Seco mis lágrimas por enésima vez y me levanto con la urna en mis manos. No puedo dejar que mi momento de debilidad se prolongue. Llore para desahogarme y me llene de grietas para ahogar con mi veneno al resto. Así que ya es hora de actuar. Debo colocar mi máscara sin sentimientos, mejorar mis habilidades de combate y poner a prueba mi inteligencia y magnitud de daño. Necesito mostrarle que quien me daña no tendrá una vida fácil y eso no lo causare si me quedo en estas paredes llorando lo irreversible. Con la frente en alto, como si no me doliera todo lo que me ha pasado, camino hacia la puerta y la abro cuando los médicos y personal de la casa intentan tumbar la puerta por la fuerza. Cuando la abro varios caen al suelo. Desde mi lugar los observo como lo idiotas que son. — Dejen de