigo como profesor, no se aceptan sobornos, eso es motivo de baja en mi curso ¿A quedado claro? Creo que hay que bajarle los humos al profesor Sanders, su peculiar acento inglés me causa gracia, aunque debo admitir que un mundo de fantasías cruzan por mi mente en estos momentos, sonrío mientras miro como se mueve con seguridad de aquí para allá, a mí no me intimida tan fácil; levanto mi mano para comenzar mi prueba —Adelante señorita… Hace una pausa indicándome que me presente —Silverstone, Cassidy Silverstone Respondo segura de mí misma, me da una sonrisa amable y me quedo a la espera de que me dé la palabra —¿Qué duda tiene señorita Silverstone? Dejo fluir un poco de mi energía y le doy una sonrisa coqueta, cómo súcubo tengo habilidades especiales, entre estas, la telequinesis, así que no dudo en hacer que la bragueta de sus vaqueros se baje, ¿Qué tan grande tendrá el paquete? Cass, deja de actuar como una adolescente, regaña mi conciencia, pero ¿Qué esperaban? Soy una súcubo, la mayor parte de mi tiempo pienso en sexo; veremos cómo reacciona a esto —Tiene la bragueta abajo Señalo y mis compañeros estallan en carcajadas, el tipo se ha sonrojado lo suficiente como para que sus mejillas estén del tono de su cabello, sus manos viajan rápidamente acomodando sus vaqueros, mi sorpresa es grande al ver que está sonriendo de medio lado, entonces es un hueso duro de roer por lo que veo, se muerde el labio y dirige una mirada pícara hacia mí   —Muy observadora, o quizás será que le llaman la atención las anatomías masculinas, señorita Silverstone Frunzo el ceño, ¿Me está retando? ¡Que mierda! Me están abucheando, fulmino a todos con la mirada y decido seguir con el juego, debo ser más inteligente, Tranquila, Cass, si te enojas pierdes, Suelto una pesada respiración y lo miro de vuelta para sonreírle con autosuficiencia —No tiene nada que no hubiese visto antes, profesor, aunque quizás alguna miseria se esconde bajo esa ropa Ahora las burlas van dirigidas a él, me cruzo de brazos y lo miro retadora, debo de celebrar mi pequeño triunfo, pero él niega con su cabeza, ¿Qué trama? —No creo que el acoso sea permitido en la universidad, señorita Silverstone, pero podríamos arreglar ese asunto cuando el curso finalice Mis ojos se abren como platos, creo que mis mejillas están ardiendo, ¿Se está insinuando? ¡Chispas! Creo que debo buscar una nueva manera de hacerlo bajarse de su nube, nadie me reta así; por el momento le permito ganar, pero pronto tendré la revancha y lo haré puré, profesor Sanders; se gira en sus talones y se encamina hacia la pizarra, toma uno de los marcadores y comienza a escribir —Entonces veremos a las figuras icónicas de la literatura moderna, por favor saquen sus apuntes, empecemos con esto Ordena y a mí no me queda más que obedecer por ahora, abro mi maletín y saco mi libreta, espero que el resto de su clase no me mate del sueño —¡Cass! ¡Cass! Escucho un susurro, giro mi rostro y veo a Bobby en el asiento de al lado, me acerca una nota y la tomo, al desdoblarla leo: Te jodió Sanders XD, lo fulmino con la mirada y él ríe quedo, pero el profesor con buen oído se gira buscando la fuente del sonido —No pláticas en mi clase  Dice señalando a Bobby que une sus manos como si estuviera fingiendo ser un angelito   —Lo siento, profesor, no vuelve a pasar Ni el Papa le creería sus mentiras a este tipo, Bobby es un mitómano de lo peor, dejara de ser un íncubo, este si no sé qué hace aquí, no le interesan las clases realmente, no se toma nada enserio, pero es mi amigo… bueno, amigo con derecho a roce, más de una vez me he acostado con él, pero es un imbécil la mayoría del tiempo, Bethany lo odia, ya me ha dicho que deje de estar con él, pero Bobby me da esa chispa de adrenalina que necesito en mi vida,  un atractivo chico rubio de ojos verdes, cuerpo ligeramente marcado, cabello desarreglado, un metro y setenta y cinco de estatura, no le pide nada nadie, es ardiente hasta cierto punto, pero por mi cabeza pasa la idea de querer un más que él no puede darme, es decepcionante —Más te vale, sigamos con la clase, en esta lista hay una serie de nombres, creo que la mayoría de ustedes reconoce al instante el nombre de William Shakespeare, cada una de sus obras tiene un romanticismo sin igual, pero debo admitir que de esta lista mi favorito es Oscar Wilde, no solo por su novela El retrato de Dorian Grey, sino porque tuvo la osadía de criticar grandes obras literarias, como las del mismo Shakespeare, pero volviendo a sus obras, tienen esa obscuridad tan característica que hace que mantengas un interés por la lectura —Profesor, yo prefiero a Jane Austen Dice Tina Lewis, una de las cerebritos de la clase, el profesor le sonríe, se acerca de nueva cuenta al escritorio y se cruza de brazos —Jane Austen, es usted toda una romántica —Sus obras son buenas —No me diga, usted es de las que lee orgullo y perjuicio una y otra vez Todos en la clase ríen mientras ella se sonroja removiéndose incómoda en su asiento    —Basta de risas, tranquila señorita… Extiende su mano indicándole que se presente —Lewis, Tina Lewis —Señorita Lewis, cada quien sus gustos, pero seguro quedaría destrozada al leer Tess la de los d’Uberville, ¿Ya han leído a Thomas Hardy? —Yo me hubiera ido con Alec y no con el imbécil de Ángel ¡Carajo! Pensé en voz alta, las miradas de todos van a mi enseguida, ¿Qué hago? El profesor me mira arqueando una de sus cejas, veo una media sonrisa un tanto sombría que me hace tragar en seco ¿Cómo es que logra este efecto en mí? Su aura es muy extraña, al parecer no es del todo humano, lo investigaré después —Entonces, ¿Prefiere la corrupción? Pregunta divertido, suelto una profunda respiración, creo que estuve conteniendo el aire por mucho tiempo y decido dar mi crítica —No es corrupción, profesor, Alec le fue claro desde el principio, la deseaba, la quería para él y no solo como una amante, quería algo serio, no justifico el supuesto abuso s****l, que la verdad no veo por ningún lado que ella haya puesto resistencia, pero él le ofreció todo y no lo tomó, sí desde el principio ella hubiera dicho de su embarazo, ella hubiera dejado de ser víctima de sus padres y tendría la vida de mujer casada de esa época, bastante decorosa y con lujos a manos llenas, ella prefirió un capricho con un hombre puritano de doble moral que la trató como basura, cuando en realidad el único que tuvo un sentimiento real hacia ella fue el propio Alec Su expresión atónita me hace saber que mi respuesta fue acertada, punto para Cass, levanta sus manos y aplaude mientras sonríe —Bravo, a eso quería llegar con mis gustos por Oscar Wilde, no cualquiera tiene el valor de criticar una joya del arte literario y creo que la señorita Silverstone tiene las bolas que muchos expertos no tienen, felicidades Su forma tan despreocupada de hablar tan fuera de los estándares de un profesor me causa gracia, después de todo no me dormiré en clase, ya veremos cómo avanzamos en los próximos días.    
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