Capítulo 7 "Última Reunión"

2441 Palabras
Tecleo como si mi vida dependiera de eso, que no es así, pero casi como que sí porque Betsy lo es todo para mí y si estar en una computadora todo el día me la traerá de vuelta, pues bienvenida sea esta vida tan aburrida. ¿En serio hay personas que hacen esto toda su vida y se mueren sin experimentar nada más? – Este resumen es patético, vuelve a hacerlo – el gran jefe lanza una carpeta con molestia a mi escritorio pasando por el lado y sin siquiera frenarse para verme, sino que sigue de largo hacia el cuartico de descanso a por su café helado, seguramente. Él definitivamente debe ser parte de esa población que no ha vivido las hermosas experiencias que te brinda la vida y por eso es tan amargado. Aunque es extraño porque desde hace unos días es que tiene esta actitud conmigo. Ya extraño cuando era algo más agradable, o al menos cuando se tomaba la molestia de explicar mis errores, o siquiera verme a la cara. Pero no, ya no queda rastros de algo bueno en él. Ya ni siquiera puedo darme la oportunidad de apreciar que tan guapo se ve enojado, porque creo que está esperando cualquier error para echarme, y eso sí que no puedo permitírmelo. – El jefe está tenso, parece que el trato con Leone se irá a la mierda – ahora es Thomas el que aparece desde su oficina para tomar los papeles que antes el jefe me había lanzado en un gesto bastante maleducado – Ya lo leí, es bueno – al menos, él ya no es tan odioso, al contrario, ahora es mucho más accesible. Creo que le dio lastima el trato que estoy recibiendo por el gran jefe y se compadeció de mí. – Gracias, y si Leone lo rechaza, será un imbécil – desde la última reunión, en donde Fabrixio fue bastante agresivo contra la propuesta, me he visto en la obligación de leer documentos, hacer resúmenes, gráficos y básicamente terminar los detalles de las reuniones posteriores y siempre es el mismo quien sigue renuente y pidiendo más reuniones. Aun cuando los otros dos parecen bastante satisfechos. Al menos si quiere rechazarlo que lo haga y deje de hacernos perder el tiempo. – Hoy habrá otra reunión con ellos – suelto un suspiro cansador antes de asentir. Al menos algo bueno de todo esto es que pude acercarme más a Thomas y ahora se podría decir que somos amigos, incluso más de una vez nos hemos reunido con su hermano Theo y compartido alguna cerveza después del trabajo. Ambos son muy parecidos físicamente, pero mientras Theo es todo juegos y disfrute, Thomas es un hombre de la estabilidad y responsabilidad. Me recuerdan a mí y a Pilar, pero nosotras somos un poco más a los extremos. – Si sabes que él hace todo eso solo para seguir viéndote ¿cierto? – en realidad no lo sé, pero lo que sí puedo asegurar es que los besos en las mejillas continuaron y se vieron acompañados de caricias en mi cintura, manos y miradas durante toda la reunión. Incluso yo me doy cuenta de eso aun cuando Pily siempre me regaña por ser tan despistada cuando alguien quiere pasarse de la raya conmigo. – Pues será mejor que se detenga porque no tengo ni el mínimo interés – bufo molesta. Por su culpa, el jefe dejó esos pequeños juegos inocentes conmigo y ahora es todo señor estricto enfocado en su trabajo. Por culpa de ese señor italiano y sus gestos que no son bien recibidos, el gran jefe está más estresado que nunca ¿y quién lo paga? Sus pobres empleados que no tienen vela en este entierro. Yo también estoy molesta, y si pudiera, ya lo hubiese mandado a la mierda, sin embargo, me temo que haga que el jefe finalmente se deshaga de mí. Me arrepiento haberle dicho al jefe que siguiera con esta negociación cuando pidió mi opinión la primera vez. Aunque, también estoy molesta con Leone. Tengo entendido que ese señor es el jefe principal, entonces ¿por qué seguir alargando todo cuando él está de acuerdo? En fin, estoy furiosa e irritada por toda la situación, por mi jefe siendo el peor tirano que he conocido, y porque ya no me permite coquetearle. Me siento cada vez más llena de tensión y creo que en cualquier momento explotaré. – Es un hombre adinerado ¿no te parece siquiera conveniente tener algo con él? Estoy seguro que no tendrá reparo en cumplir todos tus caprichos – otra faceta que descubrí de Thomas es que cuando quiere puede comportarse como una señora chismosa. Lo adoro, ya sabía yo que no todo podía ser malo en él. – Si el dinero pudiese conquistarme, hubiese dejado a Pilar luego del primer mes juntas – suelto