5. Luna

2264 Words
- Oh dios mío -Taylor se sienta a mi lado – Acabo de cruzarme con Ben Pride – suspira – Ese si es un hombre, daría todo por verlo sin ropa – muerde su labio. - Escuche que desde que le dio salida a Charlotte no ha estado con ninguna otra mujer – Megan se sienta del otro lado – Algo que es raro pues el chico es pura promiscuidad – Kate toma un sorbo de agua y se acomoda para bailar. - Todas esperan a ver quién es su próxima presa, ya saben, jamás pasa tanto tiempo, aunque se rumorea que en la fiesta escogerá a la próxima chica – las observo, esta la maldita razón por la que se su vida. Mis amigas tienen una obsesión con el idiota de Ben Pride, hablan con las mujeres que son amigas de las que se folla, con la que se folla, obtienen información “clasificada” donde aseguran que jamás ha invitado a una chica a cenar, almorzar o tan solo comer. Ninguna de ellas pasa la noche en su departamento o con él en algún lugar, cambia aproximadamente una semana con cada una o a lo sumo dos. Con la bibliotecaria tiene una amistad, la única a demás de su prima Sam y Barbie, la pelirroja que me pregunto si era lesbiana, quizás debería serlo, ayudaría con mi caótica vida, al menos mientras dejo mi desconfianza con los hombres, pero no me interesa. Ahora bien, no solo conozco la vida de Ben Pride por mis amigas, no, claro que no, mis padres al igual que la mayoría que los conocen, generaron una obsesión para nada sana con el clan, ellos querían hacer negocios con algunos de ellos, adquirir el sistema de seguridad para la línea de casinos, así que, no solo soportaba a mis amigas, también a mis padres que hablaban de los eventos donde estarían, quienes eran familia directa y aquellos que no, incluso me entere de la muerte de su abuela, no pude evitar sentirme mal, por ellos y por como los molestaban en un momento así. - ¡Luna! – sacudí mi rostro y dejé la manzana. - ¿Qué ocurre? - las tres me observaban Taylor era rubia, ojos miel con toques verdes, su piel era de color oliva, era la más alta del grupo, delgada y con buenas medidas, parecía modelo cuando caminaba. Megan era de mi estatura, pelo castaño, ojos negros, piel lechosa y por último Kate, pelo n***o azabache, ojos verdes, piel oliva, latina, de grandes curvas, muy buenas curvas. - Te estamos hablando - dijo Kate ofendida. - Disculpen, pero ya aburren con Ben, es de lo único hablan – sigo comiendo. - Bueno, te aburre, pero estuviste hablando con él ayer en la biblioteca – el pedazo de manzana quedo en mi garganta ahogándome. Mis amigas desesperadas comenzaron a golpearme, pero el pedazo simplemente no salía, unos brazos me rodearon por la cintura cuando sentí que la falta de oxigeno comenzaba a hacer de las suyas, mi estomago fue apretado con fuerza, una, dos. El trozo de fruta abandono mi boca cayendo directamente en la comida de Taylor que no dudo en hacer una arcada, no la culpo yo también lo haría. Mi cuerpo fue depositado en el piso, la tos seguía mientras daba grandes bocanadas apara llenar de aire mis pulmones. Observe a mis amigas que miraban a mi espalda con la boca abierta, mi cuerpo aún seguía tomado por la cintura y podía sentir algo duro a mi espalda, gire despacio hasta encontrarme con la persona que menos quería ver, “el adonis” del que hablaban mis amigas, Ben Pride. Me quede mirándolo sin saber que hacer o decir, su cuerpo estaba muy cerca del mío y podía sentir su perfume invadiendo mi espacio personal. - ¿Estás bien? – sus cejas negras se juntaron un poco. - Sí, yo – volví a toser y me maree – Dios, me agarre de su brazo con fuerza. – un pitido llego a mis oídos mientras la vista se me nublaba por completo. - Luna – fue lo último que escuche antes de que todo se volviera oscuro. Abrí mis ojos despacio, la luz blanca me cegó por un momento, estaba aturdida y perdida, me senté despacio y observé al chico que estaba sentado en la silla, ¿Qué se supone que