18| Nada que decir

1323 Words

James se colocó su Rolex luego de terminar de abotonar su camisa y llamó a Amanda. —Habla con el piloto, regresaremos a New York cuanto antes ordenó James luego de pedirle que también le avisara a Lucio. James esbozó una sonrisa ladeada al recordar las miradas entre su asistente y su socio, él no era tonto y la tensión entre ambos era notoria desde hacía tiempo. La primera vez que James lo notó fue en una reunión de negocios, al llevarse a cabo la sesión fotográfica para un numero de la revista. Aquel día las modelos no dejaban de insinuarse a Lucio, él era un hombre evidentemente atractivo y al parecer, la idea de follar con un hombre sexy de más de cuarenta años, a esas mujeres les causaba más excitación. James también era perseguido por esas mujeres, aunque no frecuentaba tanto el ár

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