un bufido recordando aquel hombre que me causó tantos problemas con Pily. Algo que me pasó hace años, durante mis primeros meses con Pilar. Un hombre adinerado que se creyó que con presumir sus lujos me tendría para él. Una larga historia que no viene al caso. – ¿Pilar? – exclama con sorpresa antes de sentarse a mi lado con apuro – ¿Te van las mujeres? Pensé que como estabas lanzándote al jefe… – suelto una carcajada al ver como comienza a recorrer mi cuerpo con su mirada – Sinceramente es un dolor como hombre saber que alguien como tú le va a mí mismo equipo. Me cuesta un poco dejar de carcajearme, pero lo logro de a poco. Ah, se siente lindo reír después de tanto enojo y frustración. – Yo pienso que amor es amor y el placer lo puedes conseguir con cualquiera que sepa como tocarte y cuáles son los puntos a tocar, también, obviamente, te logre conquistar, independientemente de quien sea – asiente lentamente como procesando mis palabras. – Ósea que todo este tiempo te gustaron las mujeres y venias provocando al jefe haciéndole creer que tenía oportunidad, eres cruel – vuelvo a reír. Thomas puede ser realmente simpático cuando no tiene trabajo pendiente. Claro, porque el jefe se propuso dejarme la mayor parte a mí. – El jefe me pone, por eso no puedo evitar coquetear, aunque ahora que es tan arisco, no he tenido ni oportunidad de guiñarle el ojo sin temer que vaya a echarme de aquí – hago un pequeño puchero. – ¿Entonces mientras te ponga no importa el género? – asiento. Eso dije antes. – Exacto, Pilar es bastante hermosa y tiene un aura tan fuerte que me encantó desde el inicio, tristemente, ella era muy rígida para mi gusto – contrario a lo que me hace persona, me tienden a atraer aquellos que tienen muchas responsabilidades y con prioridades diferentes a las mías. Pilar y el gran jefe Meyer son el perfecto ejemplo de eso, trabajadores cuya meta en vida es crecer cada vez más profesionalmente, hacerse un lugar en el mundo de los negocios y disfrutar del dinero de sus empresas. Metas que, para alcanzar, requieren de invertir muchísimo tiempo y energía en oficinas. Y luego estoy yo, que mi prioridad en vida es conocer todos los lugares que pueda montada en mi van. No lujos ni diamantes, solo mi Betsy y los sitios a los que me pueda llevar. Me gustan los desafíos como lanzarme en paracaídas, caminar sobre puentes colgantes, lanzarme desde la cima de cascadas y jugar al amor con personas con vidas opuestas a las mías, esas con las que una relación tiene poca probabilidad a triunfar debido a la diferencia de ideologías. También me gusta el desafío de llevarme a la cama alguien como Alexander tirano Meyer, un hombre que solo me da malas miradas y se dirige a mí para decirme que todo lo hago mal. – ¿Y qué pasó con ustedes? ¿por qué terminaron? ¿cómo se conocieron? – pone sus codos sobre el escritorio y deja caer su barbilla sobre sus manos, mirándome con toda su atención y recordándome como a un niño a punto de escuchar su historia favorita. – Bueno, nos conocimos en una playa de España hace tres años – imito su pose con una sonrisita sobreactuada solo para darle más drama a la situación. – ¿Fue amor a primera vista? – aguanto las ganas de reír al escucharlo decir eso en medio de un suspiro. – Sí, fue inevitable no caer, estaba jugando vóley con unos amigos, era muy fuerte y tenía muy buen cuerpo, estaba bastante entretenida viéndolos jugar, y luego me vio, se acercó, me invitó a acompañarlos, estaba sola y supongo que fue eso lo que hizo que me buscara, en fin, después de jugar no podíamos dejar de hablar – suelta otro suspiro que me hace querer reír, pero que termino imitándolo con algo de burla. – No digas más, tengo trabajo que hacer, los detalles para después, mejor primero adelanta hasta el motivo por el que terminaron – exige haciendo que ahora sí suelte una carcajada. – ¿Por qué no están trabajando? – ambos pegamos un pequeño salto porque no esperábamos que apareciera y menos de ese modo. Thomas incluso se levanta de un salto y se endereza en su lugar. – No volvera a pasar, con permiso – y sale huyendo tal cual cobarde dejándome a merced del hombre feroz. – Espero que al menos haya acabado con los documentos para la reunión con Leone – se cruza de brazos con esa mirada que puede intimidar a cualquiera. Pero yo no soy cualquiera. Me levanto, inclino un poco en su dirección y le doy una sonrisa coqueta. – Sí, jefe, ya he terminado ¿desea que haga algo