—¿Qué va a hacer Alpha con nosotros? —Giana murmura, las lágrimas rodando por sus mejillas.
Lo que debería haber hecho hace mucho tiempo para que nunca tuvieras la oportunidad de escapar y avergonzar a la manada. Papá gruñe detrás de mí, sus dedos se clavan en mi hombro para mantenerme de rodillas.
Aprieto los dientes, mi corazón se endurece hacia él. Se sintió avergonzado, eso es todo lo que tiene que decir, eso es todo lo que me ha dicho.
—Si esta lista de cosas por las que avergonzarse dura tanto... deberías agregarle una cosa. Avergüénzate de ser un padre tan horrible para mí —susurro por lo bajo.
—Todo es tu culpa. ¡Si tan solo no fueras una niña débil sin lobo, todo habría estado bien con nuestra familia! —Mamá grita desde algún lugar detrás de mí.
Mi supuesto corazón endurecido
