─Muy tentador─ dice, tomándome la mano ─pero lo dejaremos para después─ añade, llevándonos hacia la entrada de un enorme edificio de dos pisos con estructura tosca y oscura. El cual se escucha mucho ruido, mis ojos vislumbran a través de los rayos del sol, las letras del nombre de lugar. En un acabado rustico indican "Practica de tiro y armas de fuego" abro los ojos sorprendida. ─¿Qué hacemos aquí, Salvatore?─ Pregunto, cruzando el umbral, ahora podemos visualizar todo el escenario. Donde se encuentran personas con chalecos, lentes, guantes y muchos artefactos de caza. Alejandro se limita a no responderme. Un señor se sonrisa agradable y cabello corto cenizo, se acerca a nosotros, al mismo tiempo de quitarse una especie de auriculares gigantes. ─¿Gerardo, cierto?─ Suelta Alejandro hacia