XVI. Verdad

1494 Words
Sonrío mirando a Rin cantar algo que ni idea de si existe, pero ella parece muy emocionada de por fin verme en casa. Dos semanas en el hospital y por fin puedo estar en mi casa. Me concentro en mi cuñada que parece no querer dejar de hablar, ella me hace reír durante un buen rato en donde hace unos chistes tan malo que lloras de la risa. Lo mejor es que ella cree que sus chistes son súper buenos y por eso me río, sin saber que la razón es que son muy malos. Mamá entra a mi habitación con aperitivos que mi cuñada devora. La miro de reojo y noto algo raro que hasta ahora pude notar. Mamá se sienta en la cama y acariria mi cabello de una manera que provoca que quiera dormirme en sus piernas mientras ella me acaricia. Acerco mis labios a su mejilla y le doy un beso ruidoso que la hace reír y darme una mirada de amor que adoro ver en ella. También me regala el mejor regalo que una madre puede regarlarle a su hijo; una sonrisa hermosa y genuina. Mi corazón se calienta. Mi madre solo debe sonreír y eso me hace sentir como si el mundo fuera un mejor lugar. Miro a Rin nuevamente, me doy cuenta de las ojeras que el maquillaje trata de ocultar, pero que continúan bajo sus ojos. Frunzo el ceño y dejo que ella coma algo tranquila mientras yo apenas y pruebo un bocado. Cuando parece que por fin sastiface su hambre vuelve a mirarme. —¿Qué me ocultan? —Pregunto sin rodeos. Mamá se queda como estatua y esa es la confirmación de que algo sucede, y es algo a lo grande. —No pasa nada Inuyasha — responde Rin con una sonrisa en loa labios — ¿por qué pasaría algo? —Pregunta antes de que pueda argumentar. —A ver, al parecer no me entendieron, pero soy bueno y repetiré la pregunta — murmuro — ¿qué me están ocultando? Y no se hagan la desentendida, sé perfectamente cuando algo pasa en mi casa, lo intuyo y además, conozco a mi madre y sé que cuando algo le preocupa se pinta las uñas mal — señalo en lo primero que me detuve a ver en cuanto mi madre se adentró a la habitación — las ojeras que llevas ni el maquillaje pueden ocultarlas. ¿Qué está pasando? —Rin suspiera y retira varias hebras de su cabello que caen en su rostro. —Creo que Sesshomaru es el indicado para hablar contigo Inuyasha — me contesta. —¿Le pasó algo a mi hermano? —Sus ojos me observan con desconfianza. —No, pero descubrió algo ... Ya pronto sabrás — hace unas señas con las manos restándole importancia. —Quiero saberlo ya, ustedes están actuando muy extraño, no me gusta que me tengan al margen de todo como si fuese un niño. Soy un hombre, dejen de verme como un mocoso de cinco años, soy un hombre—hablo alto molesto. Odio que me traten como un niño. No me gusta que me mientan o me oculten las cosas como si fuese a romperme por saber la realidad de las cosas. Desde pequeño odio que me traten como un niño, se los hago saber hablando con ellos, pero escuchan lo que les digo un día y al otro ya no. Mamá me mira con algo de culpa mientras que Rin mantiene una dura mirada sobre mi. La reto con los ojos y su mirada se vuelve desafiante, es la primera vez que ella me regala una mirada tan intensa, pero no pienso ceder a mi palabra, quiero que me digan la verdad de las cosas aunque me duela. —Entonces deja de comportarte como un jodido niño—me sobresalto y aparto la mirada de Rin para posarla en el hombre que entra luciendo agotado. Rin lo mira y aparta la mirada. ¿Hay problemas en el paraíso? —Sesshomaru, que bueno que llegas. Quiero saber todo lo que está pasando en esta casa. No quiero que me ocultes nada—mamá se levanta. —Los dejaré. Luego yo tendré una conversación contigo—palmea la mejilla de mi hermano—no seas muy rudo—Sesshomaru besa su mano y ella sale cerrando la puerta trás ella. Rin piensa salir, pero Sesshomaru la sujeta y le hace señas de aue se quede. Miro a Rin quien parece distraída o deslumbrada por Sesshomaru, esa chica no puede ocultar lo que siente por mi hermano aunque esten molestos. La veo poner su mascara de frialdad soltándose del agarre de mi hermano y caminando hasta una esquina de mi habitación. Sesshomaru me mira. Hace tiempo que no me miraba como ahora; juzgándome. —¿Me dirás que pasa?