Salgo en busca de encontrarlos, pero por más veloz que sea el auto en el que me encuentro, ellos se han ido desde rato. A los pocos minutos en carretera, me encuentro con un auto de Clem. Me coloco a su lado en busca de información. Bajo el vidrio de la ventana y él hace lo mismo. — Lo siento mucho, señora, pero no hemos podido localizarlos. — Sigan buscando. Yo estaré buscando por el oeste. Ustedes háganlo por el este. El hombre asiente y yo me marcho rápidamente. Pasa media hora y la búsqueda no da resultados, por lo que me detengo para encontrar un teléfono o computador en el auto. Buscar así es perder el tiempo y eso es lo que menos quiero perder. Necesito saber si ellos lo encontraron o que novedad me tienen para saber el paso a seguir. Regresar a la mansión no e