*** Una ola de preocupación invadió a Fénix. Después del desayuno, decidió salir a tomar aire en el área trasera de la casa de campo. Necesitaba ordenar sus pensamientos. No podía mantener esa paz y tranquilidad por siempre, no cuando un fantasma la acechaba. Con la declaración de César, su agonía creció. Si él se divorciara de Violetta por ella y apartara a su familia, se vería en serios problemas. No con los Lombardo, sino con Santoro. César querría algo más que simples encuentros clandestinos; poco a poco, querría saber más sobre su vida. Y ahí es donde radicarían los problemas: aún no le ha revelado que tiene dos hijos más aparte de Einar. La idea de que Santoro interfiriera quitando a César del camino la aterraba. Ese hombre cruel no le permitiría rehacer su vida lejos de la F.A.E.