más? – noto como titubea, pero solo por un segundo antes de volver a su porte indiferente que me hace querer bufar. Que hombre tan renuente. – Que continúes con tu trabajo, en media hora llegará Leone y sus hombres, quiero que todo salga perfecto, hoy no aceptaré otra cita, será un sí o un no – me da la espalda dirigiéndose a su oficina – Y tiene que ser un sí – masculla por lo bajo en alemán antes de encerrarse otra vez en su cueva. Sinceramente, no sé qué gana al negar que hay una atracción entre los dos, pero tratar con alguien tan rígido me parece emocionante, me entusiasma pensar que hay una probabilidad que cambie su vida, que deje de ser tan rígido y aprenda que la vida es una sola. No digo que deje atrás sus principios, pero sí que aprenda a trabajar y a vivir al mismo tiempo, que sepa disfrutar de la vida porque cuando muera, no se llevará el dinero con él, sino sus experiencias. **** – Buenas tardes caballeros – saludo con una pequeña sonrisa a los mismos tres hombres que han paseado por la entrada del edificio desde hace una eternidad. – Lena, buenas tardes – con toda la confianza del mundo, Fabrixio, el hombre que no deja de besar mis mejillas aun cuando es evidentemente inapropiado, decidió que también podía tomarse la libertad de llamarme por mi nombre. – Buenas tardes – repito algo más tensa – Por favor, tomen asiento – después de saludarme, estrechando mi mano, o en caso de uno en particular, besando mi mejilla, los tres se sientan en la gran mesa de juntas, justo en el momento en el que llega el gran jefe seguido de Thomas. – Señores – sin saludar a nadie, toma su lugar en la cabecera de la mesa, Thomas ubicándose a su lado y yo voy a quedarme de pie a sus espaldas esperando que alguno se digne a querer algo para ir a por ello. Realmente, todavía no entiendo como hay personas que viven esto todos los días y se conforman, cada vez entiendo más a mi mamá cuando se fue y decidió irse a conocer al mundo sin prestarle atención a lo demás. Pero en mi caso, si quiero hacer lo mismo, necesito tener a Betsy libre. Recuerda a Betsy, Lena, haces esto por Betsy, tranquila, se paciente, solo mira lo guapo que se ve tu jefe y sonríe. – Bueno, te mandé un correo con las dudas que nuestro compañero mantiene, espero podamos ir directo a eso – Leone es un hombre coqueto y algo mirón, pero muy amable y profesional. Una pena que su compañero no pueda tener esa misma manera de ser. – Sí, también noté que son temas que solventamos en la primera reunión hace un mes – está molesto, todos podemos darnos cuenta por su tono no tan amable, pero manteniendo su actitud fríamente profesional. – No quedó del todo claro la manera en la que se desarrollará el proyecto – espeta Fabrixio, haciendo que quiera rodar los ojos. Hasta yo entendí como se supone que se llevara todo a cabo. – Leone – mi jefe, luego de recorrer con la mirada a quien parece no entender nada, vuelve su vista a quien es evidentemente el jefe y luce algo incómodo por la situación – Me temo que estoy algo corto de tiempo, como entenderás, tengo otros negocios que atender, la reunión de hoy es para recibir una respuesta de su parte. – No podemos responder sin tener todos los puntos en claro – vuelve a interrumpir Fabrixio con ceño fruncido. – Las respuestas a sus dudas fueron claramente dadas en reuniones anteriores, también puede encontrarlas en los documentos enviados con antelación, de igual modo, ahí encontrará todas las gráficas e imágenes necesarias, los diferentes planes a tomar y como se abordarán los problemas que pueden surgir, todo de manera detallada – habla con un tono que no deja lugar a protestas – Hoy estamos aquí para cerrar el trato o de otro modo, cancelarlo. – Pido una disculpa, Alexander, te hemos hecho perder el tiempo y yo entiendo que hoy en día, el tiempo vale millones – mi jefe asiente en un solo movimiento seco. Está furioso, tanto que ni yo quiero molestarlo, mucho menos verlo dos veces ahora mismo. Lo que si me gustaría es ayudarlo a quitarse la tensión, pero hasta proponerme en este momento, es un rotundo no. – Estaré encantado de trabajar contigo, ha sido asombroso ver cómo te desarrollaste en esta situación tan complicada – se pone de pie al mismo tiempo que mi jefe y extiende la mano hacia él – Tu padre no deja de alardear de ti, ya veo que no era solo por ser su hijo – bueno, espero que ya a partir de ahora tenga mejor humor.
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