Hablar del tema del padre de Vera, no es algo de lo que quisiera preocuparme, pero con lo que acababa de suceder, sentía que los problemas no me dejarían en paz, pero aquí estaba yo para enfrentarlos. —No quiero adelantarme a hechos, mi hija es muy feliz tal y como está, y será mejor cerrar el tema. Zia asintió, apretando los labios. —De acuerdo, respeto tu decisión, tal vez sea muy pronto, pues apenas han pasado unas semanas desde que has entrado a Bercelli. —Semanas que solo me han confirmado que Belial no es un buen ejemplo. Mira, no soy perfecta, pero desde que he sabido que Vera venía en camino y con lo de esa espantosa enfermedad, me esforcé el triple, porque también tenía la universidad de por medio. Sin contar que estuve a punto de perder a Verita, ¿y gracias a quien? A su pad