Los médicos vuelven a rodearme, haciendo que detenga mi andar. — Realmente no podemos permitir que se marche. Fue una orden del señor Clem. — ¿El mismo que yace sobre la mesa muerto? — pregunto con acidez en mi voz — ¡Saldré en busca de venganza y si usted o quien sea piensa evitar que salga, evidentemente perderemos más personal del que ya perdieron! — miro a mi alrededor viendo como todos se encuentran armadas y listos. El hombre de confianza de Clem me extiende un arma. — ¿Se quita o lo mató? — pregunto quitando el seguro del arma y apuntando a su cabeza. El hombre se aparta y yo camino hacia la salida escoltada por el hombre de confianza de Clem. — Necesito cambiarme. Mientras nos vamos que alguien se encargue de Clem. Aclaro, quiero que este listo para cuando regrese, aunque no