I

3557 Palabras
Actualidad Will Mi mano tiembla y el cólera corre por mis venas; siempre llego a la misma conclusión, siempre termino en lo mismo, siempre termino lanzando la botella de Whisky estrellándola contra la pared. Como siempre la furia hace su presencia en mí, causando un temblor en mi cuerpo, un ataque de furia incontrolable que me lleva a golpear la pared con mis puños desquitando todo el enojo que llevo acumulado en mi ser durante estos años, no me importa cuán dañada están mis manos simplemente no me detengo, no me importa nada. No sé si es por el enojo, quizás se deba al alcohol, solo sé que de un momento a otro todo lo veo borroso perdiéndome en la oscuridad ojalá y esta vez no pueda salir de ella. No se cuanto tiempo ha pasado cuando abro los ojos cegándome por la luz del día eso quiere decir que ha pasado un buen tiempo. Aunque la luz del día duela y arda en mis ojos no me molesto en cerrarlos, el dolor físico no es tanto como el dolor que llevo por dentro. Recorro el lugar donde estoy con la mirada, fácilmente hasta un ciego podría notar que no está donde se quedó a dormir; como dije puedo ver que no estoy en mi apartamento lo que no me sorprende ya es normal para mi despertar en un hospital desde hace seis años, desde que ella se fue. Cierro los ojos al sentir pasos, el sonido de esos tacones los conocería donde fuera. La puerta de la habitación no demora en ser abierta y seguido de ello se escucha con más intensidad el par de tacones; sus movimientos me avisan que se ha sentado en el sofá que esta cerca de la camilla. Sus manos envuelven una de las mías con delicadeza como si temiera que su toque me lastimara después de todo deben estar destruidas. - ¿Qué hice mal…? – cuestiona para si en medio de un sollozo mientras besa mi mano. Sus manos se mueven por mi rostro con tal delicadeza que hace achicharrar lo poco de corazón que me queda. Es una caricia suave. Me maldigo internamente por hacerla sufrir, por ser una mala persona para ella, pero realmente no quiero, ni deseo vivir, no sin ella en vida. Pasan los segundos o creo mas bien que pasan unos largos minutos cuando siento nuevamente su movimiento, se ha puesto de pie, lentamente deja un beso en mi frente ese que me dice “no importa lo que sea, yo te amare toda mi vida” luego de ello la siento marcharse. Intento abrir los ojos, pero debo fingir nuevamente solo porque ella no ha salido cuando se escuchan nuevamente unos pasos avisándome de una nueva visita. No tengo necesidad de abrirlos, no quiero tener que hablar con ninguno. - Se que estas despierto – aquella voz. No puedo evitar maldecir al escuchar ese tono de voz, sin embargo, no hago el amago de abrirlos tal vez este tanteando el terreno, pero de ella lo dudo – a mí no me puedes engañar como a mamá. Antes de abrir los ojos, suelto una fuerte respiración de cansancio - ¿Qué quieres…? – hablo abriendo los ojos para encontrarme con una belleza de brazos cruzada y una ceja alzada que dice “eres estúpido” Su mirada no se aleja de mi y eso me hace sentir expuesto – En realidad la verdadera pregunta aquí es ¿Qué es lo que quieres tú? – el tono de su voz es inexpresivo. Últimamente es muy difícil de leerla, últimamente ha vuelto a ser aquella chica antes de irse. Realmente desde que salió del coma hace seis años volvió a tomar las riendas del negocio familiar, volvió a ser la chica a la que hay que tenerme un poco de miedo y demasiado respeto. Además, parece que las mañas de Gael se le han pegado. - Eso no te importa – gruño molestándome. Odio que se meta en mi vida. En su rostro aparece esa maldita sonrisa que tanto odio – ¡Tienes razón! Lo que hagas con tu vida no me