El mismo día Paris Gizem El ser humano es competitivo por naturaleza, ante todo se cree superior a todas las especies, porque tenemos el ego crecido y nos encanta dominar, pero el problema radica cuando denigra y humilla a sus pares ante la amenaza de sus presencias. Es cierto que no todos actuamos iguales, unos somos más astutos y estudiamos a nuestros rivales tras un rostro amable, una sonrisa fingida y una palabra correcta, en cambio otros somos agresivos, intimidantes y marcamos nuestro territorio como animales. Digamos que defendemos lo que consideramos nuestro y no admitimos intrusos, menos competencia. En lo particular nunca tuve rivales, ni me sentí intimidada, pues en el ambiente que vivía no existía el egoísmo. Éramos niños asustados sufriendo en las manos de una red de sádic