Episodio 2

2247 Palabras
Escucho a lo lejos la voz de Luck llamandome y de inmediato abro los ojos dándome cuenta que estamos en frente de la casa de Ana. - ¿Ya despertó señorita? - dice Luck mirándome desde el asiento del piloto. - Si Luck, lo siento. - lo miro con vergüenza mientras trato de acomodar mi cabello. - No sé preocupe señorita. - me regala una sonrisa y se acomoda en su lugar. Tomo mi celular y le escribo un mensaje a mi amiga para hacerle saber que ya estamos aquí, ella solo lo ve sin responder nada pero no me extraña, eso es típico en ella. Pasados cinco minutos la veo salir y correr apresurada hacia el auto. - ¿Podemos irnos ya? - dice Ana agitada mientras entra al auto. - Si, pero ¿Qué pasó? ¿Quien te persigue? - cuestiono mientras suelto una risita burlona. - Mi mamá. - contesta entre suspiros. - Se suponía que cuidaría a los gemelos hasta que ella regresara de ver a un cliente, pero me escapé, ella se dio cuenta y por eso corrí. Ahora, si Luck es tan amable y arranca antes de que llegue la bruja roja a cortar mi cabeza, sería perfecto. - dice a una velocidad increíble y tras decir la última palabra hace un puchero. - Ok. - digo alargando la palabra. - Luck, vámonos, rápido por favor. - le ordeno a Luck y él hace lo que le pido. Ana respira y se incorpora nuevamente en su lugar y me mira como si fuera un pedazo de carne. - ¿Tienes hambre? - la miro confundida y ella frunce el seño mientras niega con la cabeza. - ¡No! ¿Porqué...? Sabes que, olvídalo, mejor cuéntame como te fue con tus suegros. - en cuanto hace esa pregunta mi cara cambia de confusión a seriedad. - Creo que no le agrado a Amanda. - ¡¿Qué?! ¿Porqué? - me mira confundida. - Me miraba de una manera muy extraña, como me ve mi madre cuando se enoja. Además sus comentarios eran como si me estuviese juzgando y siempre hablaba de todo lo que Harry había logrado hacer y me hacía sentir como una hormiga bebé que nunca ha cargado una hoja para alimentarse. - ella ladea la cabeza y abre la boca. - Me imaginaste como una hormiga, ¿Verdad? - ella asiente y carraspea. - Antes de seguir con la historia, podrías decirme ¿Quien rayos es amanda? Porqué si quieres ahora mismo voy a golpearla. - Ana pone la mano en un puño y comienza a lanzar golpes al aire. - Es la mamá de Harry. - ruedo los ojos y miro por la ventanilla. - Ah, eh, ¿Quien es Harry? - volteo y la miro con desespero. - Mi futuro esposo, Ana. - digo su nombre entre dientes y abro mis ojos a su máxima capacidad. - Ahh... - sonríe y se acomoda el cabello. El resto del camino seguimos hablando de mi encuentro con los McBride y Ana comienza a imaginarse a Harry. - Llegamos señoritas. - escucho decir a Luck y miro a Ana. - Amo cada vez que Luck dice eso, me siento millonaria. - hace unos movimientos con las manos y yo ruedo los ojos mientras sonrío. Cabe aclarar que mi mejor amiga no es de la clase millonaria, ella tiene dinero pero no tanto como el de mi familia, su padre es un pequeño accionista en la empresa de mi padre y también es su mano derecha. Ana siempre ha soñado con casarse con un hombre millonario, ser una diseñadora de moda exitosa y por supuesto, tener su propio chófer. - Ana, será mejor que nos demos prisa o no encontraremos un vestido "decente". - Cierto, Ali, odio cuando tu mamá te dice eso pero tiene un poco de razón, tus gustos son algo raros. - dice Ana mientras arruga la nariz y yo ruedo los ojos. Después de eso salimos del auto y caminamos a la entrada de la boutique. Cincuenta vestidos después me pruebo uno muy bonito, es n***o, sin mangas, ajustado hasta la cintura y en la parte de abajo es suelto, tiene pequeños brillos desde el busto y se van desvaneciendo hasta la rodilla, el vestido es muy largo y con vuelo, parezco una princesa. Salgo del vestidor y veo a Ana de espaldas buscando otro vestido. - Ana... - la llamo