—pregunto acomodándome en la cama. Aunque la herida ha ido sanado bien, todavía debo tener precaución para que no se abra. —Eso debería preguntarte a ti. ¿Enserio Inuyasha? Tienes decenas de chicas que están locas por ti, muchas chicas que mueren por un momento a tu lado ¿y qué haces? Justo vas hacia el peligro, hacia lo que no te conviene—enarco una ceja. —No estoy entendiendo nada—él se acerca a mi y me gira la cara de una bofetada. Mi mejilla arde y miro a Rin quién tiene los ojos abiertos y lleva una mano a sus labios en señal de sorpresa. Cuando Sesshomaru levanta la mano ella corre y la atrapa antes de que llegue a golpearme de nuevo. Me giro hacia él mirándolo con sorpresa, el dolor me hace arrugar mis cejas. —¡¿Qué mierda te pasa?!—grita Rin—¡Le pegaste Sesshomaru! ¡Es tu hermano!—él le da una mirada que congelaría todo. —Te dejé aquí para que me ayudes, no para que me sermonees—ella retrocede unos pasos sorprendida por la actitud de Sesshomaru, hasta yo estoy así. —¿Qué demonios te pasa para hablarle así?—pregunto molesto. —Tú calla, solo responderas cuando te pregunte—baja la mirada hacia Rin—no te involucres en esto hasta que lo decida—le dice. —No—ella lo reta—¿quién demonios crees que soy? Tu a mi no me ordenas que hacer. Ahórrate la mierda que tratas de lanzar en los demás. Si tu hermano se la folló ya lo hizo. Deja de tratar a todos mal solo porque a él le gustó alguien que no debía—ella sale sin darte uba sola mirada. —Sesshomaru, ¿qué te pasa? Ve por tu chica—le digo mirando la puerta por donde salió. —¿Qué?—pregunta son una sonrisa en los labios—¿luego tu irás por Kagome Higurashi y haremos una doble cita?—su pregunta me deja frío—esperaba más de ti Inuyasha. ¡Te metiste con una jodida pandillera!—grita—¡esto no es un jodido juego!—él respira agitado—no sabes donde te metes, es una delincuente que no hace más que dañar a otros. No eres nada importante, solo eres su nuevo juguete—él se ríe—¿crees que ella te ama? No lo hace, solo le divierte ver como caes como un idiota por ella cuando deberías decirme donde está—lamo mis labios. —¿Cómo te enteraste?—pregunto. —Dejé una grabadora en el hospital, esa mujer mató a un hombre en el hospital. Ella se burló en mi cara cuando le dije la verdad. No eres importante para ella. Kagome Higurashi solo sabe traer dolor a la vida de las personas y tú estás cayendo como el mayor de los idiotas—comenta. Hay algo en su mirada que me hace sentir dolor. Tal vez es porque admiro a Sesshomaru y su mirada ahora me duelen. Sus palabras duelen porque nadie quiere que su héroe te mire así y le hable de esa manera. Muerdo mis labios y miro hacia otro lugar. >> Mientras yo estaba como idiota pensando que mi hermano era un chico inteligente que se alejaría del peligro como le enseñé, él estaba muy tranquilo follándose a una asesina. ¿Qué pasa, ahora también eres un delincuente como ella?—trago en seco. —Cuando la conocí no sabía quién era—él ae ríe. —No me digas, ahora dime la parte en donde ella nunca actuó como la loca demente que es—no puedo decir nada porque Kagome la primera noche en qué la conocí amenazó a mi primo con un arma en la cabeza. —No me la follé, no es lo que... —Tal vez no la follaste Inuyasha, pero igual, te involucraste con una delincuente que seguro tiene más hombres a parte de ti, que quizas sea una adicta a las drogas. ¡Una mujer que mata por placer!—cierro los ojos y los abro. —Tampoco hables así de ella—le digo y me taladra con la mirada. —Eres un imbécil—eso no lo puedo negar. —Sesshomaru... —No Inuyasha. Duré noches y días buscando alguna pista que me lleve a su paradero. Mientras me agotaba tu estabas revolcándote con esa asesina. Pensé que... No, nunca pensé que llegarías a esto. Miroku fue más sensato que tú esta vez—muerdo mis labios. —¿Qué pasó con ella?—pregunto despacio—¿está en prisión?—él me mira serio. —Hubo un enfrentamiento entre su pandilla y la enemiga. Encontramos varios muertos y otros heridos. Una bomba estalló, aún no encontramos su cuerpo, pero, hay varios cuerpos que aún están sin reconocer ... Otros lo encontramos en pedazos. Posiblemente Kagome Higurashi esté muerta — escuchó lo que dice y es como si me golpearan las bolas — ahora si hermanito, olvídate de ella, porque esa asesina, está en el otro mundo — y sale sin darme tiempo a decir algo. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD