Después de borrar los mensajes, nos pusimos a charlar; las horas pasaron rápido. Todos hacíamos chistes y reíamos, mientras empezábamos a conocernos un poco mejor.
Después de unas horas, Máx y Jack llevaron a las chicas a descansar a la habitación secreta.
Yo me fui a dormir un rato, ya que me tocaba hacer la segunda guardia de la noche.
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En la mansión Fort, unos hombres hablaban a altas horas de la noche. Uno de los agentes de Harris Fort decía: "¡Señor!, cuando llegamos al autobús ya no estaban; dejaron sus móviles bajo los asientos".
Harris se admiraba de las chicas y dijo: "¡Esas niñas fueron muy listas! Pero no demasiado. Sabemos que fueron a Brasil o Paraguay. ¿Ya enviaron agentes especiales a los dos países para buscar rastros de ellas?".
Él estaba muy molesto con Aixa; el