importa, por eso te voy hacer un pequeño favor – se acerca a mi abriendo mi mano menos lastimada sin importarle que no puedo abrirlas, en ella pone un pequeño recipiente que ha de contener pastillas ¿Para qué…? – solo una de estas mezclada con el alcohol que hay en tu sistema bastara y te aseguro que no dejara ningún rastro de suicido. Decir que estoy sorprendido sería una grande mentira - ¿Qué quieres decir…? Sonríe con cinismo negando - ¿Acaso es no es lo que quieres…? - ¿Enserio ella me acaba de dar la solución? ¿Tanto le importo? – no me mires así que eres tú quien lo está buscando. - Danna… - Ya estoy cansada de esta mierda, dime ¿Cuántas veces más hemos de venir aquí? - No te metas. Niega mirándome de esa forma mortal que da miedo – Entonces deja de hacer la maldita victima – sus ojos brillan como témpanos de hielo – acaso no te das cuenta que con esa actitud de imbécil y, con eso que esas solo das lastima. Sus palabras son tan crudas que hace encender el fuego que hay en mi interior – No busco que me tengas lastima, eso es tu problema si lo sientes – cierro mi mano con fuerza apretando el pote de las pastillas sin importar lastimarme la mano. - En realidad, a mi no me provocas nada. Solo quiero aligerar tu carga así que si quieres acabar con tu vida, si eres un cobarde más de todo el montón pues no te pienso detener – advierte – pero lo que si te voy a pedir que lo que hagas, hazlo de una maldita vez porque realmente ya estoy cansada de venir aquí cada vez que mamá me llama desolada porque mi hermano está en el hospital – lentamente señala el pote en mi mano con una tranquilidad que me deja claro, que ella no hará nada si deseo acabar con mi vida – adelante por una vez en tu maldita vida hazte responsable de tus acciones. ¿Qué digo? Me ha dejado sin palabras ¿Eso es lo que quiero? – No te metas donde esto no tiene nada que ver contigo - ¿Qué me pasa…? Ahora que tengo la solución en mis manos ¿Por qué no soy capaz? - Se cambiaron los papeles ¿No? Tu antes te metías en mi vida, ahora yo me meto en la tuya – se encoge de hombros quitándole importancia – hazlo, quiero ver que ni para eso sirves – incita, ella es peor que mi madre. Sus palabras no hieren si no que matan, tal vez eso es porque acabo de sobrepasar su límite de tolerancia. - Danna – entra Gael y por lo expresión de su rostro sé que ha escuchado parte de nuestra conversación por no decir que toda – ¡Dame eso Will! – pide extendiendo mientras me observa con rostro preocupado. - Déjalo Gael – espeta mi hermana tomando su mano extendida – quiero ver que ni para eso tiene el valor, quiero ver que ni siquiera sabe lo que quiere. - No soy ningún cobarde – levanto la voz saliéndome de mis cabales. - Danna – advierte Gael demasiado serio. Ella niega con la cabeza ignorando a su pareja – ¡¿No eres cobarde…?! – se lleva las manos al rostro haciendo una expresión de sorpresa sarcástica – ¡Vaya! Eso no es lo que parece, en fin – se encoge de hombros – solo vine a traerte eso… - Danna, Will es tu hermano. - No tienes decirme lo que se Gael, aunque estoy poniendo en duda que sea mi hermano. - ¡Dann! Rueda los ojos caminando hacia la puerta, pero luego da media vuelta para verme – Sino eres capaz con las pastillas, búscame que estaré encantada de matar a cobardes como tú. Primero asegúrate de saber qué quieres – sin más sale de la habitación. Por alguna razón siento que se fue queriéndome decir muchas cosas. Viendo su espalda me pregunto ¿Qué cambio en nosotros? No entiendo en que momento dejamos de ser esos hermanos que lo daban el uno por el otro. - No le hagas caso, solo está preocupada – habla quitando las pastillas de mi mano. ¿Preocupada? Lo