—Chavem Silver, es un placer conocerte—. Me extendió una mano de un hombre alto con un traje gris y una corbata dorada. Me sonrió con sus dientes blanqueados profesionalmente, un diente plateado en el lado derecho. Parecía tener unos cuarenta años, un buen hombre adulto. —Hola, Aven Brooks.— Le estreché la mano suavemente, sonriendo. —¿Podrías venir conmigo por favor? —Me suelta y me da la bienvenida a su gran oficina detrás de altas puertas de vidrio. Asentí con la cabeza y me puse de pie, metiendo mi cabello detrás de mi oreja y apretando mi carpeta. Lo seguí por todo el piso de mármol, escuchando el eco de sus zapatos de vestir a través del edificio. Era un hombre apuesto, parecía que tenía todo su mundo en orden. Tenía el pelo oscuro peinado hacia atrás, un perfil afilado. Me s