para que gire y me vea pero ella no me escucha. - ¡Ana! - levanto la voz para lograr que me escuche y ella lo hace, en cuando voltea abre sus enormes ojos y su boca se abre casi golpeando el suelo. - Ali, pequeña Ali ¿Eres tú? - ruedo los ojos y camino hacia el espejo. - Si, si soy... - me quedo muda al ver mi reflejo en el espejo, parezco otra persona, el vestido se amolda perfectamente a mi pequeño cuerpo y me da un toque de elegancia que nunca he tenido. - ¿Soy yo? - me cuestiono con un tono de voz casi inaudible y de inmediato me doy la vuelta para ver a Ana. - Este es "EL VESTIDO". - voltea a ver a la mujer que nos atiende y ella también está con la boca abierta. - Nos lo llevamos. - le dice con una sonrisa y la mujer solo asiente y se va. Después de haber comprado el vestido, Ana no podía dejar de hablar de cómo la boca de Harry caerá al suelo (según ella y su gran imaginación). Al salir de la boutique, Ana decidió que debíamos ir a comer, después de comer la llevamos a su casa y Luck me llevó a la mía. Al llegar a mi casa veo a empleados correr y escucho los gritos de mi madre provenientes de la cocina. Camino hacia la fuente de tales gritos pero antes de entrar ahí me detiene la dulce voz de una mujer. - Si yo fuera tú, no entraría ahí. - me doy la vuelta de inmediato y veo a una Miranda hermosa con un abdomen en forma de un pequeño balón. - ¡Miranda! - grito con emoción y corro para abrazarla, ella me abraza y se queja un poco ante mi fuerte agarre. - No tan fuerte pequeña Ali. - la suelto de inmediato al darme cuenta que la estoy abrazando con mucha fuerza. - Te extrañé mucho Miri, no te vuelvas a ir. - la miro y mis ojos se cristalizan. - No lo haré, menos ahora que mi hermanita se va a casar y que Cal viene en camino. - sonríe y se toca el abdomen. - ¿Se va a llamar Cal? - toco su pequeña panza y la acaricio. - Si, Calvin, como el abuelo. - miro sus ojos y se cristalizan. El abuelo Calvin murió un mes después de la boda de Miranda, hace un año. El abuelo siempre se imaginó a nuestros hijos, siempre decía que el hijo de Miranda sería Calvin y mi hija sería Kate, como la abuela, que por cierto no debe tardar en llegar. - Lo extraño Miranda. - digo mientras una lágrima rueda por mi mejilla. - Yo también. Pero será mejor que vallamos a arreglarte antes de que sea más tarde, pronto llegará la abuela y los McBride. - asiento, me limpio la cara y subimos hacia mi habitación. Me miró en el espejo y no puedo creer que esta sea yo, mamá contrató a un estilista para maquillarme y peinarme, realmente hizo un buen trabajo pues parezco una actriz en una gala o una modelo de vestidos de noche. Me giro para ver a mi hermana y ella está igual de impresionada que yo. Miranda se acerca a mi y me da un abrazo. - Ya es hora de que mi pequeña Ali sea toda una mujer. - mientras escucho lo que dice siento como pequeñas corrientes eléctricas en mi abdomen, en definitiva estoy nerviosa. Mi madre se asoma por la puerta y me mira empezando por mis pies y terminando en mis ojos. - Estás preciosa hija. - me sonríe y camina con los brazos abiertos para abrazarme. - Gracias mamá. - le digo en el oído y ella me da un beso en la mejilla. - Sabes que te amo y todo esto es por tu bien. - me toma de ambos lados de la cabeza mientras sonríe y yo asiento. - Señora Brown, los invitados han llegado. - dice la ama de llaves en la puerta. - Voy a bajar Ali, no te tardes. - Enseguida voy mamá. - mi madre me sonríe y sale de mi habitación. Me siento muy nerviosa y vuelvo a mirarme en el espejo, mi hermana sale para encontrarse con todos allá abajo y yo me quedo un rato tratando de controlar mis nervios, un minuto después yo también salgo de la habitación. Voy bajando las escaleras y en la puerta visualizo a un hombre de espaldas, es alto, muy alto, tiene puesto un traje n***o, su cabello es castaño