que esta es cansada. Niego con la cabeza soltando un fuerte suspiro, tal vez este preocupada, pero no por mí. - No lo creo, si voy a ella sé que sería capaz de matarme. - Eso no le quita el hecho que le importes. - Por eso me mataría. Eres bueno levantando el ánimo. Niega sonriendo – Tenia que intentarlo. - Gracias. - Pero volviendo al tema, nunca imagine que superarías su límite de tolerancia. - Ya lo ves. - Claramente. - No te creas ese límite de tolerancia, en realidad, antes era peor – antes de que Danna se fuera era una maquina asesina nada la contenía, ella era un demonio – estoy seguro, que si por ella fuera hace ratos estuviera muerto. - Eres su hermano – toma asiento en el sofá que hace unos minutos estuvo mi madre. - Parece que eso no le importa. - ¿Esto es lo que quieres Will? - ¿Qué si quiero morir…? Sin ella a mi lado me siento muerto. Mi silencio le hace soltar un fuerte suspiro – eres como mi hermano. - Lo sé Gael. - Por eso te voy a decir, piensa en tus padres ¿Cómo se sentirán ellos al perder otro hijo? – deja la pregunta en el aire dándome una leve palmada en mi espalda para marcharse dejándome solo. ¿Cómo se sentirán mis padres? Mamá estaría devastada, después de la muerte del pequeño Alex todos llevamos ese sufrimiento y se que si le llego a faltar a mamá ella no lo soportaría. Danna tiene razón soy un cobarde, nunca enfrento mis errores, no soy como ella que acepta cuando se equivoca. Pero no sé cómo vivir sin ella, me siento un alma en pena, sola y vacía. Cuando te des cuenta que ella es la mujer que quieres para toda la vida, será demasiado tarde porque la abras perdido. Palabras sabias, palabras ciertas me di cuenta que esa mujer lo era y es todo para mi cuando ya no estaba a mi lado. La extraño cada día desde hace seis años. Quise ir tras ella a penas salió, pero supe que debía dejar que se calmara, mi error fue pensar que se calmaría. - ¿Dónde está? – pregunto desesperadamente cuando la veo acercarse a la puerta del apartamento. No vi en qué momento levantó su mano, solo me doy cuenta cuando recibo el impacto no puede ser como las mujeres normales con una cachetada, tenía que ser con un puño que me hace sentir el sabor metálico en mi boca – ¡Estarás contento! – gruñe furiosa. Si no fuera porque estoy desesperado en verla me cagaría en la ropa, ella no es de esas que pierde el control y cuando lo hace todo es peor. - ¿Dónde está? – la tomo de los brazos sacudiéndola desesperadamente. Puedo ver como sus ojos se torna de color rojo como cuando se contiene por no llorar – ¡Se fue! – gruñe empujándome con fuerza para soltarse de mi agarre. Niego con la cabeza, ella no pudo dejarme - Es una broma ¿Verdad…? – rio sin gracia. - No es broma. Con el corazón acelerado y lleno de miedo comienzo a golpear la puerta con fuerza – Cris, cariño ábreme la puerta hablemos por favor – suplico desesperado mientras las lágrimas no se demoran en aparecer. - No esta Will – la frialdad con la que habla me deja helado. – Iré a buscarla – me doy la vuelta como loco desesperado. - El vuelo salió hace tres horas – el peso de sus palabras cae sobre mi porque sé que ella no me mentiría. El dolor en mi pecho se hace intenso ¿Así se siente cuando se te rompe el corazón? ¿Eso se siente cuando pierdes al ser que amas? - ¡Mientes! - ¿Por qué lo haría? - No estas de acuerdo con lo nuestro. - Te lo dije no una sino muchas veces, no juegues con ella o atente a las consecuencias. Abre la puerta dejándome entrar – Me rehusó a creer, me estas mintiendo - me tiró al suelo recostando mi espalda al sofá mientras lloro como hace años no lo hacía. Por primera vez en mi vida sentí el vacío de amor, eso