Finalmente el grupo pudo llegar a ese lugar en donde la tierra estaba seca por la falta de lluvias y las personas eran tan pobres que prácticamente subsistían gracias a la ayuda de la familia Ocampo. Los colonizadores, y luego sus herederos, los habían expulsado de sus tierras y cada vez les era más difícil acceder a los recursos que durante tantas generaciones los habían mantenido con vida. El grupo se dirigió a un árbol donde dejarían descansar a los animales y se dispusieron a descargar la carreta, mientras tanto varias personas que habitaban en ese lugar olvidado por Dios, se acercaron a saludar y ayudar con la tarea. Los dos hombres nuevos se mantenían cautos y alertas, no conocían a esas personas y no sabían cómo reaccionarían a ellos. Pedro se acercó a ellos para realizar algunas p