—Mejor cambiemos de tema —sugirió Nora con una sonrisa cálida—. Cuéntenme, ¿qué les apasiona hacer en su tiempo libre? Su pregunta surgía de un genuino interés por conocerlos más allá de lo que ya sabía, ansiosa por descubrir las facetas ocultas de sus personalidades. Los tres hombres lobo, aun procesando la información que Nora les había compartido previamente, comenzaron a relajarse ante la nueva dirección que tomaba la charla. Declan fue el primero en hablar, con sus ojos azules brillando con entusiasmo mientras describía su amor por el mar, la carpintería, y el descubrimiento de tierras nuevas. Aidan, por su parte, comentó su gusto por la caza, reveló su pasión por la música, confesando que a menudo se escabullía por las noches para tocar la flauta junto a un arroyo cercano. Lugh, el