que todos llaman corazón roto, pero eso no aplica en mí, no solo se rompió mi corazón también lo hizo mi alma, lo hizo cada uno de los órganos que hay en mí, todo se rompió, ella se fue, me dejo. Desde el momento en el que ella se fue lejos de mí, me perdí a mi mismo. Traté de buscarla por cielo, tierra y mar, pero nunca encontré una pista de su ubicación. Cuando Danna salía de viaje trataba de seguirla, pero la muy siempre supo cómo escaparse de mí, entonces todo cobro sentido ¿Quién podría ocultar su ubicación sin que un mafioso como yo o mi familia la encontrara? Sencillo otro mafioso ¿Quién sería capaz de echarse de enemigo a su propia familia por ella? Sencillo mi hermana Danna Fonseca Ferreiro; así es ella se encargó de borrar cualquier pista ante mis ojos y todos aquellos que contrate. Siempre me pregunte ¿Por qué lo hizo? Soy su hermano, pero luego entendí que a los ojos de mi hermana yo era un bastardo de mierda que jugo con los sentimientos de esa hermosa mujer, nunca estuvo más cerca de la verdad. Paso toda la tarde en observación para mi desgracia, los hospitales sobre todo las clínicas me ponen de mal humor. La intoxicación estuvo más fuerte que las veces anteriores tal vez fue por la mezcla de pastillas de la noche anterior, si eso fue, lo más irónico de todo es que fue iniciando año nuevo. - Siempre supe que eras imbécil – toma asiento en el sofá. Ni siquiera la escuché entrar a pesar de esos tacones y del paso fuerte que tiene. - Gracias eso es un alago viniendo de ti – la veo rodar lo ojos con esa expresión de sabelotodo y de elegancia. - ¿No te cansas…? – se mira las uñas como si eso fuera más interesante que verme la cara. - ¿Qué haces aquí? – ignoro su pregunta. - ¿Dónde quieres que este…? Teníamos un hermoso viaje programado, pero como el imbécil de mi hermano le gusta llamar la atención pues aquí estamos – esta es peor que todas, Danna es letal, pero tiene una debilidad su familia. Puede que algunas veces sus palabras sean hirientes, pero llega hasta un punto, ella tiene su límite el cual acabo de sobrepasar, en cambio Cambri puede llegar a ser muy hiriente sin importar quien sea, ella no tiene limite solo dice lo que piensa en el peor momento. - No me gusta llamar la atención – gruño. - Claro, díselo a tu orgullo – responde con sarcasmo. - No me gusta llamar la atención. – ¿Por eso te tomaste esas pastillas revolviéndolas con alcohol…? – niega con la cabeza – cuando quieras suicidarte hazlo nadie te va a detener, pero por lo menos hazlo bien – habla como si nada. Se acomoda en el sofá mientras saca el celular. - Ahora ustedes dos me van a enseñar como debo quitarme la vida – gruño de mal humor. Cambri levanta la cabeza del celular para verme con una ceja alzada – Si por dos te refieres a Dann, te aseguro que ella estará gustosa de matarte con sus propias manos – responde como si de dulces habláramos. - Si a eso viniste puedes irte – señalo la puerta enojado. Rueda los ojos soltando un fuerte suspiro – No viene a eso – guarda el celular en el bolso prestándome atención – Dann me dijo que vendría a verte – sus ojos brillan de solo hablar de ella, ni siquiera cuando habla de mi madre esa emoción aparece – como sé que ella es un poco blanda no entiendo que le dio Gael, en fin… – niega con la cabeza – vine a cumplir con mi tarea de hermana menor – se pone de pie frente a mí, pasa su mano por mi mejilla – Will te quiero… Vaya eso no me lo espera ella es la más cerrada de todos en cuanto a decir ese tipo de frases lo que hace que mi enojo disminuya. - También te quiero peque… - No me interrumpas que aún no he terminado… – se cruza de brazos seria – pero sé que eres imbécil de