Inesperadamente, un humo rojo, comienza a dispersarse en el suelo. Diaval Gambino…se coloca una máscara de oxígeno. Y mi cuerpo, se tensa, no por su presencia, hay algo más en el ambiente. Él comienza a acercarse hacia mí, doy pasos atrás, pero, el arma se resbala de mis manos, cayendo al suelo, al igual que mi cuerpo. No siento mis extremidades y mis ojos se escuecen de desespero por no poder moverme. Su presencia, llega hasta mí, inclinándose. Me quita el casco, para acariciar mi cabello y noto el color de sus ojos, grises tan intensos que atraviesan mi cuerpo. Quito mi rostro de su mano, apretando mis labios un sollozo. ─¡¿Qué me hiciste?! ─Grito, ante lo que puedo, sintiendo el ardor en mi garganta. ─Es una droga que he elaborado junto con Mégara, ¿te gusta? Seguramente tienes co