POV DE ALÁN.
Su silencio después de escuchar la palabra, hace que mis ojos tiemblen.
Me cuesta entenderla. Algunos dicen que es una perra, la peor de su especie, algunos dicen que es un ángel, algunos dicen que es una abominación.
En un momento, actúa como un cordero perdido y en el otro, actúa como una perra sucia y luchadora que me gusta, por supuesto.
—No hagas preguntas. Vete a casa —dejo salir y miro el cuerpo sin cabeza del pícaro más cercano.
Pusieron sus sucias manos sobre mi compañera, ¿qué más esperaban que les pasara?
—Giana probablemente me buscará en el camino primero. No quiero que venga a buscarme aquí, así que debo ir allí —ella sugiere.
Aparentemente, está preocupada por su amiga con la que estuvo peleando hasta hace poco.
—Pero, no quiero ir a ningún lado... solo.
