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1283 Words

Tras cruzar la puerta, Sarah quedó boquiabierta al ver el enorme salón que tenía ante sus ojos. Una joven vestida con un uniforme de asistenta del hogar, cruzaba hacia unas escaleras al fondo llevando ropa perfectamente doblada y planchada. Al ver a Enzo, se detuvo un segundo para darle cortésmente la bienvenida. —Se llama Elvira. Es muy trabajadora y deja todo muy limpio —comentó a Sarah mientras tomaban asiento —. ¿Puedes preparar algo de té cuando termines con eso? —Sí, señor. Enseguida —respondió Elvira. Sarah no prestaba mucha atención a los empleados de Enzo ni a sus palabras, estaba más centrada en intentar adivinar qué problema tenía. Decidió ir al grano y preguntar directamente. —Enzo, sé que te pasa algo. No te conozco mucho pero siempre has estado alegre y sonriente. Es evid

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