El coche se detuvo frente al auto de Sarah. Junto a él, una joven nerviosa esperaba a que Enzo y Luca bajaran del auto. —Señor Medina, me enteré que Sarah no había aparecido después del almuerzo. Pensaba darle el reporte de su ausencia cuando me encontré con esto —señaló el rastro de sangre que se veía claramente gracias a las luces de la farola que iluminaba gran parte del aparcamiento—. Iba a llamar a la policía, pero luego pensé en avisar primero a Luca ya que estaría con usted. —¿Es su coche? —preguntó Luca tomando fotos de las evidencias por si eran necesarias. Enzo asintió sin decir una palabra. Observó aquella sangre sobre el suelo y las salpicaduras en el capó. Llevó las manos a su cabeza para controlar el sentimiento de ira e impotencia que sentía en ese momento, y tras suspir