“Tu problema no es el problema. Tu problema es tu reacción” *** Poco a poco dejé de agarrar su mano. Mis ojos se agrandaron y mi garganta se había secado. Nash no podía estar hablando en serio, él debía de estar jugándome una broma. Pero al ver su mirada, esta me decía otra cosa; se veía desconcertado, como si ni siquiera supiera donde se encontraba. ¿Acaso Nash en realidad no me recordaba? El miedo comenzó a invadirme al instante, no soportaría vivir en un mundo con Nash, sin estar con él. —Nash, soy Beth, mi amor. Dime que estás jugando —hablé, con la esperanza de que fuese una broma. Él me observó con el ceño fruncido. —¿Dónde estoy y qué quieres de mí? —Estás en el hospital; sufriste un accidente en el autódromo por lo que debieron de intervenirte… Nash —a ese punto mis lág