y su espalda muy ancha. Sigo bajando las escaleras y aquel hombre se gira, sus ojos se encuentran con los míos y unos nervios extraños recorren mi cuerpo al ver su mirada desafiante y su semblante serio, demasiado para mí gusto. Estoy apunto de salir corriendo cuando Amanda se cruza enfrente de los dos y nos mira a ambos. - Te vez hermosa Allison. - paso mi mirada de los ojos de aquel hombre a los ojos de Amanda y le sonrío. - Gracias Amanda. - ella sonríe y mira al hombre que sigue parado enfrente de la puerta mirándome. - Harry, deberías ayudar a tu novia. - dice Amanda diciendo la última palabra entre dientes. El hombre, que ahora ya se que es Harry, le sonríe y camina hacia mi, extiende su mano y yo la tomo, le regaló una media sonrisa y terminamos de bajar las escaleras. Caminamos hacia el comedor y él abre la silla para que pueda sentarme. Mi madre comienza a hablar de lo hermosa que me veo y de lo bien que nos vemos juntos, Harry se sienta enfrente de mi y me inspecciona con seriedad, yo trato de no mirarlo a los ojos y me concentro en la conversación de nuestras madres. Durante el transcurso de la cena nuestros padres hablaron sobre la boda, negocios, mi hermana y su esposo hablaron sobre el bebé y mi abuela no dejaba de halagar a Harry. Él, al igual que yo, casi ni emitimos palabras, solo hablamos para responder algunas preguntas, que por cierto una de ellas era acerca de la edad de Harry, él cual tiene veintidós años, algo que ni siquiera sabía. Sigo sumida en mis pensamientos sobre mi "novio", (que raro se siente decir eso), hasta que mi madre me saca de ellos. - Será mejor que pasemos a la sala. Ali, ¿Porqué no guías a Harry a la sala? Nosotros vamos en un momento. - la miro y trago saliva, asiento con la cabeza y me levanto. - Harry, ¿Vamos? - él asiente y sonríe mientras se levanta. Llegamos a la sala y él se frena de golpe haciéndome casi chocar contra él. - Se supone que este es el momento para darte el anillo. Por cierto, cuando te lo de, debes estar feliz, no se en donde pero hay una cámara o eso supongo, mi madre quiere grabar este momento para presumir con sus amigas. - mis ojos se abren como plato y asiento. De repente Harry se inca y saca una pequeña caja del bolsillo de su saco y mi corazón no puede evitar acelerarse. - Allison Brown, ¿Te quieres casar conmigo? - tapo mi boca con ambas manos, veo el anillo y después lo veo a él y un golpe de realidad pega sobre mi cabeza, no sé que hacer, que decir, esto en realidad está pasando y no se como actuar. Él me mira y abre los ojos como si intentara decirme algo. Yo de inmediato me inclino y trato de recordar mis clases de actuación en la secundaria. Tomo su mano y lo jalo para que se levante, asiento con la cabeza y con una voz casi inaudible digo que si, me abalanzo sobre él y lo abrazo, él hace lo mismo y me carga dándome vueltas. En ese momento todos entran y comienzan a aplaudir. Harry me deja en el suelo y pone el anillo en mi dedo. Después de eso todos comienzan a felicitarnos y yo salgo de ahí tan rápido como puedo. Camino hacia el patio trasero y un ataque de pánico comienza a apoderarse de mi cuerpo, siento que me falta el aire y camino de un lado a otro. Mi hermana sale y trata de tranquilizarme con inhalaciones y exhalaciones. Poco a poco me voy calmando y nos sentamos en una banca. - No puedo hacer esto Miranda. - Si puedes pequeña, solo debes calmarte. Mira, respira, cierra los ojos, yo estoy contigo. Hago lo que Miranda me dice y de repente siento una mirada sobre mi, abro los ojos y ahí está Harry, parado en la puerta mirándome con seriedad, nuestras miradas se encuentran, él niega con la cabeza y se va. En definitiva este hombre me dará muchos dolores de cabeza, su sola mirada me incomoda, no se como podré aguantar vivir con él.
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