CAPÍTULO DIECISÉIS
Después de cenar con Janell Harper, Mackenzie y Ellington regresaron directamente a comisaría. Mientras Mackenzie conectaba su portátil a la red del departamento, Ellington llamaba al ayudante del alguacil Rising para preguntarle si quería echar una mano. En media hora, habían montado una pequeña central de información en la salita de conferencias. Rising había conseguido la ayuda de dos agentes, una agente femenina llamada Dentry y un hombre envejecido llamado Willard.
Cuando pasó la primera hora, Mackenzie tenía la impresora ronroneando, imprimiendo los archivos e informes del caso. También tenía el tablero blanco prácticamente cubierto de notas. Ellington y ella estaban recogiendo los casos sin resolver en un diámetro de treinta millas a la redonda durante los ocho
