Camino por el asfalto ya viejo; donde se escuchan las risas de las personas, los carruajes que siguen vigentes, coches y bicicletas. Desvío mis ojos a la persona que sujeta mi mano y me explica cada sitio que visitamos, su sonrisa está resplandeciente. Suspiro por eso. Me doy cuenta que nos siguen dos guarda espaldas, me siento segura solo si estoy con Alejandro pero él insistió, entiendo perfectamente el porqué. Pequeños mercadillos se encuentran en cada esquina, pequeñas cosas, hermosas y delicadas. Alejandro escoge algunas y me dice para hacer lo mismo. ─Este─ Le digo alzando un payaso algo tenebroso. Su semblante de retuerce ante la idea de llevarse el payaso, cosa que me sorprende. ─Ni lo pienses, les tengo miedo a los payasos─ menciona, llevándome a dejar ese muñeco de nuevo en