hacía él aquí? Observe todo hasta darme cuenta que estaba en la enfermería, ¿Qué había pasado? Arrugue mis nariz intentando entender porque me hallaba en este lugar. - Te ahogaste con la comida – murmuro antes de levantarse – Te ayude, luego te desmayaste – se acerco a mi lado y tomo mi barbilla para elevar mi rostro – Tienes mejor color – me aleje. - ¿Por qué estas tú aquí? – enarco una ceja. - Fui quien te salvo la vida – cruzo los brazos – Con un gracias basta – me baje. - Gracias – murmure y la enfermera entro. - Cariño, ya estás despierta, no hemos podido localizar a tu madre – no me asombra – Su padre atendió, pero… - Esta fuera de la ciudad – la interrumpí – No sé preocupe, estoy bien, puedo irme a casa – Ben me observo. - Yo la llevo a su casa, no se preocupe – abrí la boca y me sonrió – No puedes manejar – estaba por retrucar, pero la enfermera hablo. - Siempre tan amable Ben – sonrió – Agradece a tus tíos las donaciones, ahora les doy los pases libres – refunfuñe por lo bajo. Ben tomó las cosas y salió a mi lado directo al estacionamiento, por un año no le vi la cara y ahora parece que lo veo hasta en la sopa, camino directo a mi auto y niega con la cabeza antes de pedirme la llave, lo miro con desconfianza, pero no se inmuta mientras las espera, se las paso mientras pongo los ojos en blanco, para mi sorpresa él se la da a uno de sus amigos, mientras le dice, síguenos. Toma mi mano y me llevo por el estacionamiento directo a un auto deportivo, abrí la boca al ver el Audi última generación, sus asientos de cuero me recibieron, olía a lirios dentro y todo estaba increíblemente limpio. Tomo su teléfono y lo conecto al auto, luego cargo las coordenadas de mi casa y emprendió viaje sin decir nada, esto es raro e incómodo. - ¿Cómo es que sabes hacer la maniobra de Heimlich? – necesitaba hablar de algo. - Mi tía es doctora – sus ojos no se despegaban de la calle – Ella nos ha dado cursos de primeros auxilios a todos – sonrió – Sobre todo cuando mi padre se ha ahogado varias veces por noticias, no queremos quedarnos huérfanos todavía – lo miro extrañada. - ¿A que te refieres? – rasco su nuca. - Bueno, tengo tres hermanos – comenzó, aunque se veía incomodo – Mi hermana Hilary, y los mellizos, cuando estaba embarazada de los mellizos, no tuvo mejor idea que decirlo en un almuerzo, todos comíamos carne, primero dijo que estaba embarazada, hasta ahí todo bien – parece recordar la escena – Luego que eran dos, mi padre se puso como tú, rojo primero y luego algo morado, mi tío Oliver lo salvo, fue algo feo de ver – hice una mueca. - Lo siento, no quería incomodarte – sube sus hombros. - Tranquila, no pasa nada – esta mintiendo y se le nota - ¿Tienes hermanos? – niego. - Hija única – miro por la ventana – Mi padre quería más hijos, pero mi madre los odia – mordí mi labio. - Te tuvo a ti, no creo que los odies – lo miro. - No la conoces – nos observamos un momento – Por cierto, mañana no voy a estar aquí, olvide que tengo clases y no puedo faltar – no pienso decirle que trabajo – puedes buscarme tipo nueve menos cuarto por la escuela de danza del centro – busco una tarjeta – Esta es la dirección. – se la dejo. - ¿Bailas? – afirme. - Desde niña – relamió sus labios. Ninguno de los dos volvió a emitir ningún comentario, el se concentro en el camino y yo cada tanto lo observaba, las chicas no mienten tiene lindos rasgos, viéndolo de cerca, era como la mezcla perfecta de su madre y padre, al menos por las fotos que salían en internet. Llegamos a mi casa momentos después, tuve que explicarle al guardia que mi auto venia atrás, que dejara pasar al chico que me enteré se llamaba Mike, Ben observo mi casa con una ceja enarcada y luego me miro, sí, era jodidamente rica, que quieres que le haga, él también lo era. - Linda casa – hice una mueca. - A mi madre le gusta la extravagancia – lo miro – Gracias por salvarme la vida, por tráeme y todo lo demás – trato de bajar del auto, pero me tomo de la mano. - ¿No me vas a dar un beso? – rodé los ojos. - Ni lo sueñes – sonrió mostrando los dientes. - En algún momento rogaras por uno de ellos – enarque mi ceja y lo mire. - ¿Qué te hace pensar que eso pasara? – lo mire desafiante - ¿No estás acostumbrado a que no le gustes a alguien? – su sonrisa engreída apareció. - Sé que me pedirás que te bese, no me preguntes como – se acercó un poco – Y con respecto a lo otro, no, no estoy acostumbrado – ladee mi rostro y acerque mi mano a su pierna y luego mi cuerpo. Ben se quedó inmóvil mientras movía con sutileza mis dedos desde su rodilla hasta casi sus caderas, mi cuerpo quedo más cerca del suyo mientras llevaba mi rostro a su oreja, deje escapar el aire de mis pulmones despacio y acerque mis labios a su oído asegurándome de rozar la zona. - Pues tendrás que entender que se siente – me aleje – Gracias Mr. Engreído – abrí la puerta y lo escuche reír. - Eso te saldrá caro Luna – su voz se volvió más ronca – Solo espera y verás – me agache y lo mire mientras hacía una mueca. - Tendrás que vivir con la decepción Ben, hay veces que no se puede obtener todo lo que se quiere – moví mi mano – Nos vemos mañana en la noche, disfrútala, es la primera y última vez que salimos. Entre en casa, mamá se encontraba en el sillón con el guarda espalda encima de ella, sus gemidos inundaban la sala, tome mi celular y saque una foto de la mujer maravilla y luego carraspee. El sujeto salió de encima tan rápido que olvido que su m*****o estaba libre como chita en pleno amazonas, ladee mi rostro y observe su cuerpo. Debía admitir que el sujeto tenía todo donde debía tenerlo, músculos, belleza y dios, eso no podía ser real, me guiño un ojo y mamá me fulmino. - ¿Qué haces aquí? – la mire. - Te llamaron de la universidad porque me desmaye, no contestaste, me trajo Ben Pride – mire la puerta – Debería hacerlo entrar, seguro disfrutara el espectáculo – mire al guarda - ¿En serio? Es casada – miré a mi madre – Y esta arrugada – hice una mueca de asco. El guardia contuvo la risa, no tenía idea de como se llamaba, no me importaba tampoco, mi padre no quería que hablara con ellos, porque decía que me veían como algo comestible, no sé si se dio cuenta de que hacían el favor a mi madre. La rubia del sillón me observo colérica, sus ojos parecían echar chispas, sus manos cubrían los senos que pago mi padre hace dos años atrás, siempre que la observaba me sorprendía el poco parecido físico que teníamos. Tome la cámara y saque nuevamente una foto. - Salen increíble – mire la captura – Incluso tu amigo se ve fenomenal – mire su pene – Ahora, si quieres un lugar más nuevo, menos laxo y alguien con una elongación increíble, me dices, seguro puedo hacer algo más interesante – era mentira, quería romperle la cara a ella y él, pero con tal de humillarla – Además de natural – comencé a subir la escaleras. - Eres una puta – siseo la mujer que dice ser mi madre. - ¿Hablas de ti? – mire al guardia – Por favor vístete y sal de mi casa – señale la puerta – En cuanto a ti – volví a mirarla – La puta acá eres tú, yo soy una mujer soltera, sin marido en casa, en cambio tú, vives esta vida gracias a papá, será mejor que dejes tus mierdas, o le mostrares las fotos – sus ojos se abrieron – No me provoques Leticia, o me conocerás – seguí mi camino – Será mejor que la cortes con las citas que planeas para mí, se que eres tú la que quiere sacarme de casa – dicho esto desaparecí. Mi padre era un imbécil de primera, trabajando todo el día para mantener a la señora contenta y ella acostándose con cualquiera que apareciera por enfrente, no podía creer que soportara eso, no cabía en mi cabeza que aceptara todo eso. Estaba segura que ella insistió con Patrick y con Ben, estaba segura que era para mantener sus mierdas, pero no dejaría que me usara más.
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