nacimiento, también sé que te comportas como tal porque nuestros padres te consintieron tanto hasta que te causaron daño, también sé que ninguno de ellos te dirá nada, como también sé que Dann no te dijo todo lo que piensa solo porque ella es leal a la familia. Pero a mí no importa nada de eso, así que Will por una vez en tu vida deja de pensar solo en ti, eres tan cobarde y egoísta ¿Quieres acabar con tu vida porque ella ya no está? Hazlo, pero pregúntate ¿Por qué se fue? Te lo dijimos no una, ni dos veces, fueron muchas, sin embargo, nunca nos hiciste caso, ahora atente a las consecuencias, dime algo ¿Cuántas veces Dann ha atentado contra su vida? – se calla esperando una respuesta que no hay – responde Will. Trago saliva porque ese tono de voz autoritario me recuerda a papá – Ninguna – susurro. - ¿Crees que acaso ella no sufre por no ver a su mejor amiga? O que no sufre sabiendo que su mejor amiga se fue huyendo de su hermano, o que a pesar de los años aun lleva consigo la muerte de Alex vuelvo y te pregunto ¿Cuántas veces a atentado contra su vida? – un nudo se forma en mi garganta porque esta pequeña tiene razón – deja de hacerte la victima cuando en realidad fuiste el villano ¿Qué estas arrepentido? Lo sabemos, pero intentar acabar con tu vida no te librara de nada ¿Sabes cuantas noches escucho a mamá llorar por el miedo de perder a otro de sus hijos? ¿Sabes que papá bebe lleno de preocupación en el despacho cuando mamá duerme? No, no lo sabes ¿Por qué…? Porque nunca te has preocupado por las personas que te queremos - Yo… - No me interrumpas – espeta demasiado seria - ¿Quieres acabar con tu vida? Adelante nadie te detendrá, pero si quieres hacerlo hazlo de una puta vez, acaba con tu vida con un solo intento, deja de dar lastima intentando llamar la atención o es que esperas que Dann la llame para que venga a buscarte y te rescate como un cuento de hadas – ríe sin gracia – eso sería lo más estúpido, pero viniendo de ti lo creo; solo que Dann no lo hará sabes ¿Por qué? Porque a pesar de que seas su hermano ella es su amiga y si tiene que elegir entre el villano y la victima te aseguro que no será el villano – toma aire – han pasado seis años, ella ya hizo su vida, es hora de que tú la hagas, si no eres capaz de hacerlo acaba con tu vida miserable, pero si vas hacer alguna mierda hazlo de una puta vez – si ustedes creen que termino sollozando desconsolada por el miedo de perder a su hermano, se equivocan, esta tan tranquila como si me acabara de decir quiero una malteada de fresa. - Cam… - Bien, viene a eso, ahora me voy – se da la vuelta con la cabeza en alto sin dejarme responder nada para irse como toda una princesa. Ahora entiendo el porqué de ese apodo, es sorprendente esa chica, pero en algo tiene razón he sido un egoísta que no piensa en los demás. Por algún motivo ella descifro aquello que ni siquiera yo mismo sabía porque lo hacía, deja de dar lastima intentando llamar la atención o es que esperas que Dann la llame para que venga a buscarte, quería que Danna le dijera cuanto he sufrido por su falta, si tiene que elegir entre el villano y la victima te aseguro que no será el villano, sus palabras crueles se repiten en mi cabeza cuánta razón tiene esa pequeña, ella ya hizo su vida, es hora de que tú la hagas. Es raro que una pequeña tenga tan experiencia de la vida. Pero tiene razón, es hora de hacer mi vida, no más lágrimas de mi madre derramadas por mí, no más preocupación para mi familia, es hora de tomar lo que me toca, debo madurar de una puta vez, aunque me duela, aunque la extrañe todos los días debo seguir con mi vida.
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